16 noviembre 2022

Microcuento en un poema.

 




Se lo encontró allí sentado,

en su escalón,

en su puerta,

mirando al infinito,

absorto en sus pensamientos,

solo él sabía dónde se encontraba.

¿Has venido a buscarme? Preguntó ella.

Él se volvió,

la miró

y siguió absorto en sus pensamientos.

«No, no ha venido a buscarme», pensó ella.

Su cara cambió,

sus esperanzas cambiaron,

había soñado con ese momento

cada segundo del último año

y, sin embargo, ahora que había llegado,

no era cómo se lo había imaginado.

Cerró la puerta,

se alejó de él,

no quería saber más nada.

Él, suspiró, y se marchó tras el portazo…,

no sin antes dejar una nota en aquel escalón,

la nota de la disculpa,

las palabras escritas del cobarde,

del que no había sido capaz de hablar:

«te quiero, pero otra persona me necesita».

Y esa persona no era ella.


Mercedes Soriano Trapero
Foto: pixabay

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