Esas caritas sonrientes que llenan nuestros mensajes y publicaciones en Internet, Whatsapp…, revolucionaron la escritura y la asemejaron a la comunicación oral. Son, en la escritura, aquellos gestos que nos saldrían de manera innata hablando, pero que por escrito no es posible, hasta que llegaron ellos: se llaman emojis y no deben confundirse con los emoticonos. Estos últimos son una secuencia de caracteres ASCII que representan una cara humana; por ejemplo, la secuencia dos puntos, raya y cierre de paréntesis :-) equivale a sonrisa o alegría. La palabra en sí, emoticono, es un neologismo, que proviene de emoción e icono, y ya desde 1857 se documentó su uso.
Los emojis surgieron en 1997 en los teléfonos móviles japoneses y rápidamente se extendieron por todo el mundo. Son pictogramas que simulan una carita y que refuerzan las emociones del hablante en una conversación escrita.
Ambas palabras han sido aceptadas por el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua y es que su uso se ha generalizado tanto que son un recurso fácil y de uso común en nuestras conversaciones escritas.
Sin duda, su utilización ha mejorado el lenguaje escrito, el coloquial obviamente, ya que han servido para dar más información sobre la intención de nuestro emisor al emitir cierta frase, porque no es lo mismo escribir:
eres tonto
que
eres tonto ;-) 😀
El uso del emoticono o del emoji en el segundo enunciado indica que no se está insultando al receptor, sino que lo dice de una manera irónica, graciosa e, incluso, cariñosa. La primera frase, por otro lado, conseguiría que emisor y receptor entraran, sin duda, en una discusión. Por tanto, los emojis han evitado muchos malos entendidos y/o interpretaciones.
Y tanto nos gustan, que ya hay emojis para indicar casi cualquier cosa, objeto, emoción, profesión, lugar, acción, etc., desde una carita rodeada de nubes hasta dar un abrazo, pasando por enfados, malestar o pensamiento. Cualquier emoción se puede expresar con emojis; incluso hay juegos de títulos de películas expresados con emojis únicamente. Nos encantan y se nota.
Particularmente, considero que es una buena herramienta para aportar contenido extra al lenguaje escrito, ayudan en la comunicación y aportan más datos del hablante en cuestión. Es difícil no verlos en cualquier conversación escrita o publicación en Internet. Si no aparecen, da la sensación de que está “vacía” la publicación o es soso y poco amigable el texto.
Eso sí, en un lenguaje escrito culto, libro, artículo, etc., no es correcto su uso, pues resta formalidad, seriedad y credibilidad al texto. No es conveniente utilizarlos, a no ser que quieras dar un matiz más coloquial a tu escrito.
Los emoticonos primero y los emojis después, llegaron para quedarse, para ayudarnos y para reforzar nuestras emociones porque…, ¿quién no sonríe ante una carita que haga lo mismo?
Y a ti, ¿qué te parecen? Espero tus comentarios…
Siempre es un placer pasar por tu blog Merche, un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Nuria, encantada de que te pases por aquí cuando quieras :) :-*
EliminarA mí los emojis me encantan.
ResponderEliminarA mí también Ánxela, me parece un gran invento.
EliminarGracias por pasar.
Un abrazo. :)
Un post muy instructivo, Merche.
ResponderEliminarSin duda los emojis son muy útiles en las redes sociales,
Como a ti me parece una buena herramienta para aportar contenido extra al lenguaje escrito.
Un abrazo.
Gracias, Carmen.
EliminarUn abrazo. :)
Muy didáctico, Merche. He de reconocer que confundía ambos términos, pensaba que significaban lo mismo, de hecho los utilizaba como sinónimos. Siempre se aprende algo nuevo. Gracias!
ResponderEliminarMe alegra saber que te ha servido. Gracias, Mayte.
EliminarUn abrazo. :)
La verdad es que los uso muy poco porque soy muy torpe con el móvil. 🤗
ResponderEliminarSon fáciles de usar, Federico...
EliminarGracias por pasar.
Un abrazo..🤗
Gracias Merche por como hablas de la utilización de ellos, son hermosos, hay algunos muy sugerentes y cada día salen más, eso sí no abusar de ellos y saber cuando usarlos como bien dices. Abrazo Themis
ResponderEliminarAsí es. Gracias, Themis.
EliminarAbrazos. :)
Muy interesante, Merche.
ResponderEliminarMe ha llamado especialmente la atención el que tuvieran su origen (supongo que de otra forma) a mediados del XIX.
Un fuerte abrazo :-)
Hola, Miguel, muchas gracias, sí, por los signos de puntuación que son sus orígenes...
EliminarUn abrazo. :)
Interesante el artículo: simple, bien explicado y escrito. Los uso en comunicaciones informales. Te sigo. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Héctor, se agradece tu comentario.
EliminarUn abrazo. 🤗