14 mayo 2025

En la oscuridad.


Relato para el blog El Acervo de Letras

 



Marta estaba soñando con un mundo mejor cuando se despertó bruscamente. Estaba empapada en sudor, la boca seca y una sensación amarga. “No existe un mundo mejor”, pensó.

Decidió levantarse y olvidarse de lo que ella creía que era una quimera y al encender la luz, esta no funcionaba. El reloj de la mesilla de noche, otras veces en rojo marcando la hora, también estaba apagado.

―¡Mierda, se ha ido la luz!

Ningún tipo de resplandor entraba por la ventana y el móvil, aliado con los elementos, había decidido que tampoco funcionara, ni se encendía ni, por tanto, podía usar la linterna.

A tientas, buscó el cuadro de luces y comprobó que todos los interruptores estaban en la posición correcta, no era de su casa.

No sabía la hora, así que, como pudo, bebió agua y pensó en seguir durmiendo.

Le costó llegar al dormitorio, su casa se había transformado, en un momento, en un laberinto de obstáculos. A su paso le salían muebles que ella no recordaba, sillas con patas afiladas y puertas que no se abrían. Su casa no parecía su casa. Tras varias maldiciones, tres trastazos y una caída, sin consecuencias, llegó al dormitorio, a lo que ella creía su habitación, pero allí no estaba la cama, ni nada que se le pareciese.

Empezó a agobiarse, quiso abrir la ventana, pero esta no se abría.

―¡¿Qué ocurre?! ¡¿Qué está pasando?! ―Exclamó entre lágrimas―. Sé que no es un sueño, me he dado demasiados golpes.

Regresó sobre sus pasos, con los brazos extendidos y las manos haciendo de brújulas. Palpó todas las puertas que encontró, o lo que ella creía que eran puertas, y ninguna se abrió.

Gritó.

Nadie acudió en su ayuda.

A punto del desmayo, se dejó caer al suelo, se agarró fuerte las rodillas y clamó al cielo para que aquella pesadilla acabara.

Nadie acudió en su ayuda.

La oscuridad reinaba en su casa, también el silencio. El mundo se había detenido y ella temblaba.

En algún momento amanecerá, quizá no falta mucho, y entonces habrá luz y podré guiarme y ver qué ocurre”, se repetía llena de esperanza.

Sin embargo, las horas pasaban y la luz del amanecer no llegaba.

La oscuridad era, ahora, la reina de su vida.

Y a ella tendría que acostumbrarse si quería seguir viviendo.

En medio de su dolor, un leve sonido conocido llegó a sus oídos, el frigorífico funcionaba. Comenzaba a albergar esperanza.

Se levantó y recorrió aquella extraña casa buscando el teléfono fijo. Lo encontró tras muchos esfuerzos. Temblando, lo descolgó y cuando sonó la línea volvió a romper en llantos. No podía equivocarse con el teclado. Marcó el número de emergencias.

―Emergencias, ¿en qué puedo ayudarle?

Marta lloró al oír la voz, era incapaz de hablar.



Horas después volvió a despertarse, soñaba con un mundo mejor. Estaba empapada en sudor, la boca seca y una sensación amarga. “No existe un mundo mejor”, pensó.

Y al abrir los ojos, de nuevo la oscuridad.

Las lágrimas acudieron a sus ojos, los recuerdos la embriagaban, no podía ser que estuviera repitiendo otra vez aquella pesadilla. Iba a gritar cuando una voz y el tacto de una persona surgieron en medio de tanta tiniebla.

―Tranquila, está en el hospital. No se preocupe, está acompañada.



Y así empezó su nueva vida, una vida llena de oscuridad. Marta se había quedado ciega, un tumor.

Ella soñaba con un mundo mejor en el que la luz no existía, pero la oscuridad no podía ser tan mala ya que nunca le faltaría la esperanza.



Mercedes Soriano Trapero
Para el Acervo de Letras

44 comentarios:

  1. Hola Merche, un relato angustioso, pensé que escribías sobre ese curioso apagón que tuvieron, pero luego vi que se trataba de algo más serio. En esta ocasión la oscuridad fue física al apagarse su vista y entrar de lleno en un mundo personal de tinieblas. Impresionante de verdad. Y bueno el final tiene un toque positivo. Aun en las más feas circunstancias, hay cosas buenas, si uno quiere verlas y no se sume en la desesperación. Muy buen aporte al reto de José Antonio. Muy bien lograda esa oscuridad. Saludos.

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    1. Hola, Ana, bueno, quería algo más fuerte, pero desde el principio quería sembrar dudas. Gracias.
      Un abrazo. 🤗

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  2. Joder Merche vaya final..
    Yo pensando en un nuevo apagón, luego en pesadillas..y al final me has llevado de la intriga a una realidad horripilante y además de una hostia.
    Te ha quedado muy logrado, eso si
    Un abrazo corasao!!

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    1. Muchas gracias, corasao y siento la hostia, pero a veces la vida te la da más fuertes.
      Un abrazo. 🤗

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  3. Siempre está la esperanza, ahí, muy cerca a veces, incluso como permanente compañera en esos viajes que tienen principio pero son de final incierto. Una larga enfermedad, por ejemplo. Pienso que Marta, al igual que muchos enfermos de ese tipo, descubren repentinamente por un diagnóstico médico lo que les pasa y se abre de inmediato una puerta a la oscuridad. Los tumores pueden ser operados con éxito o ser inoperables. Y es al conocer qué suerte te ha tocado cuando tu vida experimenta un cambio drástico... cargado de esperanza.
    Un abrazo. :)

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  4. Impactante el relato, Merche. Muy bien escrito, como siempre, pero el final me ha dejado con mal sabor. 😕 Está dulcificado, suavizado, pero bastante irreal, desde mi punto de vista. Es ficción, dirás tú, pues es verdad. 🤷🏼‍♀️ Pero vuelve a tu mismidad, por favor 🙏
    Un abrazo 🤗

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    1. A veces hay que salir de la zona de confort, inevitable.
      Gracias, Beatriz.
      Un abrazo. 🤗

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  5. ¡La más inmensa de las oscuridades!
    Pensaba que le ibas a dar un tono de humor al relato, con muebles como los míos, traicioneros y pendencieros, de los que ponen el golpe y esconden la pata; los terrores de los dedos chicos del pie. Pero no, el humor negro se transformó en durísima realidad, aún más negra, para la protagonista.
    Yo, que pasé por algo similar, aunque con mejor final, afortunadamente, sé lo que asusta, duele y desespera esa oscuridad.
    Felicidades. Un relato que acongoja y te deja con un hilo de esperanza, porque al final, lo más importante es adaptarse a la fatalidad.
    Muchísimas gracias por compartir tu terror para el VadeReto.
    Abrazo Grande.

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    1. Me pilló el día tonto, José Antonio, y sí, cuando pusiste el reto pensé en otra cosa más ligera, peeeero, a veces hay que salir de la zona de confort, es inevitable.
      Muchas gracias.
      Un abrazo. 🤗

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  6. Me ha dado escalofríos leerte... Antes de llegar al final deduje que no podía ser otra cosa que una ceguera inesperada. Pero mientras me confudiste, como a tu protagonista, y no sabía si era sueño, realidad, locura..., La sensación de pesadilla, de sentir cómo todo desaparece y se derrumba tu mundo, uf... Esa sensación angustiosa, terrible, de desamparo absoluto... la has narrado magistralmente. ¿Puede haber algo más terrorífico que despertarse en esa negrura total?
    Hoy voy a bendecir cada objeto que vean mis ojos.
    Buenísimo. Te felicito, Merche.
    Un abrazo l u m i n o s o ... :)

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    1. Yo también, Maite, los ojos son un bien muy preciado.
      Gracias por pasarte y comentar.
      Un abrazo. :)

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  7. MERCHEEEEEEEE ay niña tú sí que te sales constantemente de paseo de la zona de confort. Bueno, ni creo que la conozcas. SIEMPRE me sorprendes con cosas tan, pero tan diferentes! Esto te ha quedado maravilloso. Bueno, eso sucede contigo siempre. Un abrazo grande Merche🤗🤗🤗🤗🤗

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    1. Eres mi fan, no podía esperar menos de ti. Muchas gracias, Maty.
      Un fuerte abrazo. 🤗

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  8. Es ahora cuando nos preguntamos cómo se afronta una vida de oscuridad. Cómo se vive una vida desprovista de colores y matices. De los cinco sentidos es el que más nos conecta con el mundo. Después de algo así imagino que todos logran conectar de nuevo.

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    1. Debe ser muuuuuy difícil...
      Gracias, Cabrónidas.
      Un abrazo. 🤗

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  9. Ostras Merche, me ha impactado tu relato, sentía la angustia de la protagonista conforme leía, muy buena salida de tu zona de confort, y el giro final, me ha gustado mucho.
    Felicidades.
    Abrazo enorme 🤗

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    1. Muchas gracias, Dakota. Es necesario salir de la zona de confort de vez en cuando.
      Un abrazo. 🤗

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  10. ¡Vaya, Merche! ¡Cómo he has dejado! Iba leyendo con una angustia controlada, pensando en un relato más sobre apagones generales, pensando que se haría la luz en cualquier momento y veo (es un decir) que has querido hacer que esa angustia sea más dura y persistente. No dejas de sorprender.
    Un fuerte abrazo :-)

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    1. A veces es necesario un relato así, porque la vida es así también.
      Gracias, Miguel.
      Abrazos. 🤗

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  11. Merche, este relato tiene una fuerza narrativa muy bien sostenida.
    Desde el primer párrafo vas generando una sensación de desorientación que no se disipa, sino que se intensifica con cada escena. Y lo haces desde lo concreto: el sudor, la falta de luz, los muebles que no están donde deberían. No es una oscuridad simbólica ni ambigua, es física, real, molesta. Y por eso funciona tan bien. Porque no necesitamos entenderlo todo desde el principio para sentir lo que está viviendo Marta.

    Yo lo he sentido: esa pérdida progresiva de referencias, ese no saber si estás soñando o atrapado. Me ha impactado. He recordado noches en las que el cuerpo no responde, la casa parece ajena y todo se vuelve un laberinto. Y tú has sabido llevarlo ahí sin forzar nada, sin necesidad de adornos. Solo con lo justo, pero con precisión quirúrgica.

    La estructura está muy bien pensada: empieza como una confusión puntual, casi doméstica, y acaba convirtiéndose en una transformación irreversible. El punto de giro no es brusco, y eso es un acierto. El relato va empujando poco a poco hasta ese final donde todo cobra sentido sin necesidad de explicaciones forzadas.

    Me ha gustado especialmente cómo introduces el entorno como un enemigo sutil: no hay violencia explícita, pero sí una amenaza latente. La casa deja de ser un lugar seguro, el cuerpo empieza a fallar, el tiempo se disuelve. Y en medio de todo eso, consigues que el lector no mire desde fuera, sino que lo experimente con ella.

    El frigorífico que vuelve a sonar no es solo un giro narrativo, es un latido. Un mínimo ruido que reintroduce la posibilidad de que algo vuelva a tener forma. Y ese gesto tan simple bastó para que se me tensara el pecho. Que ya te vale... jaja

    Y luego está el bucle final. Ese momento en el que vuelve a despertarse en la oscuridad, repitiendo la frase del principio. Ese bucle no es solo un recurso narrativo: es una verdad dura. Porque no se sale tan fácil del trauma. A veces, la única forma de seguir viviendo es empezar a acostumbrarse a lo que hay. Ese cierre me ha tocado muy de cerca. Lo he sentido como algo propio.

    El desenlace es duro, pero está bien equilibrado. No lo usas como golpe emocional gratuito. Lo construyes con respeto. Y esa última frase, donde Marta acepta que su vida será otra, no borra el dolor pero le da sentido al trayecto que hemos recorrido con ella.

    Es un relato muy sólido, Merche. Sabe lo que quiere contar y cómo hacerlo. Y deja huella. A mí me ha encantado y lo he vivido de principio a fin.

    Te mando un abrazo muy grande.

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    1. Madre mía, Miguel, ¿y ahora cómo te contesto yo? Si un poco más y tu comentario es más largo que el relato, jajaja.
      Lo has captado a la perfección. Así es, la casa se vuelve extraña, las puertas no están donde ella recuerda, por eso no se abren. Y hasta que no se tranquiliza un poco y agudiza los otros sentidos y percibe el ruido del frigorífico, no entiende que algo malo, para ella, está pasando.
      Sabía que el final iba a ser duro, pero siempre tiene que quedar en la adversidad un rayito de esperanza, asumir lo que se tiene y tirar hacia delante, no queda otra (qué te voy a contar a ti que tú no sepas). Es difícil, pero no queda otra.
      Muchas gracias, Miguel.
      Mucho ánimo y hacia delante.
      Un fuerte abrazo. 🤗

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    2. ¡Jajaja! Es que llevo toda la noche leyendo vuestros relatos y textos. Preparando los comentarios como un loco (van a salir a espuertas, ya verás).

      Llevaba días sin poder concentrarme, y claro… en cuanto he podido, lo he disfrutado a fondo. Y claro que he sentido tu relato desde dentro, ¡cómo no hacerlo! Lo contaste tan bien que parecía que la oscuridad también me rodeaba a mí.

      Enhorabuena, Merche. ¡Y adelante! No queda otra… y la verdad, ni quiero que quede otra. Hay que seguir, disfrutar, vivir, escribir, conectar y seguir exprimiendo cada segundo que nos quede. Con luz o con sombras, pero con ganas.

      ¡Hala! Otro abrazo grande.

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    3. Ese párrafo final me encanta y el ¡hala! más...
      Pues eso, hala, a por todas.
      Abrazo grande. 🤗

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    4. ¡Ostras! me he pasado a leer tu relato otra vez, y sí, me pasé un pelín con el comentario jajaja. Me queda el consuelo de que tus comentarios empiezan a ganar más palabras, poco a poco, pero sin pausa jajaja

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    5. Di que sí, metiendo presión... Pero mira que eres... 😵‍💫

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  12. Hola Merche. El relato tiene mucha fuerza. El lector también se siente atrapado en esa oscuridad y siente angustia. De todos los finales que imaginaba conforme leía el que has elegido no pasó por mi cabeza. Estupendo giro. Un abrazo!

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    1. Hola, Lady, muchas gracias. Sí, intenté que no fuera previsible.
      Un abrazo. :)

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  13. Hola Merche, a mi me atrapó desde el primer renglón porque me pasó algo parecido cuando niño pero no en mi casa, en mi propia habitación, no más de ocho metros cuadrados y no fui capaz de salir, quizás ahora con este recordatorio le dedique unas líneas.
    Puede que por eso mismo reconozco la sensación, la angustia de la oscuridad y la desorientación que esta provoca.
    Me lo hizo recordar como si estuviera pasando ahora mismo.
    Evidentemente el final –afortunadamente– no fue el mismo.
    Yo, al cabo de un rato deambulando por aquella mínima habitación conseguí volver a mi cama totalmente frustrado por no conseguir salir para ir al baño.
    ¿cómo es la vida eh?
    Un abrazo enorme.

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    1. Hola, Javier, uuuffff, tuvo que ser terrible. Qué casualidad haberte visto reflejado, menos mal que el final fue totalmente diferente. Gracias por tu comentario.
      Un abrazo. :)

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  14. Mercedes, qué relato tan poderoso. Has conseguido que la oscuridad no sea solo un entorno físico, sino una experiencia emocional profundamente inquietante. Sentí cada tropiezo de Marta, cada pregunta sin respuesta, cada instante de desorientación como propios. Y ese giro final... desgarrador y luminoso a la vez.

    Me ha conmovido especialmente cómo logras que la esperanza no desaparezca del todo, incluso cuando la luz ya no vuelve. Un relato que se queda rondando dentro, como los sueños que duelen pero enseñan. Gracias por escribir algo tan humano.

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    1. Luis, muchas gracias por tu precioso comentario, me ha gustado mucho. Realmente sí es un relato muy humano, seguro que a alguien le ha pasado (además del caso que cuenta Javier en un comentario antes que el tuyo).
      Gracias por pasar.
      Un abrazo. :)

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  15. El giro final revela que Marta ha perdido la vista debido a un tumor, lo que convierte la oscuridad en su nueva realidad. Sin embargo, la historia deja un mensaje de resiliencia: aunque la luz no vuelva, la esperanza sigue presente, y además juega con la percepción y la angustia de manera magistral. Abrazos virtuales desde Venezuela

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    1. Muchas gracias, Raquel.
      La resiliencia es muy importante.
      Un abrazo. :)

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  16. Hola Merche
    ¡Qué angustia! Tras salir de mi error, pensando en una situación similar al apagón del 28/4, la realidad de haber perdido la vista de una forma súbita y total me llenó de angustia, no sé porqué pero es uno de los miedos que, de vez en cuando, me atormenta. ¡Vaya uno a saber qué habrá pasado en una vida anterior!
    Tu final nos descubre la esperanza, aunque no será un mundo mejor como en el sueño, la aceptación de la nueva vida de Marta calma la angustia y nos permite el atisbo de una claridad.
    Un abrazo fuerte
    Marlen

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    1. Hola, Marlen, siento la angustia. Salió así esta vez, no suelo ser tan triste, pero a veces...
      Gracias.
      Un abrazo. 🤗

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  17. Hola Merche, un rato sin leer lo que escribes y me sorprendes con este relato, angustiante que cada vez iba impeorando más y mi adentro se estrujaba y no podía adelantar nada como si se hubiera nublado. Eso sí final otro que inesperado, jamás me lo hubiera imaginado. Muy bueno, abrazo Themis

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    1. Sí, salió así, Themis... Inevitable.
      Gracias.
      Un abrazo. 🤗

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  18. Hola Merche
    Un fantástico relato. Angustioso. Primero me lleva al día del apagón, a pensar en lo que a todos se nos pasó por la cabeza. Pero no llega el amanecer y su casa empieza a cambiar, es un sueño. Vaya. Pero luego está en el hospital. Ha perdido la cabeza... pero no. Su oscuridad es permanente. Narración intensa hasta el fina, un final que no esperaba para nada.
    Me ha encantado.

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    1. Hola, María José, me alegra que te haya gustado. Gracias.
      Un abrazo. :)

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  19. Hola Merche:
    Qué situación. Y yo pensando que lo peor es que se diera un golpe en un dedo del pie si iba descalza por la casa con tanto obstáculo.
    Qué final más triste, inesperado y, por todo ello, apoteósico. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Mercedes, sí, una situación complicada.
      Muchas gracias por pasar.
      Un abrazo. :)

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  20. Un triste final, pero hay que seguir adelante. Un abrazo.

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