Decía un bolero...

 

Microrrelato compuesto para el reto del Tintero de Oro

Dormitaba en medio del salón cuando un eco lejano lo despertó. A lo lejos, una melodía no conocida se atrevía a inundar el salón, su salón, con sus desconocidas notas.

―¡Qué irreverente sonido! ¡Qué insulsa letra! ―Musitó el bolero entre desgastados acordes.

Los humanos atravesaron rápidamente la estancia y cerraron la ventana con sonoras exclamaciones de asombro e ira. No fue suficiente, la melodía se precipitaba entre los cristales y amenazaba la quietud del momento y la armonía del bolero que, fiel a su costumbre, seguía dormitando en un rincón.

La atronadora percusión hizo retumbar el lugar y el bolero intentó mantener la calma recitando:

―”Si tú me dices ven, lo dejo todo, si tú me dices ven será todo para ti, si tú me dices ven habrá felicidad”…

De repente, absorto en su melodía, el bolero calló y entendió y el mundo se silenció. Ya no oía a lo lejos las notas discordantes de esa música aberrante, ni sus acaloradas letras; sin embargo, entendió que de él habían surgido, sí, de él, porque también de él había surgido la balada, la música romántica y su influjo había derivado en otro tipo de música. Porque si su compás es 4/4, el del reguetón que amenazaba su armonía es 2/2; si él es música, también el reguetón, aunque le pesase, porque lo más bonito de todo es la variedad, la diferencia, somos únicos porque somos diferentes y hay música variada, porque alguien, alguna vez, quiso cambiar su sintonía.

Mercedes Soriano Trapero

Para el Tintero de Oro