Relato para el reto juevero propuesto por Mónica en su blog Neogeminis.
Mi corazón iba a mil por hora, no sabía si iba a llegar a tiempo. Intentaba mantener la calma pero todo a mi alrededor era un despropósito: el atasco de entrada a la autopista, la caja para pagar, no encontraba la tarjeta, por un momento pensé que me había dejado la cartera en casa…, y ahora este tráfico interminable, hora punta, y la autopista colapsada. Será mejor que mantenga la atención, porque de lo contrario ni voy a llegar y tengo que llegar, debo llegar…
Solo pensaba en ti, en las últimas palabras, muy desafortunadas, que te dije, no hablaba mi corazón, hablaba el orgullo. Creo que ni siquiera pensé lo que dije, cuando salió de mi boca, de repente, sin quererlo, me di cuenta del error que estaba cometiendo y tú, simplemente, te callaste y te marchaste.
Ese coche que se cruza, esta autopista maldita que nunca termina, no puedo ir más deprisa, no debería ir más deprisa, pero…, estás tú, al final de la misma estás tú y tengo que llegar, debo explicarme, debo decirte que no pensaba lo que dije.
Por fin, ya veo la salida, número 79 aeropuerto.
Me enfadé mucho porque no me hacías caso, te hablaba de mis cosas, como siempre, y tú estabas distraído, me confesaste que pensabas en el viaje, este inoportuno viaje al que tus jefes te habían obligado a ir, me pediste que fuera contigo, me negué, me enfadé y tú solo querías hacer la maleta para no olvidar nada, eres muy despistado. Yo no te dejaba, te atosigaba, lo sé. Te dije, sin pensar, que te fueras para no volver y te fuiste…
Recorro el aeropuerto buscándote, anuncian tu vuelo, acabas de embarcar y allí me quedo mirando la puerta de embarque, triste.
―¿Qué haces aquí?
―¡¿No te has ido?! Lo siento, perdóname…
No quisiste marcharte, así no, debíamos hablar y horas después nos enteramos de que ese vuelo había sufrido un accidente, ningún superviviente.
Ayyyy las cosas de la vida!!! Me quedé helada. Y sucede, sí que sucede.
ResponderEliminarAbrazos Merche!
Sí, el relato me salió como una película de estas de serie B, las que ponen los domingos por la tarde, al menos aquí en España, jajajaja. Gracias por pasarte, Maty. Un abrazo. :)
EliminarHola Mercedes! bien por tu relato y por haberte decidido a sumarte a nuestro grupo. Me alegra tener tus letras entre los participantes. Has logrado transmitir el vértigo que la situación de tu protagonista le provocaba en el apuro por querer enmendar una mala decisión. Te agradezco por tu entusiasta participación. En cuanto a una futura conducción de tu parte, qué te parece el 12 de octubre próximo? está libre y hasta ahora nadie más se ha propuesto. Ya me confimarás si te viene bien. Un abrazo y seguimos en contacto!
ResponderEliminarHola Mónica, perfecto para el 12 de octubre, sin problema. Seguimos en contacto. Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
EliminarOk. Te anoto! Gracias
EliminarSabrá aprovechar la nueva oportunidad, sin duda. Su ego ya no hablará más.
ResponderEliminarSupongo, la vida es cruel a veces, pero esta vez le ha dado una segunda oportunidad. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarHola. Que paradoja que haya sido una tragedia lo que impidió que él se alejara de ella.
ResponderEliminarY la autopista pudo haber sido un obstáculo, aunque haya sido el medio para llegar.
Muy bien contado. Un abrazo.
Hola, en un principio pensé que fuera ella la que tuviera el accidente en la autopista, pero luego decidí que tuviera final feliz y solo una advertencia del destino de lo que podía haber sido y no fue. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarUfff, menos mal que no subió al avión. Buen relato Merche. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria. Un abrazo. :)
EliminarMuy buen relato, conocí un caso parecido, no era su momento. Abrazo grande
ResponderEliminarAsí es, no era su momento. Gracias. Un abrazo. :)
EliminarMe gustan las historias con finales felices y esta lo es, me ha encantado.
ResponderEliminarTodo sucede por algo en la vida, esa discusión, el negarse ella a viajar y el deseo de él de no irse sin arreglar las cosas, les salvaron la vida, sin dudas no era la hora.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Mil gracias Patricia, me alegra que te haya gustado. Un abrazo. :)
EliminarAqui, mirando muy atras podria decirse que ella le salva la vida a él, porque sin discusion habria hecho el viaje, con o sin ella. suerte de la discusión.
ResponderEliminarAunque lo que cUentas mas arriba, de la urgencia e importancia de llegar, con los atascos y las prisas, el accidente de cocv¡che estuvo cerca
Síii, lo pensé, pero, como dice Patricia, preferí final feliz esta vez. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarMerche, el karma existe, aquello que ha de suceder, ocurrirá, en tu relato, la inquietud por puntualizar un error fue el motivo que llevo a salvar al amado Un abrazo
ResponderEliminarSí, así es Rodolfo. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
EliminarSi hay algo que pone a prueba las relaciones son los viajes, tanto si se hacen juntos como por separado. Nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y tambien a valorar a los nuestros cuando los tenemos lejos! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarTe deja pensando, en esas cosas que habría que pensarlas muy bien antes de decirlas, porque pueden ser las ultimas, a veces nuestro propio enojo, no lo permite y ahí arremetemos, porque en definitiva es un atasco de autopista como en la propia vida.
ResponderEliminarMuy buen relato,
Un abrazo,
Es cierto, las palabras, a veces, pueden hacer mucho daño, aunque también lo contrario. Gracias por pasarte, Cecy. Un abrazo. :)
Eliminar¡Qué angustiante es separarse habiendo peleado, cuánta culpa queda en tu protagonista y en su pareja. Bien hizo él en no partir así, aunque tal como conducía ella arrepentida, bien pudiera haber tenido un accidente fatal en la autopista. Me lo temía al ir leyéndote, pero terminó bien la historia. Besos.
ResponderEliminarSí, lo iba a llevar por el accidente en carretera, pero era demasiado obvio. Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
Eliminarla vida es una caja de bombones, como decía aquel. A veces te toca uno dulce y otras uno amargo. En este caso, era una mezcla. Por un lado la amargura de ese enfado, de esa despedida sin adioses, y luego la alegría —a medias— por sobrevivir a algo que el destino tenía por ahí guardado, y por no haber pasado nada a la chica porque con ese despiste que lleva en sus pensamientos, cualquier cosa podía haber pasado. Está claro que el Universo conjuró a su favor.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Sí, su destino quería que siguieses juntos y que a ninguno le pasara nada... Así es. Gracias por tus palabras, Qamar. Un abrazo. :)
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