El ladrón de ideas: reseña.

 

                      

                      Ficha bibliográfica

• Autor: Michel Gallego Guillén
• Editorial: ‎ independently published (8 de julio de 2020)
• Idioma: ‎ español
• Tapa blanda: ‎ 194 páginas
• Género: fantasía
• Edad recomendada: a partir de 12 años

                           Sinopsis

        «Si me estás leyendo, significa que nuestros destinos se han cruzado. Déjame acompañarte y te mostraré lo que escondo. Cuando acabe este viaje, habremos de separarnos otra vez, y seguir nuestro propio camino». El viejo libro que Laila encontró abandonado en la estación de tren se tornó un misterio en el momento en que leyó esa frase que yacía escrita en sus páginas, como si él mismo tratara de hablar con ella. Fue entonces cuando descubrió la historia del ladrón de ideas, un joven que esconde el secreto de un enigmático poder.'El ladrón de ideas' es un cuento filosófico que explora los vínculos que nos unen a las historias, que reflexiona sobre cómo estas nos influyen y sobrecogen hasta moldear y perfilar nuestra identidad. Un relato imprescindible para lectores que ansían buscar en el germen de las historias las respuestas a las grandes preguntas.

                            Opinión

     El ladrón de ideas es un libro diferente, muy fácil de leer y de desentrañar su significado. Tiene un narrador testigo, omnisciente en algún momento, que juega con el lector igual que lo hacen los personajes del libro, varios protagonistas y algunos personajes secundarios que recorren las páginas de esta obra y de la obra que, a su vez, está leyendo uno de los personajes principales: Laila. 

        No se puede leer este libro pensando en buscar fantasía o una historia clara desde el principio, hay que dejar que las letras nos lleven por sus misterios e ir descubriendo poco a poco, igual que el propio ladrón de ideas, las palabras que van apareciendo, las historias que la propia vida le va descubriendo (igual que a nosotros en la vida real). Es, por tanto, un relato de historias, de palabras, de ideas..., de lo que los lectores realizamos cuando leemos un libro y de lo que nosotros, como personajes de nuestro tiempo y de nuestra propia historia, vamos haciendo, vamos viviendo... 

       Está muy bien escrito, el autor utiliza el vocabulario de una manera sencilla, llana, pero muy, muy, muy bien narrado. Hay algunos términos de uso poco común, aunque no dificulta su lectura. Los capítulos son de una longitud media y se da cierto equilibrio entre narración y diálogo. Hasta la mitad del libro, aproximadamente, se lee más o menos despacio, disfrutando las palabras y la buena narración, sin embargo, a partir de entonces la lectura se acelera por los hechos que están sucediendo en la trama que hace que quieras llegar pronto al final para ver qué ocurre. Un final, por otro lado, sorprendente y que no esperas en ningún momento, no es un libro previsible.

       Otro hecho que podemos destacar del libro y que llama la atención son los saltos en el tiempo que se producen, pasando de la lectura de la obra que lee Laia a lo que sucede realmente en este libro y, dentro de este, los saltos hacia el pasado que se producen. Están, en su mayoría, bien resueltos por el autor porque en ningún momento te pierdes ni pierdes el hilo central.

      También me ha llamado la atención que no se menciona ninguna época en concreto, quizá la portada pueda dar una idea, pero no se dan referencias concretas de tiempo. Con esto el autor consigue que los lectores entremos en la magia de leer un libro y, sobre todo, en la de escribir un libro. Un eslabón más del juego que se pretende. Así como uno de los detalles cruciales de la historia que no quiero mencionar por no desentrañar el final del libro si te animas a leerlo.

     En general, un libro diferente, bien escrito, cargado de significado, sobre todo para aquellos que nos gusta contar historias, y que recomiendo. Si te atrapa desde el principio, te gustará; si, por el contrario, no te engancha en los primeros capítulos será porque no es tu momento para leerlo, vuelve a él otro día, otro mes, otro año..., será entonces cuando lo disfrutes y descubras su verdadero encanto. Pero, sin duda, merece una oportunidad.

  

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