Te leo, amándote...
Te leo, marcando suavemente tus sílabas,
armonizando las palabras,
bebiendo tu línea melódica,
deteniéndome en tus comas,
en tus puntos, en tus signos.
Te leo, susurrando eses
y vibrando erres,
mientras las vocales acompañan
el sonido trabado de las consonantes.
Te leo, saboreando las líneas,
deleitando versos, soñando estrofas...
No quiero llegar al final,
no quiero un punto y aparte,
no quiero un punto final.
Te leo, esperando el poema siguiente,
cautivado por ti y tus rincones,
no desaparezcas, no termines,
sin ti la vida sería
una sucesión de días sin alma.
Mercedes Soriano Trapero
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