Matar a un ruiseñor. Reseña.

 

Foto de la edición que yo he leído.

Ficha bibliográfica

• Autora: Harper Lee
• Editorial: ‎ HarperCollins Ibérica S.A. (29 septiembre 2022)
• Idioma: ‎ español
• Tapa blanda: ‎412 páginas
• Género: ficción 
• Edad recomendada: a partir de 10 años

                           Sinopsis

      «Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor».

     Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la actitud irracional que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo en los años treinta. La conciencia de una ciudad impregnada de prejuicios, violencia e hipocresía se enfrenta con la fortaleza y el heroísmo silencioso de un hombre que lucha por la justicia.

    "Matar a un ruiseñor, audaz en la creación de una voz ingenua pero perspicaz, tan ocurrente como insolente, es también la novela de la formación de una niña temperamental y muy singular, movida por la aspiración de ser mejor y comprender a los otros. Los alegatos de Atticus ante el juez y el jurado, su valor, su aplomo, impregnan el libro, pero la corriente que sacude en todo momento a los lectores la conduce Scout, la chiquilla vestida de cualquier manera, sin coquetería, a la que le gusta leer, saber, escuchar". Del prólogo de Vicente Molina Foix.

                            Opinión  

     El blog del Tintero de Oro, de la mano de Marta Navarro, es el que me ha llevado a leer este clásico de la literatura. Su lectura ha sido emocionante de principio a fin y he lamentado no tener más tiempo para poder leer más cada vez que me ponía con él. Un libro adictivo, fácil de leer, con una narración ágil y una trama argumental que te envuelve desde el primer momento.

     El título metafórico del libro indica la injusticia social que el principal argumento del libro expone; sin embargo, sus más de cuatrocientas páginas encierran más injusticias, más denuncia de una sociedad, la de los años 50 y 60 del siglo pasado, insana, llena de prejuicios, faltas de respeto e hipocresías. Pero la autora no te da un sermón sobre ellas, no te acusa de ser tú parte de esa falsa sociedad, sino que te las envuelve con las historias de los personajes de la novela. Que la protagonista y narradora de la misma sea una niña hace que todavía sea más injusto lo que ocurre, un narrador objetivo que se limita a ser testigo de los hechos y que solo pone en su boca lo que los mayores dicen o hacen a su alrededor. Su inocencia es la que cala muy hondo en el lector porque solo la dulce e inocente mirada de una niña podría decir verdades como puños, con solo estar atenta a su alrededor. La autora, para ello, ha escrito el libro con una prosa perfecta y una narración exquisita, no en vano ha alcanzado tanto éxito (al igual que la película).

      Pero en la novela no solo vemos la injusticia social del color de la piel; también hay injusticia social por el dinero o la posición social; por ser mujer, ya que se manifiesta que las mujeres, en la época del libro, no podían formar parte de un jurado; por aprender de manera diferente, ya que la protagonista-narradora sabe leer antes de ir a la escuela y esto no gusta a su maestra. En general, la autora hace un repaso de la sociedad de la época, una sociedad hipócrita como la niña también dice al referirse al grupo de mujeres que visitan a su tía en su casa. En algunas cosas, estamos evolucionando, pero nos queda todavía mucho por evolucionar, si es que no vamos hacia atrás.

     He subrayado algunas frases que dicen mucho del gran contenido que tiene la novela y  que no te dejan indiferente:

   "Solo porque fuéramos derrotados cien años antes de haber comenzado no es razón suficiente para no volver a intentarlo".

    "Es cuando sabes que estás vencido antes de comenzar, pero de todos modos comienzas, y sigues adelante a pesar de todo. Casi nunca ganas, pero a veces lo haces".

       En estas dos frases, Atticus explica a su hijo la importancia de hacer ciertas cosas, aunque no se quiera o, incluso, aunque se sepa que se va a perder. El poder del amor propio y las convicciones, frente a la presión social.

     "No, Jem, creo que hay solamente un tipo de personas: personas".  

      Y esta última frase que destaco, dicha por Scout, la niña, es, bajo mi opinión, la clave de la novela: no hay clases de personas, ni por el color, ni por el dinero, ni por la inteligencia, solo hay un tipo de personas: las personas. Una sencilla enseñanza expresada, igualmente, con mucha sencillez. Se puede decir más alto, pero no más claro. 

     Junto a las frases, quiero destacar también una acción, las lágrimas de Jem, el hermano de Scout, la narradora-protagonista, al terminar el juicio, no cuento mucho por no destripar el final, pero esas lágrimas, las del hijo del abogado defensor, con tan solo 11-12 años, dicen mucho de la realidad que estaban viviendo y de la humanidad que tienen unos personajes frente a otros.  Después está la inocencia de la niña que creía que su padre no lo había hecho bien, una niña que quiere creer en la bondad de la sociedad, y que, al final, se dará cuenta de cómo es verdaderamente esa sociedad.  

    Y, por último, el final, un final que Scout te lo van contando poco a poco, protagonizado en un personaje clave también de la novela, del que a veces te olvidas y que tiene su momento cumbre al final del libro. Un hecho magistral de la autora donde ya nos remata a todos los lectores y donde se aprecia la magia que tiene el libro. Perfecto.  

       Una novela, en general, muy de este siglo, aunque esté escrita y basada en el siglo pasado; con temas muy actuales y con varias enseñanzas morales que no dejan indiferente.  Una novela entrañable y conmovedora, que debería ser lectura obligatoria en las escuelas. Me ha gustado mucho.