16 diciembre 2025

¡Oh pintoresca Navidad!

 




Se acerca la Navidad, otro año más, pero yo tengo la sensación, cada año que pasa, que somos más…, más…, pintorescos (por no decir otra palabra más fuerte o añade tú la palabra que quieras). Es decir, ¿no se nos está yendo de las manos? Vamos, digo yo, aunque solo sea un poquito… Me explico:


1. Cada vez llega antes, cuando estás de vacaciones ya te anuncian los décimos de Navidad y aparece el gorrito rojo en ese momento en el que tú estás pasando más calor que el leño de la estufa y en lo que menos piensas, precisamente, es en gordos y en Navidad.


2. Después llegas a casa, vas al supermercado y…, ¡¡ya hay polvorones!! Yo dudo si serán los del año pasado o son ya de temporada. Quizá es que mezclados con un helado pasan mejor. Diría Pamplona con uno en la boca, pero yo sigo con el mismo calor y solo la abro para tomar refrescos con mucho hielo.


3. Y hablando de mezclas raras, aparecen los turrones, justo detrás de los polvorones. En mi infancia había tres sabores: el blando, el duro y el de chocolate. Ahora lo hay de naranja con zanahoria; chocolate con pistacho; piña con miel… ¿y de lentejas y judías? ¿O eso eran los helados? ¿O los polvorones? El caso es que cada vez más raros y, oye que está bien eso de innovar sabores, pero es que no me da la Navidad para probar tanto turrón o se inventan un par de fiestas más o a mí no me llegan.


4. Dejamos las comidas y aparecen las tradiciones. Comencemos con los calendarios de adviento, ¿y estos de dónde han salido? ¿En qué momento decidimos que era bueno romper un cartón cada día para hacer más llevadera la espera antes del día 24? Un cartón, claro está, con las sorpresas más raras, (no os hablaba yo al principio de pintorescos…, pues eso). Los hay de chocolate, quizá los más normales (y baratos), pero también de joyas, coches de juguete, piezas de lego, productos de maquillaje, cremas y hasta figuritas de capibara con diferentes elementos…, ¿capibaras? ¿Hay capibaras en España? (Según Google, en zoológicos y parques temáticos). Y digo yo, ¿por qué sería interesante tener un calendario de adviento de capibaras? Sinceramente, no lo acabo de ver… Pero eso sí, caemos, y las redes sociales se llenan de gente abriendo sus calendarios de adviento que, algunos de ellos no tienen uno, ni dos, ¡¡ni tres!! ¿Por qué es necesario abrir sorpresas antes del día 24? ¿Por qué? Da igual, al final, caemos…, es inevitable…


5. Claro, hay que tener ilusión por que llegue el día 24 porque…, ¡¡¡viene Santa Claus!!! Espera, espera, espera, me he perdido, ¿pues no era Jesús el que nació el día 24? ¿Y este quién es entonces? En mi portal del Belén no aparece, como no esté detrás de la vaca y el buey, yo no lo veo por ningún lado… ¿Y dices que hace la misma función que los Reyes Magos? ¿Entonces es un paje suyo que viene de adelanto? Será porque no pueden sus majestades con tanto regalo y este les va dejando algunos regalos antes…


6. Y hablando de personajes pintorescos (no, no voy a hablar del Grinch, me niego), aparece ahora un elfo travieso que todas las noches hace trastadas y cuando se levantan los niños ven lo que ha hecho… Y digo yo…, ¿esto es necesario? Pero si los niños ya están muy ilusionados con tantas luces y adornos, repito con taaaaantaaassss luuuuuccceeesssss y adornos, no es necesario más y, además, algunos se traumatizan con las trastadas del dichoso elfo. Se ven, en los miles de vídeos que hay en las redes sociales, a los niños llorando y tirando al elfo a hacer puñ...etas. ¿Y los padres? ¿Es que nadie piensa en los padres? No tenían suficiente con simular las pisadas de los camellos que ahora, encima, tienen que inventarse cada noche una trastada, hacerla, dejar la casa hecha una m…, y luego, después de que lo vea el niño en cuestión, limpiar la travesura del elfo de las na...ri...ces y volver a hacer lo mismo tooooodas las noches… Esto no está pagado. En el carnet de padre y madre se les olvidó mencionarlo.


7. Y si todavía quedan ganas hay que decorar las casas, claro. No sea que no tengamos suficiente con las miles, digo, millones de luces y adornos que pueblan nuestras ciudades, y los camellos se distraigan y no encuentren nuestra casa, justamente por eso, por falta de adornos. Desempolva el árbol, el Belén y desenrolla las luces, pon todas las que puedas en la fachada, hay que hacer competencia al vecino y no te olvides de simular el espíritu navideño, aunque sea 2 de diciembre y estés ya de la Navidad hasta el mismísimo… Luego en enero ya llegará la factura de la luz, tú ahora ponlas de tres de la tarde a siete de la mañana; si luego vas al trabajo con complejo de luz de emergencia es tu problema, ponte un antifaz.


8. Pero esto no era suficiente adorno, ni las calles, ni las casas, no era suficiente porque ahora se adornan…, ¡¡¡los coches!!! Ayer me adelantó una furgoneta que parecía que se había escapado del Polo Norte. Y posiblemente sea así, sería el transporte del adelanto del adelanto del adelanto de Santa Claus...


¿Es o no es pintoresca la Navidad de ahora? A mí me tienen estresada entre unas cosas y otras, todavía no he puesto los adornos en mi casa y creo que pronto va a sonar el timbre y me voy a encontrar al elfo, a Santa y a los Reyes en la puerta pidiéndome explicaciones. Y si no son ellos, será el presidente de la comunidad de vecinos pidiéndome que abandone la casa por falta de espíritu navideño. En mi defensa he de alegar que yo espíritu, espíritu, lo que se dice espíritu, lo tengo, pero no sé si navideño la verdad… ¿Algún rey mago, o en su defecto santa claus, en la sala que me recuerde las ilusiones de la Navidad, por favor?



Mercedes Soriano Trapero
Foto: pixabay


2 comentarios:

  1. Todo lo que has mencionado se puede resumir en una palabra, que es lo realmente se nos fue de las manos hace mucho tiempo: consumo. Es lo que este sistema nos enseña, para lo que se nos intenta adoctrinar. Puede que haya algo de ilusión por el camino, pero todo -o casi- al final se reduce a algo que no pocas veces hacemos sin necesidad y, peor aún, sin sentido.

    Por desgracia, funciona, y es por eso que cada año va a más, porque el ser humano no sabe cuando parar y solo lo hará cuando todo reviente, las aguas se calmen... y vuelva a empezar.

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    1. Totalmente de acuerdo Dardalorth, consumo e hipocresía, falta de valores, falta de conocimiento, de saber lo que es realmente la Navidad, egoísmo, etc., etc. Pero ahí seguimos, cada año dándolo todo hasta que...
      Mil gracias por pasar.
      Un abrazo. :)

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