Relato para el VadeReto del mes de octubre del blog El Acervo de Letras.
Ese día amaneció nublado y a nuestro protagonista no le gustó nada que, ese día, precisamente ese día, las nubes se hubieran aliado contra él; pero no le quedó más remedio que aceptarlo. Saltó de la cama, con el pie derecho, no quería que el día tan redondo que había planeado se torciera. Y, al ir a calzarse, una de las zapatillas había desaparecido, tuvo que meterse debajo de la cama para encontrarla, no sabía cómo había ido a parar allí, supuso que los duendes del hogar estarían haciendo de las suyas —o quizá fue por la patada que por la noche les dio al ir al baño—.
Con todo lo necesario se dirigió a la ducha y, cuando entró, se llevó un gran susto: el espejo que tenía encima del lavabo…, ¡había desaparecido! No estaba roto, ni en el suelo, ni en ninguna otra parte de la casa, literalmente había desaparecido y él no dejaba de preguntarse por qué, quién y cómo. Él no recordaba haberlo quitado y tampoco que lo hubiera hecho cualquier integrante de su familia, se lo hubieran dicho. Tuvo que rehacerse igualmente, necesitaba asearse para el gran día, “ya me peinaré a ojo”, pensó.
Tras el desayuno, comenzó el insistente sonido del móvil, siempre contestaba con una sonrisa, pero esta se torcía porque todo eran malas noticias: nadie acudiría ese día a su casa, una enfermedad, la pérdida del perro, pasear a la abuela, coche roto y un viaje imprevisto, tenían la culpa. Todos, sin excepción, le habían escrito para cancelar los planes de ese día y postergarlos para la semana siguiente, para el sábado siguiente en concreto. Pero él no quería, no podía, no debía dejarlo para el fin de semana posterior, él quería que fuese ese día, justamente ese día..., que ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado.
Se sentó desangelado delante de su ordenador, esperando ver que su blog, ese al que dedicaba tanto tiempo, le diera alguna satisfacción momentánea que pudiera subsanar el maleficio y los sinsabores del día. Internet había decidido caerse, “¡cómo no!”, pensó. Apagó el router, conectó de nuevo la Wifi, esperó, jugó, incluso, con el dinosaurio de Google, el de “parece que no tienes conexión, puedes, mientras, entretenerte con T-Rex”, —ganó el dinosaurio—. Y volvió a repetir las mismas operaciones durante una hora. Idéntico resultado. Con las nubes en la cabeza, el humor por los suelos y el ánimo en el subsuelo, decidió acostarse de nuevo y confiar en los esperanzados comienzos de un nuevo día. Ya se dirigía a la cama cuando oyó mucho ruido en el exterior de su casa. Convencido de que era algo malo, un accidente como poco, salió a echar un vistazo:
¡SORPRESA!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, JOSÉ ANTONIO!
Sus amigos y familia habían armado todo aquel plan para darle una gran sorpresa por su cumpleaños y tanto se sorprendió que hasta una lagrimilla rodó por su mejilla. Pero la sorpresa fue doble, cuando detrás del primer regimiento de amistades, vio las pancartas de sus amigos acervolenses: Marlen, Ana, Nuria, Israel, Marta, José, Merche y un largo etcétera de compañeros blogueros que habían decidido, entre todos, desearle y celebrar con él un cumpleaños que nunca olvidaría.
El resto del día os lo podéis imaginar, tan apoteósica fue la fiesta que solo estas líneas quedaron como crónica del momento, pues permanecerá para siempre recogido en las mentes y corazones de todos los presentes.
¡Un abrazo, José Antonio! ¡Feliz Cumpleaños! ¡Espero que pases un día estupendo!
Solo me queda desearle Feliz Cumpleaños a Jose Antonio decirle que amigos asi no se encuentran todos los días. Feliz día para todos.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Campi.
EliminarUn abrazo. :)
😭😭😭😭😭
ResponderEliminar😍😍😍😍😍
¡¡¡¡Vaya Regalazo!!! 💜🧡💛💚
¿Una lagrimilla dices? Una hora maquillándome frente al espejo desaparecido, para aparentar dos o tres meses menos, y ahora parezco disfrazado adecuadamente para el jaloguín. 😂😝🧟♂️
Sois una familia maravillosa y os merecéis todo lo güeno der mundo mundial.
Y tú, Merche, eres un dulce pastelito que, a este diabético, le va a poner el azúcar más caro que el aceite.
Ojalá poder hacer real esa fiesta virtual, pero date, daros, por invitada. Que la felicidad de este día os contagie y se mantenga durante todo el año.
Muchishishisíííímas gracias, amiga.
Abrazo y ashushón lleno de nata merengada.
Hola, José Antonio, ayyy, qué bonito mensaje, me alegra que te haya gustado. Diez días con el relato escrito, pero entré al blog y vi que los cumplías el día 21 y pensé en ti como protagonista del mismo, ¡qué mejor que tú! Así que calladita hasta hoy, y mira que me ha costado, incluso cuando te he puesto la participación en el blog no he comentado nada por no desvelar la sorpresa. Ahora ya sí: ¡MUCHAS FELICIDADES! De nuevo, jeje, y un abrazo por cada año que cumplas. Espero que seas inmensamente feliz.
EliminarUn fuerte abrazo. :)
Muchas gracias, de nuevo, Merche. Me voy dosificando esos abrazos que son muuuuushosss. 🤗😊😘
EliminarHola Merche
ResponderEliminarQue bonito detalle has tenido. Veo que la blogosfera tiene la misma magia que yo recuerdo. Con otros personajes a los que aún no conozco, pero el ambiente se ve exactamente igual.
Felicidades a todos.
Y como aún es el día 21 de Octubre, Feliz cumpleaños José Antonio :-)
Hola, sí, la blogosfera hace magia, como dices, da gusto encontrarse con personas que comparten tus mismos intereses y, además, que son amables (porque hay cada borde por ahí).
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Hola Merche
ResponderEliminarUn relato muy entrañable. Me ha encantado. Aunque, si de verdad le hacemos eso a un cumpleañero, creo que las lágrimas por la tensión contenida le saldrían a borbotones.
Un fantástico regalo de cumpleaños.
Saludos
Hola Jose, sí, hubiese sido una gran sorpresa. Bueno, hemos soñado despiertos durante el rato de lectura (y yo de escritura).
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Muy buen relato Merche, un gran regalo para nuestro compañero José Antonio, al que aprovecho para felicitar, aunque sea con un día de retraso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por pasarte Antonio.
EliminarUn abrazo. :)
Que regalazo de cumpleaños para el amigo Jose Antonio! Je, je! Un abrazote Merche!
ResponderEliminarGracias, Marifelita.
EliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, un cumpleaños como bien dices apoteósico y es que ver sin esperarlo a tus compañeros es una gran emoción... Buen relato, José Antonio estará contento con él y el de Marlem, un abrazo. Me encantó.
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarUn abrazo. :)
¡Qué especial debe ser él para que hayas hecho semejante celebración! Lindo, hermoso cumpleaños para José Antonio, seguro que lo ha disfrutado como describe y aún más. ¡Feliz cumpleaños José Antonio! Un abrazo a Merche.
ResponderEliminarGracias, Maty, todos somos especiales, tú también.
EliminarUn abrazo. :)
Aprovecho para felicitar a Jose Antonio. Vaya conchabanza que le preparan sus amigos, yo no sé si les perdonaría el mal rato que me hicieron pasar. El relato muy divertido.
ResponderEliminarMuchas gracias Cristina.
EliminarUn abrazo. :)
Un final feliz a un mal día. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
¡Hola Merche! Precioso relato y un regalo magnífico para el compañero. Seguro que le ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Rocío, gracias.
EliminarUn abrazo. :)
¡Ay, Merche! ¡Qué chulo! Un homenaje precioso y una fiesta genial, la que nos has organizado. Menuda sorpresa escondía este relato. Todo un regalo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, ojalá hubiese sido realidad, hubiese estado bien.
EliminarUn abrazo. :)
Ohhh, Merche, qué bonitooo!! No me esperaba que salieras por ahí!! Genial, emocionante!! Un abrazo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola, había que hacer algo con el cumple de José Antonio, jeje.
EliminarUn abrazo. :)