Cuento para conmemorar el día de las bibliotecas, 24/10/2023
Aquel día los libros estaban alborotados, sabían lo que se les venía encima y no les gustaba nada. El libro de filosofía comenzó a hacer preguntas buscando respuestas y enseguida un guirigay de palabras sin sentido sembró la biblioteca de letras en cursiva. Un ¡oh! mayúsculo recorrió las estanterías, seguido de un silencio sepulcral que asustó hasta a la bibliotecaria que, en aquel momento, colocaba un incunable en su vitrina.
En un susurro, el libro de ética tomó la palabra y de nuevo las preguntas se repitieron en la sala. El libro de arte no dejaba de contemplarse; el de mecánica luchaba con el aceite de un coche; el de derecho tonteaba con los renglones torcidos de dios, dedicándose sonetos y tirándose cuartetos, poco aportaban; las enciclopedias andaban quitándose el polvo y las telarañas; los diccionarios en busca de la palabra perdida; los de literatura criticando obras y los de matemáticas solo hablaban de problemas y ninguna solución.
La bibliotecaria los mandó callar a golpe de tejuelo, los puso en su sitio y los libros tuvieron que contenerse, sin embargo, el problema seguía estando ahí y nadie decía cómo solucionarlo..., hasta que de pronto, de la sección infantil, estantería dos, al lado de los libros de aventuras y fantasía, un pequeño volumen de valores carraspeó moviendo sus hojas y la Biblia le concedió la palabra con voz solemne:
—¡Hágase tu palabra!
—Con su venia, señoría… —Exclamó con timidez—. ¿Y si nos hacemos amigo suyo? Él no tiene la culpa de haber venido al mundo de esa manera: tiene botones en vez de hojas, luz propia, pero tiene letras como nosotros, capítulos y hasta índice... No quiere sustituirnos, solo es otra forma de leer, nada más, no hay que tener miedo.
Las palabras del libro de valores despertaron las letras de todos, hasta de los tochos de física cuántica del fondo, y un "tiene razón" majestuoso recorrió la biblioteca, mientras el libro electrónico, tímido, nervioso, salía del cajón de la mesa de la bibliotecaria y con un click armonioso se encendía alumbrando el corazón de las letras de los allí presentes.
Hoy, años después, libro físico y libro electrónico gozan de una gran amistad y en su templo, las bibliotecas, los libros lo respaldan como a un gran amigo. Es más, hasta lo admiran, porque él tiene dentro su propia biblioteca. Y ella nunca morirá.
Un bonito homenaje a las bibliotecas , soy asidua y me encanta la paz que hay en ellas. La verdad que creo que por las noches salen todos de las estanterías y se ponen a bailar jaja. Un besote .
ResponderEliminarSíiii, yo también lo creo, jajajaja, por eso mi relato, jeje. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Un relato con un final redondo, que hermana lo publicado en papel con la vía digital de una manera sumamente original y entretenida. Te has lucido al 100%. Gracias por compartir buen contenido.
ResponderEliminarSaludos.
Muchísimas gracias, Marcos.
EliminarUn abrazo. :)
No concibo ninguna biblioteca que se precie en un estado que no sea el de la felicidad.:)
ResponderEliminarLo mismo pienso. Gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Sin duda las bibliotecas son lugares con un encanto especial. Sumergirse en el interior de sus pasillos es algo que te llena de vida. Precioso texto para acompañar este día, me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria.
EliminarUn abrazo. :)
Suelo tirarme horas en una y la verdad, me siento muy a gusto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te creo, Alfred. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Voy mucho a la biblioteca a trabajar en el blog. Antes iba para consultar libros o pedir prestados para llevar a casa. Ahora está todo en internet y no consulto libros. Pero sigo con la costumbre de ir. Un abrazo Merche.
ResponderEliminarBuena costumbre, Federico.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Hola Merche: Que bonito y original relato haciendo hablar a los libros y bonito homenaje a las bibliotecas. Yo voy poco, la verdad, mis horarios son un poco especiales, pero me gusta la calma y según como estén las cosas en casa, me pierdo un rato.
ResponderEliminarLa conversación entre los libros me ha recordado un cuento que tengo en el blog. "Memorias de una lenteja". La pobre fue testigo de ciertas conversaciones dentro de una nevera. Un autentico disparate, pero me divertí mucho al escribirlo.
Feliz casi miércoles ya.
Buenas noches.
Ayyy, yo quiero leer ese cuento, ponme el enlace, por fi.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
https://ardilla-roja.blogspot.com/2009/03/memorias-de-una-lenteja.html
EliminarMerche, buenos días: Todos hemos querido trabajar en una biblioteca o una librería. Y oler a papel o a esencia de conocimiento. A libertad de albedrío en frasco sin receta. Un abrazo. :)
ResponderEliminarSí, así es.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Que relato tan chulo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ángela.
EliminarUn abrazo. :)
Magnífico relato, Merche.
ResponderEliminarMe ha encantado el párrafo donde el libro de derecho "tonteaba con los renglones torcidos de Dios". Me ha parecido de lo más ingenioso.
Un extraordinario homenaje a los libros. ¡Felicidades!
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Estrella.
EliminarUn abrazo. :)
Un hermoso homenaje a las bibliotecas y genial el integrar en él al libro electrónico, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo. :)
¡Qué bonito Merche! El homenaje que rindes al libro en su propia casa, en dónde arman una divertida tertulia, demuestra el amor que les tienes. Me ha gustado también que al final se hagan amigos el estilo digital y el físico.
ResponderEliminarVivan las bibliotecas! Un gran abrazo 😊
Muchas gracias, Maty.
EliminarUn abrazo. :)
Qué precioso homenaje a los libros en sus dos formatos, físico y electrónico. Así es, conviven y espero que uno no haga desaparecer al otro y viceversa. Me ha encantado este microrrelato que es toda una preciosa personificación. Por cierto, hoy es el día de las bibliotecas, ¿no?
ResponderEliminar¡Un abrazo y feliz día!
Muchas gracias, Mayte. Fue el día 24 el día de las bibliotecas. Yo espero y deseo que no se "pisen" mutuamente, sino que convivan en paz, como en el cuento.
EliminarUn abrazo. :)
Qué bonito los libros, las bibliotecas y todos los formatos, que cada cual tiene su encanto y ambos leo (ahora más electrónicos porque ya no le caben muchos más jejeje) y espero que nunca desaparezca ningún formato. Leer es la mejor terapia.
ResponderEliminarUn abrazo gigante, Merche!
Sin duda, leer es lo mejor.
EliminarUn abrazo, gracias por pasarte. :)