Apareció por la puerta con la cara desangelada:
―¿Qué ha pasado? ―Le preguntó su madre preocupada.
―Nada. ―Dijo él tirándose en el sofá.
―Sí, claro, por eso esa actitud, ¿verdad? Anda, cuéntame.
―Solo es que acabo de ver algo que no me ha gustado...
―¿El qué?
―Una travesura de unos niños… Me he reído, pero no está bien, se
burlaban de otro niño.
―No, eso no está bien.
―No, ya...
―¿Y qué has sentido?
―Pues, no sé, quizá un poco identificado, porque yo antes hacía cosas de
esas y ahora me las hacen a mí... No debería haberme reído.
―¿Y qué te gustaría haber hecho?
―Decirles a esos niños que no lo hicieran, pero no he sido capaz.
―No te culpes, tú bien has dicho que son cosas que hacías antes,
con que no las repitas, es suficiente. Pronto las burlas cesarán porque no
tienen fundamento. Sé bueno contigo y con los demás, hagan lo que
hagan, y, sobre todo, no hagas a los demás lo que no te gustaría que
hicieran contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario