22 noviembre 2025

Parafraseando a Cervantes.

 




     En un lugar de la casa, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que había una habitación de las más ordenadas, estantería perfecta, mueble organizado y suelo impoluto. Un estante lleno de cajones, ordenados, los libros bien dispuestos y ni un ápice de polvo por ningún lado constituían las tres partes de su anchura. El resto de ella se disponía entre la mesa, sin trastos encima, y un gran sillón que servía para sentarse y no para sostener enseres. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y un robot limpiador que no llegaba a los cinco, y un mocho de fregona que tan pronto estaba en el cubo como rodando por la casa. Tenía el sobrenombre de la “ordenada”, aunque, con el paso de los años, ha pasado a llamarse la “desordenada”. Pero esto importa poco a nuestro blog: basta que en la narración no me extienda más y a Cervantes le rinda pleitesía por su buen hacer del que ahora me aprovecho.



                        Mercedes Soriano Trapero
Perdón Miguel por el parafraseo
Foto: canva
Dedicado a Maty 



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