A mis personitas especiales
Las conocí cuando navegaba entre sus molinos,
me abrieron las puertas de su corazón
y hasta, diría, de su alma;
me cautivaron con su paz cálida,
su amor inmenso,
su cariño perpetuo,
sus manos de eternas luchadoras.
Comparto con ellas mi día a día,
mis aficiones y mis desvelos,
ellas me escuchan amorosas
y recibo más amor que el que doy.
Aprendo más de ellas
que lo que yo pueda enseñarles
y disfruto cada instante a su lado
como si no existiera nada más.
Son parte de mi vida,
de mi corazón
y de mi alma;
podría llamarles
Madre,
Abuela
o, incluso, Amor,
pero son mis personitas especiales,
porque me hacen sentir especial,
porque ellas son especiales:
las flores que llenan mi vida.
¡No me faltéis nunca!
¡No dejéis que desaparezca
mi jardín de flores bellas!
Y seguid alumbrando mi alma
con la fuerza, el cariño y la ilusión
que cada día me dedicáis.
Mercedes Soriano Trapero
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