14 julio 2025

Alguna vez alguien me dijo...

 




Ayer me encontré con un poeta,

uno de esos de verdad,

de los que respiran sentimientos

y llevan las metáforas como sombrero…

¡Sí, ese!

Justo en el que estás pensando.

Me miró de arriba abajo,

me sonrió y me dijo:

pliega las palabras, muchacha,

que se te escapa el poema…

No entendí lo que me dijo, claro,

pero no podía hacer un feo

a tan grande personaje.

Así que, con la mejor de mis sonrisas,

y la peor de mis frases respondí:

estoy aprendiendo, Don…

Y ya. Él siguió sus pasos.

Yo seguí los míos.

Y hoy, después de madurar las palabras,

no sé si las suyas o las mías,

pienso que aquel que se tacha de sabio

por muy poco humilde se tiene,

pues nunca el saber se alcanza,

ni nunca de aprender se termina.

Y aunque creo que con mala intención

no fue su pronóstico,

a mí me dejó en letras, frías si cabe.

Supongo que no sería su propósito,

pero quien ha vivido vida y media,

le da igual lo que interpretes,

y le da igual lo que sientas,

aunque no debería ser,

pues nunca humanos dejamos de ser.

Seguiré plegando mis palabras,

al modo que yo sé,

seguiré aprendiendo más, si cabe,

y las juntaré en poemas,

en cuentos o en novelas,

da igual,

pues lo importante siempre será,

que yo feliz seré

mientras de palabras disfrutar podré...



Mercedes Soriano Trapero
Foto: pixabay


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