España de charanga y pandereta.

 

La España de charanga y pandereta, decía Machado en su poema El mañana efímero:

"La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.

En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea".

                            Antonio Machado

Y el futuro ha llegado,

querido poeta,

y seguimos aferrados

a la pandereta.

Esos jóvenes que pregona

no hicieron tampoco mucho

y si ahora los viera:

enemigos del estudio

y amigos del vicio,

también de las tradiciones,

pues tienen mucha pandereta

y poco trabajo.

España de charanga y pandereta,

de cabezas vacías,

corazones secos

y almas errantes,

de ojos que miran a otro lado.

¡Ay, querido poeta!

¡Qué mal futuro dejaremos!

Hipócritas del presente

que se balancean

en el futuro del

“me da igual,

tú más,

yo no he sido,

y a mí qué”.

Y evito mencionar los insultos,

por respeto a usted,

pero la lengua de Cervantes

la dejan a la altura de la suela.

Consentidos y consentidores,

amigos de lo ajeno,

de nula inquietud

y cero intelecto.

Eso sí, por favor,

no generalizaremos,

alguien se libra de la criba,

pero emigran del país

buscando en otro lugar

lo que la pandereta en este no les da,

pero vuelven, no se preocupe,

para vivir la charanga,

ya que de esto

entendemos un rato.

Se preguntará por los mayores,

pues ahí andan,

disculpando a los pequeños:

"es el gobierno,

son jóvenes,

es la edad",

siempre disculpándolos,

no saben poner normas,

no hay valores

y el mundo se resiente.

Así que les dejan irse,

donde quieran,

da igual,

tampoco importa mucho

tenerlos cerca,

da igual.

No hay valores,

solo egoísmo,

aunque eso sí,

cuando hay que bailar

somos los mejores,

cuando hay que divertirse

no hay quien nos gane,

tenía usted razón,

la charanga y la pandereta

se nos da de vicio.

Y no me las toques,

que si lo haces,

te muerdo.

                                                                                                   Mercedes Soriano Trapero

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