De cómo superar la adversidad con creatividad
Hoy el día me lo ha puesto fácil para ser creativa:
El despertador no ha sonado, ha decidido que hoy era un buen día para quedarse sin pilas.
He llegado tarde al trabajo, pero como siempre soy puntual, pues unos días por otros, ha comentado mi jefe, ¡menos mal! Y en el camino he aprovechado para pensar en otras alternativas para despertarme...
-Un sofisticado juego de poleas con un vaso de agua que sea lanzado a mi cara cuando la cuerda se termine. (Lo he descartado, demasiado laborioso).
-Contratar a alguien para que me despierte. (Descartado, demasiado caro).
-Comprar otro despertador y poner los dos. (Descartado, ¿y si dejan de funcionar los dos?).
-Programar todos los electrodomésticos de la casa para que arranquen a la misma hora... (No la descarto del todo, quizá así hasta tengo el café preparado).
Ya en la oficina se me ha roto un zapato, la suela se ha partido, así, literal, sin avisar y, como siempre, cuando más los necesitaba. Solución: he cogido la cinta aislante y me he escayolado la suela como si fuera la momia de Tutankamón. Ha quedado hasta bien y, para no desentonar, he hecho lo mismo con el otro zapato. Me han aguantado todo el día, ¡viva la cinta aislante!
El ordenador del trabajo también ha decidido acompañar al día y, de repente, se ha apagado (bueno, quizá he contribuido yo un poco a su apagón al no enchufarlo en varias horas y es que, a veces, lo de queda poca batería no va conmigo). El caso es que el documento en el que estaba trabajando ha desaparecido y lo necesitaba mi jefe para esta tarde. Como no me daba tiempo a redactarlo de nuevo, he cogido una cartulina, he hecho un esquema con globos, flechas, dibujos, etc., y a mi jefe le ha encantado. Me ha dicho que la idea estaba muy bien desarrollada y que se veía todo con claridad. Aunque luego ha añadido que, para los clientes, mejor a ordenador, pero al menos he ganado tiempo.
Al llegar a casa, mi gato se había tragado algo, todavía no sé qué, y si me retraso, el pobre no lo cuenta. He salido corriendo al veterinario y al llegar me encuentro que todos los animales se habían puesto de acuerdo para ponerse malos, había muchísima gente, todos los perros y gatos del vecindario estaban allí. Pero han visto mis súper suelas de cinta aislante y mi cara de histérica al borde del colapso y, milagrosamente, me han dejado pasar... Creo que los zapatos no los voy a tirar.
La factura ha sido gorda, pero como tiene que estar varios días sin comer, eso que voy a ahorrar en comida porque es un gran tragón, bueno, eso ya ha quedado demostrado.
Y, por último, la televisión se ha contagiado del día y ha empezado a parpadear compulsivamente. No me extraña, he pensado, hoy es el día; así que la he apagado, como si no fuera conmigo el problema y me he puesto a escribir. ¿Quién sabe? Quizá y hasta publico un libro, ¿de qué trataría? De la creatividad, sin duda, porque hoy ha sido un día bastante creativo.
Mercedes Soriano Trapero
Desde luego, las musas cada vez emplean técnicas más innovadoras con sus blogueros.:))
ResponderEliminarMuchas gracias, Cabrónidas.
EliminarUn abrazo. ☺️
Dicen que cuando algo se estropea, van varias cosas detrás, sobre el gato me alegra que pudieran salvarlo porque son no solo glotones, si no que tienen la manía de masticar todo lo que ven, cintas, etc. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarUn abrazo. :)
Jajajajaja cómo me has hecho reír, especialmente con los medios que pensaste para despertar en caso de... 😄 Pero todo está cargado de buen rollo, así como hay que tomar las cosas cuando se da un caso caótico como este. Lo que más me preocupó es lo del zapato, es traumático eso. Pero entre tanto te mando cuatro mil abrazos!
ResponderEliminarEso es, ante la adversidad, creatividad...
EliminarGracias, Maty.
Un abrazo. 🤗
Vaya gafe! Pero como dice el refrán: no hay mal que por bien no venga. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bueno, Merche.
ResponderEliminarEsto es darle la vuelta a la tortilla y tratar las calamidades con otra mirada.
Un fuerte abrazo :-)