En su rincón de agua.

 

Microrrelato para el reto juevero propuesto por Mónica en su blog

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En un rincón del mundo, alejados del bullicio de la ciudad y protegidos de miradas indiscretas, los dos jóvenes se amaban, se buscaban en el loco deseo de dos cuerpos enmarañados en un mar de caricias, de pasión descontrolada que sus bocas recibían. Solo los suspiros hablaban, solo el amor se oía.

A ese rincón dirigían sus pasos cuando la vida les enturbiaba el alma y en los brazos del otro encontraban el consuelo que tanto necesitaban. Era amor, amor puro, del que no buscas pero te encuentra. Sin embargo, venían de mundos diferentes y sus propios mundos los fueron separando, poco a poco, primero una fisura, después una grieta…, hasta que su unión, su idolatrada unión, se quebraba dando paso al vacío.

“Me hubiera gustado decirle tantas cosas”, pensaba ella, mientras su mundo se venía abajo. No habló, nada, ni siquiera su orgullo sacó a flote palabras que después le harían daño hasta a ella misma. “No le dije que la quería”, pensaba él.

Se les olvidó hablar porque estaban acostumbrados a que el amor hablara por ellos, a que sus cuerpos se expresaran, a que sus bocas se buscaran en un loco deseo en el que se les olvidó cómo se decían las palabras, cómo se verbalizaba el amor, ese que tanto se habían profesado. Ambos se refugiaron en su burbuja, en su rincón de agua, esperando que las horas pasaran y su corazón, destrozado, se fuera recomponiendo.

Mercedes Soriano Trapero

Para el reto juevero