17 octubre 2024

La habitación de los sueños.

 



María entró en la habitación, despacio, sin hacer ruido, con cautela. Por su mente volaban los recuerdos: cuando era pequeña y atravesaba esa puerta y veía cómo el sol inundaba la estancia al colarse por el gran ventanal. Se respiraba paz, igual que ahora la sentía. Sin quererlo, una lágrima resbaló por su mejilla y el tiempo se detuvo. Incapaz de avanzar un paso más, dirigió su mirada hacia el rincón en el que ella se sentaba y la vio: una niña llena de sueños leía cuentos acurrucada en una mecedora. Aquellos libros continuaban en su estante, llenos de pasado; pero no había ni rastro de los sueños. Estos, al igual que los años, se los había tragado el tiempo y ni el sol, con sus brillantes rayos, conseguía alegrar a la que ahora observaba desde la puerta.


Alguien le había dicho que abrazara a la niña que un día fue y entrar en su primera habitación era el paso inicial. Con mucho esfuerzo se sentó en aquella mecedora y cogió uno de sus cuentos. Los ojos anegados en lágrimas le impedían leer; los recuerdos la embargaban y la nostalgia le atenazaba el corazón. Allí, muchos años atrás, soñó con un futuro muy diferente al que tenía. Las malas decisiones la llevaron por caminos impetuosos. No había vuelta atrás, pero y si…


Todavía podía soñar, todavía podía escuchar a esa niña que acurrucada en su mecedora leía y soñaba. Se secó las lágrimas, cogió el móvil del bolso y con valentía marcó un número de teléfono.


Alfredo, hola, soy yo, me despido. Mañana no vuelvo al trabajo… Sí, voy a estudiar esa carrera… Con el dinero de la venta de la casa de mis padres… Sí, pasaré a recoger mis cosas. Gracias por todo. Adiós.


Con el corazón calmado y  una gran sonrisa en su rostro comentó a su yo del pasado que nunca es tarde para cumplir tus sueños.





Mercedes Soriano Trapero

Foto: canva



16 octubre 2024

La clase de griego. Reseña.

 




Ficha bibliográfica

  • Autora: Han Kang
  • Editorial:   RANDOM HOUSE (7 septiembre 2023)
  • Idioma: ‎ español
  • Tapa blanda: 163 páginas
  • Género: ficción
  • Edad recomendada: a partir de 16 años


  •                                                  Sinopsis

    "En Seúl, una mujer asiste a clases de griego antiguo. Su profesor le pide que lea en voz alta pero ella permanece en silencio; ha perdido la capacidad del lenguaje, así como a su madre y la custodia de un hijo de ocho años. Su única esperanza de recuperar el habla es mediante el aprendizaje de una lengua muerta.

El profesor, que acaba de regresar a Corea después de pasar media vida en Alemania, se encuentra dividido entre dos culturas y dos lenguas. También él afronta pérdidas: su vista empeora irreversiblemente a cada día que pasa, y convive con el miedo de saber que, cuando llegue la ceguera total, perderá toda autonomía.

Con una belleza inusitada, las voces íntimas de estos dos protagonistas se intercalan y se cruzan en un momento de desesperación. ¿Será posible que encuentren en el otro el modo de salvarse, que la oscuridad dé paso a la luz y el silencio a la palabra?

La aclamada autora de La vegetariana indaga en la pérdida, la violencia y la frágil relación de nuestros sentidos con el mundo para brindarnos una carta de amor a la filosofía, la literatura y el lenguaje, pero, sobre todo, a la esencia de la conexión humana y de lo que significa sentirse vivo".


Opinión

       Cuando el pasado jueves 10 de octubre se fallaba el Premio Nobel de Literatura, yo permanecía atenta al mismo por Youtube, más por curiosidad que por otra cosa, no tenía favoritos (bueno, Isabel Allende, pero ni siguiera se oía entre los favoritos). Y me sorprendió el resultado pues no había oído hablar de Han Kang (tampoco estaba entre los favoritos). Indagué un poco en ella y leí que tenía un estilo muy personal que se acercaba a la prosa poética, también ha escrito poesía. De sus libros destacaban La vegetariana, cuyo argumento no me llamó nada la atención, y este, La clase de griego, por ser el último en publicar. En su día yo estudié griego y, aunque no recuerdo casi nada, me gustó la asignatura, la disfruté, así que adquirí el e-book y lo leí. 

       Efectivamente, la forma de narrar se acerca a la poesía y diría, bajo mi punto de vista, que es lo único a destacar del libro, lo demás, no me gustó. No sigue una línea argumental a la hora de narrar, da saltos, no solo porque los dos protagonistas cobren voz en la trama, sino porque viaja al pasado en sus propias vidas, lo cual hace que te pierdas leyendo, tengas que leer otra vez el párrafo o aventurarte en lo siguiente sin saber muy bien cómo va. Se supone que es una historia de amor, pero esta queda tan velada por lo que a cada protagonista le ocurre que llegas al final sin saber muy bien qué ha pasado y cómo termina.  

      Es un libro diferente, por la forma de narrar, por cómo refleja el sufrimiento, el lirismo, pero no es un libro que den ganas de leer ni es para todo el mundo ni tampoco te engancha... Es un libro y una autora por la que una editorial ha apostado y para no perder esa apuesta o esa inversión, te la "meten" por los ojos e, incluso, quizá hicieran algún tipo de "donación" a la academia de los premios Nobel para darle el galardón y así ser conocida y vender libros, publicidad hecha por tanto (sin ir más lejos yo compré el libro y supongo que como yo, más gente, solo por el hecho de haber ganado el premio, por saber quién es y de qué va).  Opinión muy personal, claro está, nunca nos enteraremos si se ha pagado por el premio ni nada por el estilo, obviamente. Pero tenía a los Nobel como un premio algo más imparcial y creo que no es así. También pensaba que el Nobel se entregaba a toda una vida dedicada a la literatura, por la obra en general de un autor/a. Es decir, a alguien de más edad, Han Kang solo tiene 53 años y ocho novelas publicadas (según wikipedia), un libro de poesía y dos ensayos. Muy poca trayectoria literaria si la comparamos con otros autores (Isabel Allende por ejemplo). 

    No quiero que parezca esta reseña una crítica a los Nobel ni tampoco a la escritora, Han Kang, son, simplemente, mis impresiones al respecto. Me gusta la literatura, amo los libros, siento curiosidad por los ganadores de cualquier premio (a no ser que vea que ese premio está demasiado amañado) y me gusta leer de todo, así como descubrir nuevos autores. Sin embargo, está claro que no a todos nos gustan las mismas cosas y ni siquiera tenemos por qué seguir los rumbos que una editorial nos mande. El día que la literatura, los libros, se desvinculen de los gustos de unos pocos, ganaremos en imparcialidad, en libertad y en calidad. Pero mientras el dinero esté por medio, es inevitable. 

     A pesar de todo, te recomiendo el libro, juzga por ti mismo/a. Además, está bien escrito, y esto siempre ayuda,  y es cortito por lo que podrás leerlo en un rato. 



 


15 octubre 2024

Reto de lectura. Octubre - Noviembre.

 



¡Hola!

     Sigamos leyendo. Si te apetece ver los libros recomendados en los retos anteriores, en la parte de arriba del blog, en páginas, tienes el enlace a los mismos. 

       «En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío». Fernando Fernán Gómez 

Instrucciones:

📚 A mediados de cada mes propondré un tema, un autor, una palabra, unos personajes, un número, un color, etc., aquello que cada libro que leamos tendrá en común entre todos los que participemos. 

📚 La temática que exponga estará abierta hasta mediados del mes siguiente. Tienes un mes para leer el libro que elijas.  

📚 Si tienes blog y te apetece hacer una reseña, me la puedes poner en comentarios y yo la añadiré a esta entrada, así todos los que participen leerán la entrada del libro que tú has elegido. Si no tienes blog, puedes dejarme en comentarios el libro que has leído, lo que te ha parecido y lo que quieras opinar del mismo. No es obligatorio dejar reseña.

📚  La propuesta para este mes (15 de octubre - 15 de noviembre) es:

Leer libros que contengan la letra L o en su título o en su autor.

📚  No añado ningún enlace con propuestas porque en Google puedes encontrar muchísimos, así no condiciono con ninguna opción de ningún sitio.

 

¡Leamos! ¡Espero tu libro!


14 octubre 2024

Día de las escritoras, 14 de octubre.

 



¡Felicidades, escritoras!

El 14 de octubre se celebra el día de las mujeres escritoras y se celebra hoy porque mañana, día 15, es el día de Santa Teresa de Jesús, gran mujer y gran escritora.




Hoy en día, por suerte,

da igual el sexo que me represente,

da igual si me visto con faldas o con pantalones,

da igual, por suerte.

No tendré que firmar mis escritos con un seudónimo,

quizá algo que suene masculino,

para que me lean.

Tampoco tendré que esconderme

detrás del velo del machismo

y tampoco del feminismo

para que alguien se adentre en mis letras.

Hoy, por suerte,

las escritoras podemos firmar con nuestro nombre,

podemos publicar y salir al exterior

con el orgullo, por bandera, de nuestras letras.

Agradecidas quedamos a las que

años atrás, no contaban, por desgracia

con el beneplácito de la sociedad.

Sin embargo, algo peor se cierne hoy en día

sobre nosotras y sobre el resto de aquellos que escriben,

algo que aniquila la mente humana

y que destroza el intelecto que,

como ser humano, gozamos:

la ignorancia.

Preferir un videojuego

o quizá una red social

o la poco creativa IA

y anteponerla ante los libros

nos hará desaparecer,

hundirnos en el peor de los desprecios.

Seamos optimistas, no obstante,

siempre habrá alguien que lea,

siempre habrá alguien que ame las palabras

y sueñe con un mundo armado de libros.

 


Mercedes Soriano Trapero
Fotos: pixabay y wikipedia


09 octubre 2024

Cinco currantes.


Relato para el blog El Acervo de Letras

 




Todos deseaban que llegara ese día, 5-10-2024: la celebración del quinto aniversario de su empresa, CINCO CURRANTES. Y no solo porque había pasado un lustro desde que aquel cinco de octubre de 2019 la abrieran, sino también porque rimaba con su nombre, con el aniversario y porque no, nadie haría la dichosa rima de hincar nada en nadie… Se lo habían currado, también y tan bien como su nombre indicaba, y eso había que celebrarlo por todo lo alto.

Durante los meses anteriores, las idas y venidas fueron enormes, de la máquina de café al despacho, del despacho a la máquina de café, un tránsito de idas y venidas que no se podía comparar ni con la hora punta en el metro: había que preparar el evento. Agustín Peliagudo, Nicolás Bienhecho, Bruno Almenos, Leticia Saldecuentas y Elena Lasiestas, fundadores de la empresa CINCO CURRANTES, tenían el deber para ellos mismos y para sus empleados de organizar la mejor fiesta de aniversario del mundo mundial. La empresa era grande, vamos, el fiestorro en sí, la empresa apenas llegaba a veinte empleados, más ellos cinco, veinticinco bocas que alimentar y, en este caso, que motivar con su aniversario.

Nicolás y Leticia y Bruno y Elena eran pareja y un día, allá por el verano del 2019, recién despedidos los cuatro de sus anteriores trabajos, decidieron montar una imprenta. No tenían ni idea de imprimir, ni de máquinas de impresión, ni de nada por el estilo, pero les gustó la idea. El primer problema al que se enfrentaron era que no tenían ni un duro para montar el negocio y los bancos ni querían verlos. Pero Nicolás, siempre con su buen hacer, no en vano era un Bienhecho, recordó que tenía un primo allende los mares con mucho dinero. Más rico que Amancio Ortega, pero nadie sabía nada, tenía el dinero escondido debajo del colchón y vivía en una cuadra que ni los cerdos vivirían en ella. Era muy peliagudo, haciendo honor a su apellido, y más tacaño que el que inventó el carpaccio…

Lo convencieron a base de lametones de oreja y se convirtió en el presidente supremo de la empresa. Fue entonces cuando decidió cambiar su chabola de allende los mares por un piso en la Castellana. Todavía hoy recuerdan a Don Peliagudo pagando en metálico la entrada del piso, billete a billete y alguna que otra moneda.

Y bueno, aunque los expertos comentaban que la empresa duraría un mes, ahí están, ya cinco años y Don Peliagudo ganando más dinero todavía. Por tanto, la fiesta tenía que ser a lo grande.

Como tenían pasta, optaron por alquilar un local en un hotel en pleno centro de Madrid, aperitivos variados para cenar, barra libre hasta que el cuerpo aguantase y música en directo. Entrada gratuita para todos los empleados sin excepción, hasta el último mono que había llegado un mes antes, y sus familiares, previamente registrados. Y 55 € por cabeza para todo aquel mindundi ajeno a la empresa que quisiera codearse con los CINCO CURRANTES. El señor Peliagudo así lo había dispuesto, no en vano se jugaba su dinero.

La fiesta llegó y fue tal su impacto entre los medios de comunicación que hasta Matías Prats la anunció en el telediario: no eres un cinco y lo sabes, comentó con su particular carisma. Hubo que colocar a dos esbirros más grandes que un tonel en la puerta del hotel para limitar la entrada; los 55 € se le quedaron cortos a muchos y Don Peliagudo tenía el símbolo del dólar reflejado en sus córneas. Había tanta gente que los otro cuatro currantes se quedaron difuminados en la sala y el resto de empleados se amotinó en el baño, más grande que una de las habitaciones del hotel, para celebrar su propia fiesta.


Al día siguiente, los prestigiosos periódicos nacionales se hacían eco de la noticia: la empresa CINCO CURRANTES había montado una fiesta que ni las de los equipos de fútbol ganando la copa del mundo. Tanto había gustado al personal, ajeno a la empresa claro, que ya hablaban de Don Peliagudo como el próximo organizador de fiestas y este, leyendo las noticias, se frotaba las manos porque el dinero le ardía entre las mismas.

Y, mientras, el verdadero personal de la empresa, con los ojos vidriosos por el alcohol, el poco que los de la entrada de 55€ le dejaron, se recostaba entre las máquinas fotocopiadoras de la empresa aquejados de mil y una contracturas al tener que bailar en las estrecheces del cuarto de baño de la sala. Una fiesta que pasaría a la historia por el hambre que pasaron ya que solo un plato de carpaccio consiguió llegar al baño y conforme llegó, se acabó, ni a una fibra de carne tocaron.

Los otros cuatro jefes, que se pasaron la fiesta en un rincón viendo pasar gente y gente que no conocían, llegaron al trabajo al día siguiente con una sonrisa de oreja a oreja para disimular. Y de disimulo en disimulo fueron preguntando al resto del personal que haciendo lo propio los felicitaba, encima, por tan buena fiesta.

Aunque, eso sí, los teléfonos comenzaron a sonar desde primera hora por tan magnífica publicidad como recibieron, lo que les asegura trabajo para, por lo menos, como admite Bruno Almenos, los cinco años siguientes. Fecha en la cual realizarán una fiesta todavía mejor que la anterior.




Mercedes Soriano Trapero
Para el VadeReto