16 octubre 2023

Bohuslava.

 

Relato para el blog el Tintero de Oro y su convocatoria sobre las injusticias sociales.







Hace más de veinte años, en el Instituto, mi profesora de inglés nos animó a cartearnos con chicas y chicos de otros países para practicar el idioma, en aquel entonces no existía el correo electrónico. Yo escogí a una chica ucraniana, Bohuslava. Estuvimos escribiéndonos hasta que terminé el Bachillerato y después seguimos haciéndolo por la amistad que se había creado entre nosotras.

En nuestras cartas practicábamos el inglés, a ella se le daban mejor los idiomas que a mí y me pidió que le enseñara el español. Así lo hice. Ella intentó enseñarme ucraniano, pero desistí, no se me daban tan bien como a ella. Llegamos, incluso, a hablar por teléfono en alguna ocasión, siempre llamaba yo. Bohuslava vivía en el este de Ucrania, su familia no tenía muchas posibilidades, como ella, con pudor, siempre decía y mis cartas simbolizaban para su vida un mundo diferente, un mundo mejor. Alguna vez, con el consentimiento de mis padres, le pedí que viniese a España, pero su familia no podía costear el billete de avión y nosotros, para no violentarla ofreciéndole un pasaje, les mandábamos ropa que recibían entusiasmados.

Cuando el correo electrónico se normalizó, cambiamos el correo postal por el mail, ganamos así en asiduidad, aunque era diferente y alguna vez que otra nos mandábamos postales de nuestras ciudades o fotos. A mí me hubiera gustado viajar a su país, pero ella nunca lo propuso. Las fotografías que nos intercambiábamos revelaban poco sobre su situación económica, pero yo sabía que esta no era muy buena.

Cuando apenas tenía veinte años se casó, con un chico bastante mayor que ella, aunque nunca supe su edad, ella admitía que lo quería, que estaba muy a gusto con él…, yo intuía que quizá había sido obligada por la familia o, incluso, vendida. Nunca hablamos de esto y ella no me enviaba fotos de su marido. A Bohuslava le encantaban los idiomas y quería viajar y conocer mundo, como ella decía, nunca la oí hablar de marido, niños, ni nada por el estilo.

Al contraer matrimonio, los correos electrónicos se espaciaron en el tiempo, apenas recibía noticias suyas. Cuando llegaron a España las primeras informaciones del asedio ruso, contacté con ella y la invité a venir para salir de allí, por lo que pudiera pasar. Me contestó, en un mensaje breve, que su marido se había hecho militar voluntariamente y que iría al frente si había un enfrentamiento bélico, él quería a toda costa defender a su país y ella tenía que esperarlo y, sobre todo, cuidar de los tres niños que tenía, dos niños y una niña. No tenían muchos recursos, pero me confesaba que una de sus hermanas le ayudaba bastante.

Las noticias no anunciaban nada bueno y, finalmente, el 24 de febrero de 2022, Rusia entraba en Ucrania, en lo que todo el mundo conocía como el inicio de la guerra y para los rusos era una “operación militar especial en Ucrania”. Rápidamente, contacté con ella, no tenía Whatsapp, y el número que un día me dio, la mitad de las veces no funcionaba, por suerte, ese día sí me contestó. Estaba muy asustada, no sabía si irse a casa de su hermana, pero no quería abandonar el país. Le ofrecí que vinieran a España, que yo misma le pagaba el billete de avión, el suyo y el de sus hijos, no aceptó, se empeñaba en que tenía que seguir allí para esperar a su marido o por si este la necesitaba por si lo herían. Ese día, yo misma pude oír las alarmas, los gritos de los niños asustados y sus carreras hacia el refugio. Una semana la estuve llamando con idéntico panorama, hasta que una bomba rusa cayó en el edificio de Mariúpol en el que vivían y murió, murieron todos. A mí me lo comunicaron un mes después, su hermana, rota de dolor, cuando vio en su casa todas mis cartas en una caja, destrozadas la mayoría. Y, entre lágrimas, me confesó que ella siempre hizo lo que otros quisieron y si no hubiera hecho caso a su marido y se hubiera marchado a España, hoy, ella y sus hijos vivirían; su hermana se lo pidió, yo se lo pedí, no hizo caso y hoy la injusticia de esa guerra desigual, la llamen como la llamen, se ha ganado la vida de muchas personas inocentes. Bohuslava no entendía de política, ni de fronteras, ni de intereses políticos o económicos, no entendía de nada de eso, ella solo quería vivir, vivir, sencillamente, vivir sin pretensiones de ningún tipo, sin aparentar y sin querer lo que otros tienen. Bohuslava era una chica normal, como tú y como yo, que tenía derecho a la vida, la que alguien irracional le ha quitado. ¿Cuántas más quedan por quitar?


(Nota: aunque podría ser verdad, es un relato inventado y solo las referencias al conflicto bélico son reales, el resto es producto de mi imaginación).


Mercedes Soriano Trapero
Para el blog el Tintero de Oro


40 comentarios:

  1. Por desgracia, creo que quedan muchas. Quizá tantas como ya se han ido. Siempre será así mientras haya esa clase de patriotas dispuestos a morir por vete a saber qué. Deserción militante ya en todos los bandos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, también pienso que muchas, por desgracias.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  2. Qué pena me ha dado saber de este caso en particular y que te tocase tan de cerca, Merche. Es algo nunca olvidarás, a ella nunca la olvidarás. ¡Y cuántas historias, cada una valiosa, como las demás, habrá por ahí y a nosotros solamente nos llegarán las estadísticas.
    Un abrazo fuerte 🌹

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Maty, es un relato inventado, lo comento al final, podría haber sido cierto, es verdad, pero no, no he conocido a ninguna chica ucraniana ni nada por el estilo, aunque seguro que alguien sí se identifica con el relato. Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  3. Hola Merche, una dura realidad que nunca debió pasar. Miles de personas están perdiendo la vida en una guerra, que no lo es, es una invasión, cruel e injusta, el día que Putin un asesino muera habrá mucha gente celebrándolo. Suerte. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. La historia es inventada, pero la cuentas tan bien que parece real. Habrá tantas parecidas desde que el hijo de puting enloqueció del todo..

    Menuda potencia de escritura tienes, Merche. Que pequeñita me veo cuando os leo.

    Un abrazo de lunes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, eres una ardilla es normal que te veas pequeñita, jeje, pero seguro que por dentro eres bien grande.
      Gracias, hacemos lo que podemos, jeje.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  5. Una cruda realidad que como tantas personas estarán sufriendo en este mismo momento. Has hecho no solo un reto , sino un manifiesto de la crueldad que nos rodea en estos momentos difíciles.
    Un beso, Merche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Demasiada crueldad, Campirela, demasiada... Es una pena.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  6. Me gusta especialmente la sutileza con que reflejas, que ella se avergüenza de su situación, no sólo la económica. solo vive para los demás y la protagonista es el único contacto que tiene con el mundo feliz, al que sabe seguro, incluso antes morir, que nunca llegará. Pero tiene un contacto , una ventana.
    ¿fuera de concurso? ¿ tiene muchas palabras o lo has escrito esta mañana?
    Besoss Merche

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Gabi, muchas gracias.
      Lo escribí este finde, pero no sé si me va a dar tiempo a leer a todos los presentados y por eso lo de fuera de concurso, por si acaso.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo..😊

      Eliminar
  7. Un relato que encoge el alma. Cuántas vidas perdidas y cuánto sufrimiento anónimo provoca esa geopolítica incomprensible y trágica. Lo has contado muy bien, Merche. Una historia comprometida y muy conmovedora.

    ResponderEliminar
  8. Una historia muy triste y real. No entiendo con tantas guerras que ha habido todavía no aprendemos de sus consecuencias. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Un relato que ilustra a la perfección cualquier historia de vida. Hay miles de historias así de reales y tristes y con tu escrito aportas mucho en este caos que estamos viviendo a nivel social y mundial.
    ¡Un abrazo gigante, Merche!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú lo has dicho: caos total.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  10. Triste, real, doloroso y muy buen relato, Merche, Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Muy buen relato, Merche.
    Reflejas de una manera excepcional la sinrazón que se está produciendo actualmente en Ucrania, por culpa de un malnacido (por no usar una palabra más fuerte) que ha tenido un capricho. Una situación, la que expones en tu relato, que seguro se estará produciendo realmente.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú lo has dicho: por no usar otra palabra...
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  12. Hola Merche, ¡cuántas historias así habrá en medio de los conflictos bélicos! Las guerras son injustas y esa injusticia alcanza a miles. Gracias por llamar la atención sobre ello. Tu relato queda perfecto para el reto del Tintero. Enhorabuena y suerte.

    ResponderEliminar
  13. Hola Merche, que tristeza y esa pregunta final. Muy bien escrito. Gracias por compartir tu relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Perfecto retrato del horror de la guerra a través de una gran amistad. Enternecedor, Merche. He disfrutado mucho de tu cuento. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  15. Aunque sea un relato de ficción, cuántas similitudes tendrá con muchas historias reales. Gracias, Merche.

    ResponderEliminar
  16. Hola Merche, bien podría ser una historia real, una de tantas como tantas las guerras, todas sin sentido, desgarran familias, destrozan vidas, sólo por el interés de algunos pocos.
    Te felicito está tan bien contado, que pensé que era real, lo he disfrutado y también me ha puesto triste, saludos.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Patricia, sí, por eso quise especificar abajo que no era real, porque podría parecerlo. Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  17. Tremendo, Merche, y lo más triste es que no solamente la imaginaria Bohuslava vivió y murió en esas condiciones, multitud de personas han perecido.
    ¿Sabes?, literariamente hablando, me interesa más que haya inventado al personaje, (que no a las situaciones, tan reales), porque eso da margen para conocer el potencial de tu imaginación y la capacidad que tienes por empatizar y ponerte en la piel de quienes sufren.
    Te felicito, compañera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Tara. Es una pena lo que está ocurriendo, difícil no empatizar con estos tristes sucesos.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  18. Triste historia, siempre el pueblo es quien paga, sin importar a que lado pertenezcan, luchar por defender intereses de otros, de cualquiera de los lados, que no son para nada los de la gente común, esa que es tomada como rehén, abrazo grande

    ResponderEliminar
  19. Una historia triste pero desgraciadamente real y reciente. Aunque parece que se nos olvida, que nos acostumbramos a esas crueles imágenes en la TV, pero la guerra continúa y trunca la vida de muchas personas.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  20. Hola Merche. Las guerras se escriben con historias personales, esas que no salen en las noticias y a nadie importan. Las guerras se hacen por intereses económico, políticos y de poder de las grandes potencias, que se resisten a perder la posición dominante que un día tuvieron y utilizan los conflictos para debilitar rivales y de paso hacer negocio con la venta de armas. Quienes las sufren no tienen voz ni voto en el macabro escenario de la geopolítica mundial, ni los ucranianos, ni los sirios, ni los afganos, ni los palestinos... a veces parece que la humanidad está condenada a la autoextinción. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Jorge, coincido contigo totalmente.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo. :)

      Eliminar