¿Dónde quedó el susurro del viento?
¿Dónde las gotas de lluvia sobre la hierba?
¿Dónde tu mirada?
¿Dónde tus ganas de estar?
Me contemplas con los ojos de vacío,
de silencio,
de ausencia,
de nada,
de esa nada que se cuela entre las entrañas
devorando al corazón y al alma,
tragándose al viento
devorando la lluvia.
¡Nada!
Y mientras yo me retiro poco a poco,
muy poco a poco,
no quiero verlo,
no quiero verte,
no quiero sentir
el daño que te hace la nada,
el daño que nos hace la nada.
¡Nada!
Esa nada que no es nada
y, sin embargo,
cuánto horror encierra en su negrura.
Mercedes Soriano Trapero
Foto: pixabay
Ay Merche, cuánto sentimiento de desolación y abatimiento en este bello poema que desgarra. Te abrazo fuerte, felicidades 😘
ResponderEliminarGracias Maty. Un abrazo. :)
EliminarEstupendo poema en el que la nada se te queda impregnada en el alma. Un abrazo, Merche!
ResponderEliminarGracias María Pilar. Un abrazo. :)
EliminarSí que bien planteada esa nada que nos agarra, ese vacío de alma, abrazo grande
ResponderEliminarGracias. Un fuerte abrazo. :)
EliminarA veces, o casi siempre, la nada está tan llena de todo que la sentimos vacía.
ResponderEliminarUn beso enorme, Merche.
Gracias Qamar. Un abrazo. :)
EliminarA veces la nada es muy atractiva por lo que nos insinúa sobre nuestro venerado todo, su contrario.
ResponderEliminarMuy bien.
Un abrazo
Muchas gracias. Un abrazo. :)
Eliminar¡Hola, Merche! Dicen los físicos que el vacío no existe, que aunque no veamos nada, ese espacio siempre contendrá ondas de energía, quarks o materia oscura. En la nada de tu poema, quizá lo que resida son frustración, desilusión, desesperanza, odio, melancolía y demás enemigos del amor. Emocionante poema. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David. Un abrazo. :)
EliminarLa nada más intensa crece desde un todo que pudo ser, Merche. Gran poema.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Qué bonitas tus palabras, Miguel, el todo es el que produce la nada, sin duda. Gracias. Un abrazo. :)
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