Igual que una lanza,
ancha en su final,
aguda en su punta,
de suave tacto
y firme consistencia,
así es mi palabra.
Aquella que sale para ayudar,
reivindicar, luchar y apoyar;
pero también para conmover,
soñar, leer y cautivar.
La que me sirve de desahogo,
pero también de premio.
La palabra, mi palabra,
que te dirijo a ti
y a todo aquel que quiera escucharla.
Palabra libre,
palabra certera,
palabra sencilla,
palabra cálida…
Mi palabra, la que tú pronuncias
y yo escribo.
Mercedes Soriano Trapero
Foto: colección propia
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