03 octubre 2025

Octubre.

 



Caen las hojas de los árboles


igual que las del calendario.


Se me vacían los años


a ritmo de rutina


aquella que dicta enero


y que, a veces, amo


y, a veces, odio.



Caen las heridas del pasado


igual que las del presente.


Ni siquiera aspiran a futuro,


cuando la muerte las dicta.


Y de nuevo rezas


para que la de la guadaña


pase de largo.



Caen los segundos de las horas


igual que los minutos te recuerdan.


No se detiene el reloj,


ni las estaciones,


ni el calendario,


ni la vida,


siguen su curso


aunque no estés.


Tú navegas por los cielos


mientras nosotras,


aquí en la tierra,


le echamos paciencia a los días


e intentamos regar los segundos


con horas de felicidad,


mientras los recuerdos


se cuelan


          entre

 

               los


                                 minutos…



Octubre,


este año


me dueles.






Mercedes Soriano Trapero
Foto: canva


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Siguiendo con la idea de la revista número 21: una poesía para cada mes del año.


02 octubre 2025

La aurora de Nueva York.

 

Relato para el Tintero de Oro



Me pinchan las antenas y los rascacielos inmensos con sus punzantes torres. ¿Por dónde entro? No tengo huecos. Por allí, por allí veo los árboles que me acariciarán con sus ramas y radiantes hojas, qué verde más bonito tienen, no los había visto iguales en otro sitio… ¡Han desaparecido! ¿Dónde están? ¡Era una imagen! Una imagen proyectada en uno de esos edificios enormes de esta urbe. Me eclipsa hasta a mí. No debería aparecer, si los humanos no me esperan, tienen una noche artificial que se vuelve claridad con las luces, los espejos… Huele mal, hay humo, necesito respirar… Se me hace tarde, pero, ¿por dónde entro?



―Mamá, ¿no debería haber amanecido ya? ¿Y la aurora, y el sol, dónde están?

―Yo qué sé, hija, vaya preguntas me haces, ¿has acabado de desayunar? Siempre vamos con prisas. ¡Quítate de la ventana!

―Pero no hay sol…

―Serán las nubes, hija, habrá tormenta, yo qué sé… Venga, rápido, que vamos a llegar tarde…




―El tráfico se ha vuelto loco, sargento, ¿llamamos al ejército? ¿Se lo comunicamos al presidente?

―¡Cállate! No tendrá otra cosa el presidente que preocuparse del tráfico. ¿Qué ha pasado con los semáforos? ¡¿Alguien me lo puede explicar?!

―No han funcionado, señor, no sabemos por qué…

―¿Y el día, no debería ser de día?

―No sé, señor, habrá tormenta…

―Da igual, rápido, llama a todos, hoy servicio doble.




―Señor presidente, siento molestarle, pero hay un problema en la ciudad de Nueva York.

―Espero que sea importante, tengo un partido de golf en cinco minutos.

―Ha sufrido un colapso, los semáforos y demás señales han dejado de funcionar. Y, es más, no ha amanecido, aquí tampoco como puede comprobar.

―¿Que no ha amanecido? Será porque hay nubes, deje que me asome a la ventana… ¡Ah, es cierto, no hay nubes, pero no está el sol! Hoy el tiempo daba despejado, de ahí mi partido. Llama al pentágono, es urgente.

―Pentágono, dígame señor presidente.

―Hay un problema con la aurora, con el sol, con los semáforos, ¿qué ocurre?

―No lo sabemos, señor, nuestros sistemas no han detectado nada.

―Pero, ¿cómo que no han detectado nada? ¿Y la CIA?

―No ha comunicado nada, señor, nadie sabe nada.

―¿Cómo que nadie sabe nada? Un país como el nuestro tiene que saber qué está pasando… ¿El resto del mundo está igual? ¿Los rusos tienen sol?

―Me temo que sí señor.

―Que sí, a qué…

―A todo señor: no sabemos nada y los rusos están disfrutando de un sol radiante.

―¡No puede ser! Esto son los extraterrestres, porque un satélite mandado por Rusia se queda grande para ellos.

―¿Y los chinos, señor?

―Demasiado sofisticado para ellos también. Me temo que tenemos una nave nodriza encima de nuestro país, estoy seguro.

―¿Y qué hacemos señor?

―¿Y usted me lo pregunta? Y yo qué sé…

―Señor, usted es el presidente.

―Comuníqueme con ellos, rápido.

―¿Cómo, señor? No hemos detectado ningún tipo de señal extraña.

―¿Es que todo lo tengo que resolver yo? Si no han detectado señales, entonces no hay vida extraterrestre encima de nuestras cabezas, ¿puede ser?

―Puede ser, señor, es un buen razonamiento.

―Entonces comuníqueme con la aurora, con el sol, con ese que se encarga de que el día aparezca.

―¿Con Dios, señor?

―No, con ese no, que lo tengo ocupado en otras historias, necesito el Nobel de la Paz.

―¿Con el sol, señor?

―Con ese, ya mismo.

―Es el astro rey, señor, no sé…

―Como si es Perico el de los palotes, ¡a mí con reyes, a estas alturas de mi vida!

―No sé si…

―¡Cuántos problemas de verdad! ¡Yo solo quiero jugar mi partido de golf! Bueno, pues comunícame con ella, con la aurora, las mujeres se me dan mejor, me las camelo enseguida.

―No hemos localizado su número. Creemos que no tiene.

―No me lo creo, ¿cómo alguien, en pleno siglo XXII, no va a tener teléfono?

―XXI, señor, siglo XXI.

―¡Da igual el siglo! Gobernaré en él también. Quizá tiene redes sociales, ¡búsquenla! ¡Rápido!

―Nada, señor, no la encontramos.

―Esto no puede ser cierto, esto no me puede estar pasando a mí, a mí, el presidente de los Estados Unidos de América, el próximo Nobel de la Paz, el genuino, el auténtico, ¡esto no puede ser cierto! Seremos el hazmerreír de todo el planeta… Un momento, se me está ocurriendo una idea estupenda. ¡Rápido! ¡Carguen el Air Force One con todas las luces que tengamos disponibles! ¡Crearemos una aurora nueva para todo el país si es necesario!




¡Agua! Me colaré por este lago, estos árboles sí parecen de verdad. Aquí puedo respirar, hay naturaleza, hay vida, no hay edificios inmensos. Llego con mucho retraso, espero que nadie lo haya notado. Por hoy, Nueva York se ha librado de permanecer a oscuras. Sol, despliega tus rayos que de nuevo amanece en la ciudad.




Mercedes Soriano Trapero
Para el blog el Tintero de Oro



Relato inspirado en el poema La aurora del libro 

Poeta en Nueva York de Federico García Lorca


La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno

y un huracán de negras palomas

que chapotean las aguas podridas.


La aurora de Nueva York gime

por las inmensas escaleras

buscando entre las aristas

nardos de angustia dibujada.


La aurora llega y nadie la recibe en su boca

porque allí no hay mañana ni esperanza posible.

A veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños.


Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraíso ni amores deshojados;

saben que van al cieno de números y leyes,

a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.


La luz es sepultada por cadenas y ruidos

en impúdico reto de ciencia sin raíces.

Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.




01 octubre 2025

Caperucita en Manhattan. Reseña.

 


Ficha bibliográfica

  • Autora: Carmen Martín Gaite
  • Editorial:   Ediciones Siruela (19 Octubre 2011)
  • Idioma: ‎ español
  • Tapa blanda: 168 páginas
  • Género: ficción 
  • Edad recomendada: a partir de 12 años


  •                                                  Sinopsis
    "Sara Allen es una niña de diez años que vive en Brooklyn, Nueva York. Su mayor deseo es ir sola a Manhattan para llevar a su abuela un tarta de fresa. La abuela de esta moderna Caperucita ha sido cantante de music-hall y se ha casado varias veces. El lobo es míster Woolf, un pastelero multimillonario que vive cerca de Central Park en un rascacielos con forma de tarta. Pero el hilo mágico de este relato se centra en miss Lunatic, una mendiga sin edad que vive de día oculta en la estatua de la Libertad y que sale de noche para mediar en las desgracias humanas o, si es necesario, llegar a regalar un elixir capaz de vencer al miedo". 


                       Opinión 

   Caperucita en Manhattan es un relato largo que narra las impresiones, aventuras e inquietudes de una niña. Mediante la metáfora del cuento clásico de Perrault, Caperucita Roja que, a su vez, adaptaron con posterioridad los hermanos Grimm, la autora nos traslada a Manhattan, situando a Caperucita, Sara, y a su abuelita en esta gran ciudad; haciendo una analogía de los peligros de la ciudad, el señor Lobo y los dulces que lleva en la cestita. Una comparación extraordinaria que Martín Gaite lleva más allá del cuento clásico.

     La protagonista, Sara, es una niña con un nivel de inteligencia superior al resto de los niños, con muchas inquietudes y valentía. Muy diferente a cualquier otro niño. Su madre, por su parte, es la madre protectora que lucha constantemente con los deseos de libertad de la hija y, por último, su abuela materna que es el espejo en el que Sara se mira, a la cual admira y que solo puede disfrutar una vez a la semana. Las casualidades del destino hacen que los padres de Sara tengan que ausentarse de su casa y, entonces, es cuando Sara puede llevar a cabo sus planes. En esta aventura conoce a una mujer que para ella es la representación de la estatua de la Libertad que le sigue el juego derrochando, ambas, una gran imaginación; igualmente conoce al "Señor Lobo", un hombre rico propietario de la mayor empresa de tartas del país. Sara consigue vivir una gran noche gracias a estos personajes, cumpliendo así sus sueños. 

      Los personajes secundarios, al igual que la protagonista, están muy bien desarrollados. Mediante sus palabras conocemos cómo piensa cada uno y el papel que juegan en la vida de Sara. Esta se encuentra en medio entre su madre y su abuela, ambas distintas por completo; la primera coarta sus deseos y la segunda es todo lo que ella anhela. Dos maneras diferentes de educación que la autora plantea. Su abuela, además, tuvo una pareja, dueño de una librería, a la que Sara tenía un gran aprecio, aunque nunca lo conoció. Pero las historias que le contaba y su amor por los libros, como Sara siente de igual manera, hacían que fuera una persona muy importante en su vida. Sin embargo, su madre lo repudiaba. 

      La historia se desarrolla en la ciudad de Nueva York que también juega un papel importante en la vida de la protagonista. Ella quiere conocer la ciudad, no solo la parte en la que vive, pero su madre no se lo permite. Con mucha valentía se enfrenta a esa ciudad sola y así es como conoce a Miss Lunatic con la que vivirá algunos de sus sueños. Este personaje representa el mundo de la magia porque se presentan muchas casualidades en su intervención. ¿Destino, magia, casualidad, imaginación? Un gran acierto de la autora. 

     Me ha gustado especialmente la importancia que tiene en la obra la imaginación y los libros, estos son un pilar básico para Sara. Lástima que las personas adultas a su alrededor no le dieran la misma relevancia ni se dieran cuenta, en profundidad, de los anhelos de Sara. Solo su abuela parece comprenderla.  

      El vocabulario es muy asequible, no es difícil de leer y al ser corta en extensión, su lectura es muy fácil. El texto, además, está acompañado de una serie de ilustraciones, sencillas, realizadas por la propia autora y que aportan a la novela un matiz de cuento. Matiz que se acrecienta con el título, el abrigo rojo de Sara y la cesta con una tarta de fresa para su abuela, así como con el dueño de la empresa más rica de la ciudad, Edgar Woolf, el "Señor Lobo" para Sara. Al final será la realidad la que gane frente a la imaginación.  

    Una obra que destaca por los temas que trata: la libertad, los sueños, el crecimiento personal, la imaginación, la fantasía frente a la realidad, etc. Muy adecuada para cualquier edad por su profundidad y la reflexión que hace. Muy recomendable.




28 septiembre 2025

Isabel Allende se merece el Premio Nobel de Literatura.

 



En los próximos días, los primeros del mes de octubre, la Academia Sueca que entrega el Premio Nobel fallará este galardón. Los candidatos se desconocen, pues la Academia guarda el secreto sobre ellos, aunque siempre hay varias apuestas entre los diferentes circuitos literarios. Desconozco, por tanto, si Isabel Allende está nominada o ha sido nominada en alguna ocasión. Sin embargo, y bajo mi humilde opinión, lo merece.


Según la información extraída de diferentes fuentes de Internet, el comité busca una obra que:


  • Aporte al "beneficio de la humanidad".
  • Exprese una "dirección ideal".
  • Demuestre una escritura excepcional.
  • Tener una voz propia.

Aunque también se indica que debe ser un escritor con una gran trayectoria; ser reconocido e involucrado en círculos literarios y ser propuesto por alguien de la Academia, algún ganador anterior o alguien de renombre. 


Si atendemos a estos criterios y nos fijamos en la figura de Isabel, podemos ver que cumple casi todos, aunque es cierto que es una escritora muy leída y quizá, por eso, la Academia no la considera ya que prefiere a escritores de élite: figuras literarias con una voz muy personal y quizá no tan reconocidos por el público popular.


En lengua española el último Premio Nobel de Literatura fue Mario Vargas Llosa en 2010, con nacionalidad peruana y española. Creo que ya toca un premiado en lengua española y mi candidata es, sin duda, Isabel Allende. Y expongo los motivos que considero para ello:


  • Tiene una gran trayectoria: treinta libros publicados con una enorme repercusión.

  • Sus libros defienden grandes temas humanos, así como la historia de diferentes países. Aportan, por tanto, un gran beneficio a la humanidad.

  • Su escritura es excepcional, tiene una prosa envolvente que te atrapa y hace, por tanto, que no pares de leer hasta que llegas al final. Es un estilo muy personal que cultiva libro tras libro.

  • Está muy bien reconocida en el panorama literario universal y sus libros, su estilo, son un referente para muchos escritores y amantes de las letras.

  • Es una figura pública muy querida y admirada y así debería considerarlo la Academia.


      Un último criterio a tener en cuenta es que vive, el Premio Nobel no se entrega a título póstumo, sino que se hace a alguien que vive y, normalmente, a alguien de edad avanzada para poder valorar así su trayectoria (no es este el caso de la escritora premiada el año pasado, 2024). Por desgracia, como en todo, supongo que las influencias, los “enchufes” y demás, tendrán más importancia que su verdadero valor. Así ha pasado con grandes figuras literarias que no lo han conseguido y ya veremos si alguna vez Isabel se hace con él. No creo que este blog sea visitado por la Academia Sueca, pero por si acaso, aquí queda mi opinión. Y tú, ¿qué opinas?






25 septiembre 2025

Retrato en sepia. Reseña.

 



Ficha bibliográfica

  • Autora: Isabel Allende
  • Editorial:   Planeta de Agostini (2003)
  • Idioma: ‎ español
  • Tapa blanda: 344 páginas
  • Género: ficción - histórica
  • Edad recomendada: a partir de 14 años


  •                                                  Sinopsis

    "Una novela histórica ambientada a fines del siglo XIX en Chile, Retrato en Sepia es una saga familiar que continúa la historia que comenzó con la aclamada Hija de la fortuna de Allende. Contada a través de la voz de una mujer joven en busca de sus raíces, Retrato en Sepia es una novela sobre la memoria y los secretos de familia.

         Aurora del Valle sufre un trauma brutal que determina su carácter y borra de su mente todo recuerdo de los primeros cinco años de su vida. Criada por su ambiciosa abuela, la real y dominante Paulina del Valle, Aurora se cría en un entorno privilegiado, libre de las limitaciones que circunscriben la vida de las mujeres en ese tiempo, pero atormentada por horribles pesadillas. Cuando se ve obligada a reconocer su traición en manos del hombre que ama, y hacer frente a la soledad que con lleva, ella decide explorar el misterio de su pasado". (Resumen extraído de la página web de Isabel. Aquí puedes leer un fragmento de la novela y también escucharlo). 



                      Opinión

      Un libro muy en la línea de Isabel Allende: la historia de una familia contada desde sus orígenes prácticamente y teniendo como protagonista a una mujer; en este caso Aurora del Valle que continúa el apellido y, por tanto, la saga familiar que ya aparece en La casa de los espíritus y en Hija de la fortuna. Aunque pueda parecer una trilogía, son novelas independientes, no continúa el argumento de una en otra y sucesivamente; solo aparece el apellido del Valle y el nombre de alguno de los personajes que protagonizaban esas novelas. 

     También es indiscutible el estilo de Allende: una prosa continuada, con apenas diálogo que te envuelve desde la primera página y que te impide despegarte del papel. Introduciendo en la historia, además, elementos históricos de gran relevancia para la historia de Chile y acontecimientos que marcaron este país, como otros colindantes.  

     Del mismo modo, el papel de la mujer es muy importante, las trabas que en aquel siglo, XIX, tenía y cómo, en unos personajes femeninos que empiezan a luchar por sus derechos, se perfilan la defensa del feminismo, de lo que la autora hace gala, y la igualdad de la mujer en todos los contextos.  

       Una gran historia en la que conocemos el nacimiento de la protagonista, Aurora, con las historias paralelas, a su vez, de los familiares más cercanos primero hasta llegar a su madurez y a los problemas que se encuentra. La protagonista es criada por su abuela paterna, una familia acomodada donde esa mujer era el sostén de toda la misma. Por su situación de huérfana y ciertas pesadillas que la atormentan, crece rebelándose contra el mundo y las circunstancias. Se escapa de los colegios en los que la internan y pocas institutrices pueden hacerse con ella. Cuando acaba su etapa escolar, como buena mujer debe encontrar marido. Se casa enamorada, pero sufre un desengaño. La novela termina con una gran reflexión de la protagonista, tras conocer los primeros episodios de su vida y declarar que "vivo entre difusos matices, velados misterios, incertidumbres; el tono para contar mi vida se ajusta más al de un retrato en sepia...". ¿Y por qué retrato en sepia? Porque es aficionada a la fotografía y el sepia es un tono diferente para las fotos fuera del blanco y negro tradicional. Un epílogo final que Isabel Allende borda. 

      Los personajes, todos, están muy bien caracterizados. No les faltan detalles ni en personalidad, ni en sus acciones, ni siquiera en el vestir. Recoge un amplio y variado elenco de razas, tipos y costumbres: desde la clase alta - media adinerada hasta los criados, pasando por piratas, chinos médicos, etc. Por esto la novela cobra más relevancia, pues no solo destaca la historia principal, sino que se nutre de historias paralelas y secundarias que enriquecen su lectura. Así como los hechos históricos a los que alude: las guerras, las prostitutas, la venta de las niñas chinas, etc. 

      Igualmente, hay grandes personajes masculinos, primero en los antepasados de Aurora y después los que forman parte de su presente, que complementan su personalidad y el argumento de la novela.  

     En general, otra gran novela de Isabel Allende, muy en consonancia con su estilo, con su defensa de la mujer, el recorrido de una familia y los elementos históricos que la complementan. Muy recomendable.  


 


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