Apareció por la puerta con la cara desangelada:
―¿Qué ha pasado? ―Le preguntó su madre preocupada.
―Nada. ―Dijo él tirándose en el sofá.
―Sí, claro, por eso esa actitud, ¿verdad? Anda, cuéntame.
―Solo es que acabo de ver algo que no me ha gustado...
―¿El qué?
―Una travesura de unos niños… Me he reído, pero no está bien, se
burlaban de otro niño.
―No, eso no está bien.
―No, ya...
―¿Y qué has sentido?
―Pues, no sé, quizá un poco identificado, porque yo antes hacía cosas de
esas y ahora me las hacen a mí... No debería haberme reído.
―¿Y qué te gustaría haber hecho?
―Decirles a esos niños que no lo hicieran, pero no he sido capaz.
―No te culpes, tú bien has dicho que son cosas que hacías antes,
con que no las repitas, es suficiente. Pronto las burlas cesarán porque no
tienen fundamento. Sé bueno contigo y con los demás, hagan lo que
hagan, y, sobre todo, no hagas a los demás lo que no te gustaría que
hicieran contigo.

Muy bueno Merche, un gran mensaje. Abrazo fuerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana.
EliminarUn abrazo. 🤗
Muy claro el mensaje, corto y al pie, abrazo grande Themis
ResponderEliminarMuchas gracias, Themis.
EliminarAbrazo. 🤗
El mensaje está ahí. Ahora falta tomárselo en serio. Pero había que colgarlo. :)
ResponderEliminarGracias, Cabrónidas.
EliminarUn abrazo. 🤗
Hola, Merche. Me ha encantado tu relato. Corto, pero lleno de contenido. A veces vemos cosas que no están bien y nos quedamos callados. No porque no nos importe, sino porque nos cuesta reaccionar.
ResponderEliminarPero lo que más me ha gustado es la respuesta de la madre, con esa frase que todos deberíamos tener presente: “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. Así de simple, así de importante. Aprender, cambiar, y no repetir. Eso ya es mucho, aunque pueda parecer que no.
Gracias por compartir esta reflexión tan necesaria. Un abrazo 🤗
Hola, Beatriz, gracias. Efectivamente hay que aprender, hay que educar en valores y esa frase debe ser una máxima que se repita en todos lados. No sé si alguna vez esta lacra del acoso pare, pero intentaremos entre todos poner un granito de arena.
EliminarUn abrazo. 🤗
Tu micro relato viene muy bien para estos nefastos días en que varios adolescentes se han suicidado debido al bullying.
ResponderEliminarEl mensaje final es el que ha regido mi vida y creo que he inculcado en mis hijos.
Gracias por tan bonito relato.
Un abrazo, Merche.
Gracias, Carmen, así es, no hagas a otros lo que no quieres para ti.
EliminarUn abrazo. 🤗
Buen mensaje, y la frase de Confucio me la anoto para el futuro.
ResponderEliminarGracias, Gapy.
EliminarUn abrazo. 🤗
Hola Merche, Confucio uno de mis filósofos clásicos preferido, la filosofía oriental es rica, y son ellos los que han dejado fabulosas enseñanzas sobre el bien y el mal, son los que nos regalan el YIN-YANG, gracias por compartirlo
ResponderEliminarHola, Raquel, muchas gracias. Una frase que me inspiró. Un abrazo. :)
EliminarBueno, bueno, buenísimo. Toda una verdad, toda una lección en corto. Abrazos Merche!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Maty.
EliminarUn fuerte abrazo. :)
Buen relato, merche
ResponderEliminarGracias, Fernando.
EliminarUn abrazo. :)
Una historia con moraleja. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Federico.
EliminarUn abrazo. 🤗
Si todos los niños tuvieran esa sensibilidad y las madres esa disposición y mano izquierda nos iría mejor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Merche :-)
Muchas gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo. 🤗