30 noviembre 2021

Redondo.

 



Redondo

Aprovecho para escribir hoy, en el fin de semana voy a estar muy ocupado haciendo de canguro de mi sobrino. Soy periodista e intento escribir todos los días para desconectar, bueno, más bien para conectar, para conectar con otro tipo de escrito y por eso dedico algunas líneas a mí, a algún hecho de mi vida cotidiana o a mis propias reflexiones. Entre semana reconozco que me cuesta un poco, entonces me desahogo los festivos que tengo libre.

Este fin de semana, mi hermana lo quiere celebrar a lo grande con mi cuñado, para conmemorar su aniversario y yo, pobre de mí, me he ofrecido para cuidarles al niño. No es un niño malo, pero es pura energía y, a veces, algo pesado por las miles de preguntas que te hace, está en la edad: cinco años. Lo peor que tiene es que está obsesionado con las formas redondas, le gusta todo lo que es redondo. Mi hermana está preocupada e, incluso, se lo ha preguntado al pediatra si es normal, le ha dicho que se le pasará, que son etapas que pasan los niños. “¡Vaya etapa!”, pienso yo.

Lo suyo, la verdad, es que es exagerado ya. Tiene su cuarto lleno de objetos redondos, desde toda clase de pelotas de diferentes tamaños hasta una rueda de un coche… De esto fui yo el culpable, se me ocurrió preguntarle en las Navidades pasadas qué les había pedido a los Reyes Magos y me dijo que una rueda. Sus padres le iban a regalar lo de siempre: coches, una bicicleta, etc.; y yo pensé que el pobre se iba a traumatizar si sus Majestades no le traían la rueda, así que me fui a un desguace y se la compré. Había que ver la cara del niño cuando la vio, radiante de felicidad, no tanto como la de su madre que por poco me mata con su mirada. Lo malo ha venido después, ya que cuando voy con él por la calle me va diciendo: “mira, tío, qué rueda más bonita”… Y un día se paró en mitad de un paso de cebra, los coches pitándonos y él admirando la rueda de un camión, que esperaba que pasáramos, como si fuera una obra de arte. ¡Qué vergüenza me hizo pasar! Y yo venga decirle: “vamos, Pablito, no te pares en mitad de la calle”. Y la gente mirándonos como si fuéramos marcianos como poco.

Y le preguntas: “Pablito, ¿qué quieres ser de mayor?”, y él contesta, todo orgulloso: “redondo”. Como no se le pase la etapa, me veo cuidando a un roscón.

Creemos que esta obsesión suya le viene desde bebé, alguien tuvo la genial idea de regalarle un móvil de cuna de planetas, claro, todos redondos como es lógico y mi hermana lo pilló más de una vez despierto en plena noche, admirando el trasto ese, y con la baba caída (supongo que esto último sería por su condición de bebé y no por el placer que le suponía contemplar el juguete).

Así que tengo el plan perfecto para el fin de semana, el chaval va a alucinar cuando se lo diga: nos vamos a una feria de tractores. Creo que no ha visto ninguna rueda de esas dimensiones “en directo”, por lo que le va a encantar. A mi hermana no le he dicho nada, no me dejaría llevarlo, pero es la mejor manera de que no me haga preguntas del tipo: “¿por qué la tele no es redonda?”, o que me llene mis cuadernos de círculos, su dibujo preferido… Espero que sea un fin de semana redondo.

Mercedes Soriano Trapero

10 comentarios:

  1. Veo muy bien que al chaval se le estimule en base a su obsesión. Que si bien insólita, también inocente.

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  2. Es lindo que compartas esto. Y así, a tu estilo tan natural. Ojalá haya una segunda parte y así saber cómo se la pasó con esas ruedas gigantes de los tractores en vivo y a color. Aplaudo esta faceta, la agradezco mucho. Te mando un fuerte abrazo y también al chico ☺️

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    1. No me des ideas, Maty, jeje... Es bueno de vez en cuando escribir así, con humor, con ironía, me tendré que dejar llevar más por esas características a ver si así me relajo un poco. Gracias Maty. Un abrazo. :)

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  3. Seguro será un gran fin de semana, redondo, como dices. Qué entretenido relato, y es que los niños y sus manías dan para mucho. Lo bueno que la mayoría de las veces son pasajeras. Me gustó tu relato, Merche. Te mando un abrazo.

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    1. Muchas gracias Ana, valoro mucho tus palabras. Un abrazo. :)

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  4. ¡Qué relato más divertido! Lo he disfrutado a tope, yo maestra de Infantil y curtida en "manías" varias infantiles. También a mi me parece un plan perfecto para el fin de semana.
    Una abrazo, Merche.

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    1. jajajaja, ya supongo Carmen, conocerás más de una manía del estilo, qué cruz, ¿verdad? Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)

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  5. Gracias Merche por compartir estas vivencias, tu sobrino es al infinito a lo que busca, a la perfección, trata de mostrarle lo redondo o sea lo circular en otras fascetas de la vida, como en el cosmos, sobre todo para abrirle su búsqueda no solo a lo concreto de la vida sino a un interés más profundo. Un abrazo grande y pásatela super bien con él

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Es inventado, jeje, no tengo sobrinos de edad tan pequeña y alguno estaba embobado con los coches, pero con las ruedas no... Ahora ya son grandes y hace mucho tiempo que dejé de jugar con ellos. Un abrazo. :)

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