Oda.

 

Y llegó el final...,

con estas letras que ahora me dedicas,

con esta coma que marca una pausa,

la que tú nunca has hecho,

las que yo sí me he tomado,

siempre ahí,

al frente,

por delante de mí,

acomodado en mis manos,

como una bella flor

que de sus raíces se levanta.

Mas todo se acaba,

todo se termina,

todo tiene un fin

y el tuyo ya ha llegado.

No temas por tu partida,

otro habrá que te sustituya,

no sé si mejor o peor,

candidatos no faltan,

y tú servirás de abono

para otros tantos

que colmarán de tinta

las numeradas hojas

de ese que es tu fiel consorte.

Apenas te veo ya,

te agotas,

te desvaneces entre los trazos

de esta esbelta 'b'

y cuesta, incluso,

que dibujes una coma,

las que antes tan bien te salían.

Gracias por todo compañero,

por alimentar mi alma con tus letras,

por cantar a gritos 

lo que mi cabeza piensa

y mi mano expresa.

Hoy este ensayo de poema

te recuerda,

te alaba

y te glorifica,

al tenerte ya por siempre 

a ti inmortalizado.

Hasta siempre compañero,

adiós mi querido bolígrafo,

para ti la gloria eterna

de todas las páginas escritas.

Mercedes Soriano Trapero

Dedicado a todos esos bolígrafos

que me ayudan a plasmar mis letras.

Foto: pixabay