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―¿Dónde te crees que vas, dragona? ¡No se puede huir de esta fortaleza! ¡Ni siquiera por el aire, ja, ja, ja, ja!
Tusvha se quedó petrificada, no pensaba que iba a ser fácil, pero tampoco que sería descubierta tan pronto. Ese ser era el que le había llevado la comida y el escudo estaba hechizado, no podía, por tanto, arremeter contra él. Debía pensar algo y rápido.
―Solo quería visitar el lugar, nada más.
La respuesta irónica de Tusvha desorientó al ser oscuro que no supo qué decir. La dragona lo notó y continuó por ese camino para distraerlo.
―Aquella mazmorra es muy pequeña, demasiado, y yo necesito espacio para moverme, de lo contrario mis patas se resentirán y, sobre todo, mis alas y mi sangre saldrá defectuosa y supongo que eso no lo querréis así, ¿verdad?
―No juegues conmigo, dragona, no se me puede engañar fácilmente.
―¿Engañar? Yo no quiero engañar a nadie, estoy diciendo la verdad.
Mientras Tusvha pronunciaba todo ese discurso irónico, en su cabeza buscaba el hechizo para revertir la protección que el escudo llevaba, no encontró exactamente lo que buscaba, pero sí un hechizo para que el escudo se volviera contra su portador.
―Si me vais a tener aquí encerrada, yo necesito comodidades, una celda más grande, almohadones para poder tumbarme cómodamente en el suelo, más cantidad de comida y más variedad, no siempre carne, y bebida, agua del monte Himalaya, que es perfecta para mis escamas… Y, a ver, déjame pensar, necesitaría volar cada cierto tiempo, por mis alas, ya sabes, estoy en época de crecimiento y deben estirarse y alzar el vuelo, es la única manera de que se pongan fuertes.
Tusvha tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse de sus propias palabras, no obstante, debía concentrarse en el hechizo que iba a lanzar y las fue pronunciando muy despacio, al tiempo que, mentalmente, dirigía su conjuro contra el escudo del ser oscuro.
―¡¿Qué!? ¿Tú eres una dragona o un humano?
El ser oscuro estaba desconcertado, sabía que estaba jugando con él, pero lo estaba dejando sin palabras. Los dragones siempre eran fieros, rudos y no se andaban con discursos, ni palabras, ni peticiones, ni mucho menos; un dragón luchaba, no hablaba. Tusvha era especial, no era un dragón cualquiera.
―Bueno, a ver, tampoco pido mucho, yo quiero colaborar, pero con unas condiciones…
La dragona ya había lanzado su hechizo y solo era cuestión de tiempo que el ser arremetiera contra ella para que el escudo se revolviera contra él.
El ser oscuro no quiso escucharla y, tal como Tusvha había imaginado, se lanzó contra ella. En ese momento, el escudo le impidió avanzar atrapándolo contra las paredes del castillo. Fue tal el golpe que quedó inconsciente. La dragona, sin acercarse a él, rompió su espada con la magia y salió huyendo. Al final de ese pasillo se veía luz y ahí debía estar la salida.
Amplió su campo de visión buscando vida a su alrededor, antes había sido demasiado descuidada en ese aspecto. En apariencia, no había nadie y salió tan veloz como las estrecheces del recinto le permitieron. Al final de ese pasillo había una gran ventana, ahora la veía, desde ahí podría saltar y volar y sería libre. Cuando llegó su ánimo se resquebrajó, no había nada de lo que había imaginado detrás de esa ventana, sino algo que le rompió el corazón y la dejó sin fuerzas.
(Continuará)
Está linda esta historia de la Dragona, a ver como sigue, se espera la próxima parte, abrazo grande Themis
ResponderEliminarGracias, Themis.
EliminarAbrazo. :)
Ay ay, que habrá tras esa ventana!
ResponderEliminarAlgo muy triste debe ser para que el ánimo de la valiente Tusva se resquebraje.
Deseando leer el próximo capítulo.
Un gran abrazo, Merche.
Jeje, sí, para ella es algo muy triste...
EliminarGracias Carmen.
Un abrazo. :)
Me ha gustado mucho, Merche. Me alegro de haberte animado a escribirlo. jejeje, esperando la cuarta parte y lo que hay tras la ventana. 😱
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Mercedes. Sí, tu propuesta me inspiró una buena historia, a ver hasta dónde llega Tusvha...
EliminarUn abrazo. :)
Bueno, ahora sí me has dejado esperando saber más de la dragona y cómo le fué. Esperaré nuevas entregas. Saludos.
ResponderEliminarMil gracias, Ana, espero que siga gustando después.
EliminarUn abrazo. :)
Has dejado la historia en el momento más emocionante. Espero ansioso el siguiente capítulo. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Federico, la cuarta parte ya está publicada.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Hola, Merche.
ResponderEliminarNos muestras una dragona sutil y con argumentos, algo poco usual en este tipo de relatos. Seguiré la historia.
Un fuerte abrazo :-)
Es una dragona especial.
EliminarGracias, Miguel.
Un abrazo. :)