Lección de vida
Un árbol acaba de dejar caer
su última hoja.
Sus ramas, vacías y desangeladas,
pronostican al frío invierno.
Su tronco se prepara,
su savia acogerá los rigores del invierno.
Ya no tiene copa,
ni el esplendor de antaño.
Ya no tiene verdor,
ni flores que lo alegren.
Tampoco los pájaros
se posan en sus ramas.
Tan solo una pareja de ardillas
parece habitarlo y, quizá, darle vida.
Sin embargo, su frío aspecto delata,
meses después, alegría.
La primavera llega y el árbol,
compasivo, deja aparecer sus yemas.
Pronto nuevas hojas, nuevas flores,
lo cubren con galantería.
Y el árbol, gallardo,
vuelve a demostrar su valía.
Los pájaros se agitan en sus ramas
y la pareja de ardillas los alborota.
Él nos demuestra que nada
lo doblega y que solo se despoja
de sus ropajes para renacer
fortalecido, esbelto y señorial.
Un árbol acaba de dejar caer
su última hoja...
para vivir.
Mercedes Soriano Trapero
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