La orquesta.

 

Relato para el Acervo de Letras

En el Blue Note, el público comienza a llegar, la orquesta se prepara afinando sus instrumentos, emitiendo sus primeras notas; el lugar se llena de magia, el jazz comenzará a sonar y el swing navegará por la sala en un oleaje de pasiones.

Los músicos dialogan, el director de orquesta hace vibrar la batuta, toca afinar los instrumentos y estos, de repente, cobran vida propia…

 

Piano.- (Sonando alegremente). Venga chicos, que esta noche es nuestra, hagamos que el club se hunda con nuestros acordes…

Trompeta.- (Emitiendo un sonoro tono agudo). ¡No te pases, Piano, que si esto se hunde nos vamos a la calle tú y el resto!

 

Todos los demás instrumentos de la orquesta se quedan en silencio, el agudo de Trompeta los ha dejado mudos.

 

Trompeta.- ¡Vale, vale, capto la indirecta! Nada de SOL, ni agudos insoportables… Es que me ha puesto aguda Piano… Ya sabéis que tengo una familia que alimentar, mis Trompetines comen mucho y necesito el dinero para alimentarlos, si esto se hunde…

Clarinete.- ¡Qué exagerada eres, Trompeta! Piano ha expresado una metáfora, solo eso. No se va a hundir nada.

Trompeta.- ¡Ahhh! Es que yo soy muy simple, ya lo sabéis, y no entiendo de metáforas de esas. Mis acordes melódicos van por otras partituras.

Clarinete.- No te preocupes y no digas que eres simple, en nuestra orquesta eres un instrumento fundamental…

Trompeta.- Gracias, Clarinete, aunque no tengo tu swing, para mí lo querría…

Clarinete.- Todos lográis ese swing único que nos caracteriza, ¿verdad, Saxo?

Saxo.- ¿El qué? Perdona, Clarinete, no estaba escuchando.

Clarinete.- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

Saxo.- No, la verdad es que no…

 

El resto de instrumentos se remueve con un ligero sonido, las partituras caen y todos dejan de afinarse para escuchar a Saxo.

 

Trompeta.- ¿Te podemos ayudar en algo? ¡Cuéntanos! Soy toda música para ti…

Saxo.- Mi sonido ya no es el mismo, cuando me soplan hay algo que no resuena bien en mi interior, creo que me estoy haciendo viejo…

Todos.- ¡Oh, no! (El aire se escapa de los instrumentos de viento y la percusión acaba con un leve redoble de tambor).

Clarinete.- ¿Por qué dices eso? Yo te veo bien, tienes buena presencia todavía, ni siquiera tu funda está estropeada.

Trompeta.- Esperad, esto necesita un arreglo urgente… Mis Trompetines a veces también se atascan y siempre recurro a este remedio… Tranquilo, Saxo, esto tiene solución... ¡Batuta, ven aquí, te necesitamos!

Batuta.- No tengo tiempo, Trompeta, estoy controlando todo…

Trompeta.- Será solo un momento, además, como no solucionemos esto, esta noche te va a salir una música nada parecida al jazz… Escucha, entra dentro de Saxo, con cuidado y averigua por qué suena mal…

(Batuta hace lo que le indica Trompeta).

Saxo.- ¡Ay!

 

Todos lanzan un DO al oír la exclamación de Saxo.

 

Batuta.- Arreglado, tenía una púa clavada en la caña…

Clarinete.- ¿Una púa? ¿Y qué hacía una púa en tu caña, Saxo?

Saxo.- Esto…, no sé qué ha podido ocurrir…

Trompeta.- Algo no suena bien, Saxo, ¿qué pasa? ¡Cuéntalo ya!

Saxo.- ¡Está bien! Guitarra me pidió ayuda con unas notas, quería poder emitir un swing como el nuestro, se siente un poco infravalorada en esta orquesta. Tuve que coger la púa y…

Guitarra.- (Interrumpiendo a Saxo). No les cuentes más, Saxo, no hace falta… Me avergüenzo de lo sucedido, no quiero ser la nota discordante. Está claro que yo no estoy a la altura de esta orquesta...

Clarinete.- Todos sois necesarios en nuestra orquesta, Guitarra, todos tenéis espacio con vuestra melodía, acordes y notas. En un club de jazz como el nuestro, a veces nos centramos en este tipo de melodías, es lo que demanda la audiencia, pero intentamos que todos participéis, Batuta nos dirige muy bien y sabe sacar lo mejor de nosotros.

Trompeta.- Claro, Clarinete tiene razón, nadie es mejor instrumento que otro. Todos tenemos nuestro propio swing.

 

Diferentes notas recorren el lugar, los instrumentos apoyan las palabras de Trompeta.

 

Batuta.- Cuerda, viento, percusión e, incluso, eléctricos, todos, sin excepción, formáis una orquesta increíble, si uno solo se calla, la melodía muere porque dejar de tener sentido.

 

La orquesta vibra.

 

Batuta.- Lo que me recuerda que tenemos un concierto que dar, ya mismo, así que todos a vuestros atriles, ¡que suene la música!

 

Un acalorado aplauso recibe a la orquesta y esta, pletórica, no defrauda.

Tras dos horas de extraordinario concierto, todo el público del Blue Note abandona el local con la sensación de haber escuchado el mejor concierto de jazz de la historia de la música.

Mercedes Soriano Trapero

Para el VadeReto