Aquella noche, Marcelo estaba inspirado, aporreaba las teclas de su ordenador a una velocidad de vértigo. Le encantaba su libro y el mundo de ensueño y fantasía que había creado: seres mitológicos, monstruos, dragones…, se daban la mano en una espiral digna de las películas más taquilleras de todos lo tiempos. Muy a su pesar, tenía que dormir, el trabajo lo esperaba a la mañana siguiente. Pasó la jornada en la oficina muy ocupado, demasiados papeles tediosos que rellenar, no pudo pensar ni siquiera en su novela, solo le faltaba el final, pero sabía que cuando llegara a casa lo terminaría. Nada más lejos de la realidad, al ponerse delante del ordenador, la inspiración se había evaporado como por arte de magia, no era capaz de hilar dos frases seguidas y rematar aquella novela que tanto le gustaba. «¿Qué le estaba pasando?», pensaba atónito. Los expertos recomendaban dar un paseo para encauzar de nuevo a esa inspiración y eso hizo. Sus pasos le llevaron a una extraña tienda y en el escaparate un objeto con mucho significado para él: un Tintero de Oro con una inscripción:«pídeme un deseo y lo verás por escrito». Lo compró e, incrédulo, le pidió el deseo de un final para su novela.
Al día siguiente, Marcelo no estaba en este mundo, ese extraño objeto lo llevó al mundo de su novela para buscar él mismo el final, no volvería, no leyó la letra pequeña. A esa novela nadie ya le escribiría el final.
Mercedes Soriano Trapero
Me ha encantado que tu escritor se haya quedado atrapado en su propia historia... De hecho ¿no nos pasa siempre?
ResponderEliminar¡Genial!
Hola Matilde, sí, la verdad es que sí, pero regresamos a la realidad, depende del mundo creado me gustaría o no me gustaría quedarme para siempre en él...
EliminarGracias por pasarte. Un abrazo. :)
Es como un final sin final.:O
ResponderEliminarJajajaja, así es... Me encantan tus comentarios, son tan ingeniosos como tus entradas.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Atrapado en su propia historia, literalmente. Estupendo, Merche. Una fantasía preciosa que me ha hecho pensar en Michael Ende.
ResponderEliminarGracias Marta. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche, pobre Marcelo, terminó dentro de su propia historia en su mundo de seres fantásticos. Me recordó la historia interminable. Buena imaginación y buena historia para el reto, te aplaudo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Nuria, muchas gracias. Un abrazo. :)
EliminarQue sin final espectacular Merche, aplausos 🙏👏👏
ResponderEliminarMuchas gracias. Un abrazo. :)
EliminarBuena aportación al reto, Merche. Menos mal que esto es pura fantasía, porque a este paso, cuando finalice el mes de septiembre, el Tintero de Oro va a parecer un maleficio.
ResponderEliminarUn saludo.
Jajajaja, tienes razón, Carmen, jajaja, menos mal que solo se va a quedar en nuestros blogs. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarUy Merche, ese tintero es algo serio. Me gustaría pensar que estando ya en el mundo de su novela, al menos tendrá muchas y muy variadas aventuras. Excelente aporte, me gustó mucho. Saludos.
ResponderEliminarHola Ana, bueno, si se topa con algún dragón, pocas aventuras le vaticino. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
Eliminar¡Genial, Merche!
ResponderEliminarUna maldición muy original. El escritor "encerrado" en el propio mundo que crea.
La verdad es que a alguno no nos importaría, si podemos elegir la historia, claro. Porque otras son auténticas pesadillas. 😂😝
Una novela sin final, pero literalmente vivida. Enhorabuena.
Un Abrazo.
Hola José Antonio, tú lo has dicho, si se pudiera elegir la historia, jeje. Muchas gracias. Un abrazo. :)
EliminarMuy original.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ánxela. Un abrazo. :)
Eliminar¿Escribir una aventura fantástica o vivirla? El autor no dudó en su elección.
ResponderEliminarClaro, se quedaran sin la novela. Pero si tanto lo apreciaba como escritor, le debieron haber pagado, para que se concentrara en escribir. Y no tuviera que perde tiempo con otras cuesstiones, como un trabajo rutinario.
Muy bien contado, un abrazo.
Es verdad, debería haber sido escritor y no tener otro trabajo, así no hubiera salido a caminar y no se habría encontrado ese objeto del demonio: el tintero... Jeje... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
Eliminar¡Hola, Merche! Pues al final sí que le concedió el deseo. La novela "terminó" al quedar inacabada por su autor (buen desenlace). Es lo que tiene pedir deseos a objetos encantados, siempre te la juegan je, je. je. Aunque me parece muy interesante lo de transportar al escritor al mundo de su novela.
ResponderEliminarComo comentabas lo de escribir una continuación, ahora me quedo con la intriga de ver qué más ocurriría en esta historia.
¡Gracias por participar en el reto! Un abrazo.
Hola, M.A.: claro, el genio del tintero pensó en el deseo y dijo: si quiere un final que se lo busque él mismo dentro de la novela, nada mejor que estar con los personajes para averiguarlo.
EliminarEn cuanto a la continuación, la verdad es que se me ocurrió esta mañana cuando terminé de escribirlo y te he comentado por el blog del Tintero, pero ahora se me ha ido de la cabeza totalmente, jajaja, madre mía... Algo quiero recordar, pero no sé la verdad.
Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
Pues a pasear no vayas...
Eliminarabrazoo
Muy buen relato Merche, como ya han comentado algunos compañeros me parece muy original la idea de que el protagonista acabe "dentro" de su novela.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Antonio, muchas gracias. Un abrazo. :)
EliminarTendrá que aprender a defenderse y luchar contra los seres mitológicos y dragones si quiere subsistir ya que dar atrapado en su historia no estaba en sus planes.
ResponderEliminarMuy buen micro, me gustó mucho.
Saludos.
PATRICIA F.
Así es, con esos personajes, difícil salida tiene.
EliminarGracias por pasarte y por tus palabras.
Un abrazo. :)
Hola Merche, muy original el desenlace, me gustó mucho la idea de quedar atrapado buscando ese final. Estupendo aporte! Un abrazo
ResponderEliminarHola Lulita, muchas gracias. Un abrazo. :)
EliminarEs un riesgo quedarse atrapado en tu propia historia, no solo porque no la terminarás, sino porque ya no podrás escribir otras nuevas. Igual, si Marcelo es feliz dentro de su novela, no podemos reprochárselo. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente, no es bueno estar dentro de la novela, primero porque nunca encontrará un final y segundo porque no podrá escribir otras novelas... Gracias por pasarte, Isabella. Un abrazo. :)
EliminarPues si la historia era mitologica con monstruos y dragones, no creo que la preparacion en la oficina en la que trabaja le vaya a ser de mucha ayuda. le auguro menos futuro que a la novela.
ResponderEliminarMuy bien hilado al final sorpresivo. Yo veia que llegaba al final y no salia el tintero
abrazooo
Ayyy, es que 250 palabras es muuuy poco, yo también veía que llegaba el límite y no aparecía el tintero... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarLlegar a ser un personaje de la propia novela que uno escribe puede ser fantástico siempre que se pueda volver con un buen final en mente, pero me temo que Marcelo no va a volver. Siempre hay que leer la letra pequeña.
ResponderEliminarUn abrazo.
No, me temo que no va a volver. Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
EliminarVaya final inesperado, ese de ser absorbido por tu propia creación, sorprendente, muy bueno, gracias Merche, abrazo grande
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarUn viaje al interior de la novela, pasó a ser protagonista. Estupendo final, Merche.
ResponderEliminarMuchas gracias Mayte. Un abrazo. :)
EliminarCaramba, eso sí que es un efecto secundario increíble. Entrar en tu propia novela para desarrolar el final es guay, pero eso de quedarse encerrado en ella para siempre ya no tanto, je, je.
ResponderEliminarMuy original.
Un abrazo.
Así es, Josep, y tal como iba la novela con dragones y demás, mal futuro tenía el pobre... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
Eliminar¡Hola Merche! Las consecuencias de este deseo en un principio son chulas. Viajar al propio mundo que has creado. Pero, al no poder volver al mundo real, acaban por volverse nefastas.
ResponderEliminarUn final muy interesante.
Un saludo.
Hola, Rocío: sí, a mí también me gustaría, pero para no volver pues no... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarEstupendo ese final inesperado y mortal, además de "inacabado"! Me ha encantado! Un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias, Marifelita. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche.
ResponderEliminar¡Me encantó tu relato! Un escritor que queda atrapado en su propia novela. ¡Genial! Aunque, de alguna forma, eso es lo que suele pasar con los escritores que se involucran en su obra y llegan a enamorarse de ella. Pero tanto como para no lograr volver...
Un abrazo.
Hola Marlen, la verdad es que sí, lo de no volver es lo que no mola... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
Eliminar¡Hola, Merche! El final de tu micro me provocó una pregunta. ¿Te imaginas que el precio por escribir fuera tener que vivir el final de tu propia novela? Creo que ello haría que nos pensáramos muy mucho qué historias fuéramos a contar. Por ejemplo, no sé si Stephen King se animara mucho a escribir, ja, ja, ja. La lectura de tu micro me ha recordado la sensación que tuve al leer La historia interminable, ¿quién podría resistirse a algo así? Estupendo aporte al reto. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, David: buena pregunta, para unas novelas estaría genial, para otras, no tanto, efectivamente, jeje. Creo que a Marcelo tampoco le gustaría su novela, con tantos dragones y demás, no intuyo que tuviera buen final, él, por supuesto... No me inspiré en La historia interminable al escribirlo, la verdad, porque creo que este libro va mucho más allá que mi pequeño relato, pero, como dices, sería una maravilla vivir algo como lo de La historia interminable (por cierto, vi el musical en Madrid, si tienes oportunidad, no te lo pierdas, si es que no lo has visto ya).
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
No me hubiese esperado este final por nada Merche, jamás. Mira tú qué ingenio, mira que pasarle eso a este hombre!
ResponderEliminarMuy bien Merche, síguenos sorprendiendo 🙂
Hola Maty, muchas gracias, eso intentaré, no lo dudes. Un abrazo. :)
EliminarLos objetos magicos siempre hacen cosas muy raras. Menos mal no era escritor de horror.... sino.... la cosa seria ... grave.
ResponderEliminarHubiese sido horripilante el suceso entonces, jeje. Gracias por pasarte, Jose. Un abrazo. :)
EliminarCreo que a los escritores les pasa (nos pasa) lo mismo que a los actores-actrices... nos metemos tanto en el personaje que formamos parte de la historia y nos cuenta deshacernos de la impronta que hemos creado. Esta es mi lectura de tu categórico micro-cuento, Merche.
ResponderEliminarAsí es, Tara. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarSalir por la puerta grande. Enhorabuena, es agudo el micro.
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche: Pues si que le va salir trabajoso escribir y vivir el final de su novela. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Ainhoa, muchas gracias por pasarte. Un abrazo. 😊
EliminarTiene un buen ritmo y, aunque acaba mal, se hace un final agradable porque, en su dramatismo, queda abierto aunque se cierren las tapas. Gracias por compartir. Sin duda los finales generan auténtica angustia a quienes escriben. ¡Salud y suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias Fernando, por pasarte y por el comentario. Un abrazo. :)
EliminarAl final, en vez de ser Marcelo el que puso final a su novela, fue la novela la que puso final a Marcelo. Buen relato, Merche.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, la novela elegiría su propio final. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche , creo que a tu protagonista y a el mío le pasó lo mismo, que el final no les fue propicio.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola Puri, gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarInteresantísimo ese desenlace, e inesperado... ¡¡Me ha encantado!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias Volarela. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche. Pues no se si ese final es bueno o malo para Marcelo. La posibilidad de vivir en tu propia novela puede ser un privilegio soñado o una condena amarga. Si no volvió, tal vez haya sido más lo primero. Un final original que deja pensando. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge, no creo que viviera mucho tiempo en su novela, por desgracia, porque con dragones y demás seres fantásticos su vida estaría en riesgo constante. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
¡Hola, Merche! una novela sin final...Muchos se atreven a ponérselo cuando el autor o autora están fallecidos, y te preguntas, si ese el final que hubiera querido la historia. Un abrazote
ResponderEliminarHola, Emerencia, gracias por pasarte, aquí el final será continuo porque nadie nunca podrá ponérselo... Un abrazo. :)
Eliminar¡Vaya, vaya! ¡El protagonista quedó atrapado en el universo fantástico de su propia novela! Evidentemente, hay tinteros que son peligrosos :-) -:) -:) Besos, Merche.
ResponderEliminarMuy peligrosos. Gracias Myriam.
EliminarUn abrazo. :)
Con lo motivado y feliz que estaba escribiendo su novela, perdió su inspiración al tener que ir a su tedioso trabajo... pero aunque no pudo acabar su historia pudo ver su mundo, una gran suerte y desgracia a la vez. Me ha gustado como has jugado con los contrastes. un abrazo.
ResponderEliminarHola Ester, efectivamente, vio su mundo de primera mano, pero para nada... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarHola, Merche! Dicho y hecho, ¿querías un final? Pues a vivirlo, jajaja. Cuánta imaginación hay en tan pocas letras, Merche, en ella vemos la inspiración que da paso a la frustración de un personaje que nunca más será visto. Me gusta mucho cómo has llegado a ese punto y un final que, aum siendo trágico, saca una sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Pepe, claro, nada mejor que vivirlo nosotros mismos, aunque no sé si en el mundo que estaba creando, pudiera sobrevivir... Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
EliminarUn relato de lo más ingenioso, Merche. Me ha encantado.
ResponderEliminarQuedarse atrapado en la trama de su propia novela es una oportunidad de oro para meterse de lleno en la piel de sus personajes y de sentirse uno de ellos. Aunque la letra pequeña implica no poder volver a la realidad paralela de los que escriben desde el otro lado.
Un fuerte abrazo y felicidades por tan buena historia.
Hola, Estrella: muchísimas gracias, reconfortan tus palabras, gracias... Un abrazo. :)
EliminarHola, Merche. Muy buen micro. Menuda pesadilla el tener que revivir la historia todo el tiempo, según en la página en la que te encuentres 🤔
ResponderEliminarGracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Qué original, Merche.
ResponderEliminarUn tintero de efecto casi inmediato. ¿Que ocurrirá con el escritor en su mundo? ¿Qué será del tintero? ¿Lo recuperarán y tendrán un nuevo e inquietante destino? Todo un mundo abierto el que nos dejas en tu reto.
Un fuerte abrazo :-)
Bueno, yo creo que mucho tiempo dentro de su novela llena de dragones no le pronostico...
EliminarGracias por tus palabras, Miguel.
Un abrazo. :)
Hola, Merche. Para alguien imaginativo ¿qué mejor final para su historia que en vez de escribirlo vivirlo? Creo que ante una situación así y con una buena novela de por medio aun sabiendo las consecuencias podríamos seguir el ejemplo de tu protagonista.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, JM: sí, mejor vivirlo, aunque en un mundo lleno de dragones no creo que aguantara mucho... Graciasssss.
EliminarUn abrazo. :)
Estupenda historia, Merche!! Quedarte dentro de tu propia novela es de las peores maldiciones. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Lola, gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
¡Vaya! No esperaba este desenlace. Me encanta este final tan inacabado. ¡Perdido en su novela! ¿Te imaginas? Me ha parecido genial.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Jose.
EliminarUn abrazo. :)