14 diciembre 2023

El bonsái mágico.

 

Microrrelato compuesto para el reto juevero propuesto por Mag en su blog


Más relatos aquí 


Día tras día me sorprendía al comprobar cómo cambiaba mi jardín. Por la noche, parecía cobrar vida y los rosales habían aumentado, las margaritas se habían mudado de sitio y la enredadera subía por la pared a un ritmo frenético. “¿Qué les pasa?”, pensaba yo atónita, hasta que una duda certera se cruzó por mi cabeza: “¿y si fuera un jardín mágico?”.

Con temor, en un principio, cogí una muestra de cada planta, de cada hierba, de cada trozo de tierra que había en él y les hablé. ―Tampoco sabía, nadie me lo había explicado, cómo averiguar si tu jardín está hechizado, embrujado o es mágico―.  Pero no, las plantas no contestaron ni convirtieron la silla que les indicaba en un cactus, quizá porque el cactus era demasiado violento para aquel jardín con vida, podría pinchar al resto de plantas.

Mis intentos de diálogo y de que, verdaderamente, hicieran magia no dieron resultado, sin embargo, el jardín seguía su cauce.

Decidí investigar sobre el terreno, sin tomar nada prestado de la tierra, para ver qué había por allí y entonces lo vi: un pequeño bonsái se abría paso entre las ramas desordenadas de la enredadera, era tan pequeño que pasaba desapercibido entre tanta hoja. Sus minúsculas hojas mostraban un brillo especial y supe que el causante de los cambios en mi jardín era él.

―¡Hola! Eres tú el que hace magia, ¿verdad? ―Comenté mientras pensaba si era así cómo se le hablaba a un bonsái mágico.

El bonsái no me contestó, pero bailó ante mis ojos y no había viento que lo moviera. Con sumo cuidado, acerqué uno de mis dedos. Quería acariciarlo, me llamaba muchísimo la atención. Al hacerlo, mi mundo comenzó a dar vueltas, mi jardín desapareció, mi casa desapareció y aparecí a los pies de ese bonsái, ahora convertido en árbol grande, cuyo tronco se abría ante mí mostrándome una casa. Me había convertido en un pequeño duende de los bosques y hoy, miles de años después, vivo en esta tierra de bonsáis grandes con el resto de duendes, cuidando de los animales y del planeta.



Mercedes Soriano Trapero
Para el reto juevero


44 comentarios:

  1. Qué lindo lo has escrito, pareciera real que aquellas plantas de verdad tenían su magia. Bueno, tal vez ellas si las tengan al fin y al cabo son seres vivos. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Un hermoso jardín con tanta magia que termino por vivir en ella desde miles de años.
    Gracias por regalarnos magia, lindísimo relato.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  3. Una ternura de relato, esa magia que nos rodea y que no siempre podemos percibir, parte de nosotros mismos cuanco no unimos a esos seres que habitan todo el espacio que nos rodea. Gracias Merche por mostrarlo, abrazo grande

    ResponderEliminar
  4. Sin duda se trataba de un Bonsai mágico! Ja, ja! Tremendo viaje que llevó a la protagonista a otra dimensión un tanto especial! Un relato muy dulce! Un abrazote!

    ResponderEliminar
  5. Ostras Merche, el bonsai lo convirtió en duende. Será verdad eso que dicen de los bonsáis y la magia que los rodea? Un relato mágico cuyo jardín resplandece en la eternidad. Precioso. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. La transformación en duende es toda una sorpresa, la desaparición de la casa entera, el bonsai crecido, la magia de un jardín... recreas un cuento que da gusto leerlo.
    Enhorabuena.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Una forma mágica de describir aquel jardín, y como no, la llegada del bonsái. Que forma más bonita de llegar a otro mundo... Y lo que más gracia me ha hecho, que el bonsái lo transforma en duende!! Admito que eso no me lo esperaba.
    Maravilloso, Un abrazo!

    ResponderEliminar
  8. Inesperado final para una historia de magia y jardines. Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Hola, Merche! Es que nada hay más relativo que el tamaño. La grandeza o pequeñez solo depende con lo que compares. En este caso, tanto bonsai como duende son muy grandes en comparación con tanta ruindad que hay en el mundo. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  10. Un bonsái mágico. La verdad es que me encantaría cuidar uno, y ¿quién sabe? quizás viajar a ese mundo fantástico.
    Un besazo, Merche

    ResponderEliminar
  11. Le pega mucho al bonsái ser mágico y la protagonista enseguida entendió que la magia provenía de él, lo que ya no sé es si será feliz en su nueva vida, aunque su misión de cuidar de La Tierra no puede ser más altruista,

    ResponderEliminar
  12. Me encantó ese jardín mágico donde el bonsai pasó a ser un árbol grande y la curiosidad la transformó en duende pequeño, muy bella historia.
    Hemos elegido el mismo tema, será que amo las plantas y la magia que de ellas se desprende, un abrazo.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, hemos elegido lo mismo, jeje, seguro que es por eso... Mil gracias, Patricia.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  13. ¡Lindo y muy tierno! Que nunca falte ese pedacito de magia que hace todo crecer. Un abrazo y beso Merche 💞🌹

    ResponderEliminar
  14. Hola Merche, un relato lleno de magia, muy agradable de leer y que da para una saga. Gracias por compartirlo. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana, tanto como para una saga, no sé yo, jeje. Graciassss.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  15. la pequeñez del bonsai con respecto al árbol se traduce en la pequeñez del duende comparada con el humano. Y el mundo es completamente diferente desde ese tamaño. qui,as in luso el tiempo.
    Magia pura Merche

    ResponderEliminar
  16. oh! Que bonito, tierno y mágico relato, Merche. Te felicito.
    Con unas ilustraciones chulas lo veo como un precioso cuento para niños.
    A mi niña interior no la pierdo nunca de vista, por eso lo digo.
    Me ha encantado :-)

    ResponderEliminar
  17. Merche que cuento tan bonito nos has contado, que imaginacion desbordante Un abrazo

    ResponderEliminar
  18. Me parece que el bonsai le dio un gran regalo a la protagonista..
    Inmortalidad o longevidad, cuidando del planeta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Hola, Merche.
    Sin querer, o queriendo, hay introducido un portal mágico dentro de tu jardín no menos mágico. Es una historia estupenda, como un cuento para niños. Ese bonsái guardaba un gran secreto y te hizo una de ellos. Me encanta. Me he sonreído y he viajado por la magia de tus letras.
    Millones de gracias por tu aporte y mis disculpas por no haber podido pasarme antes.
    Te deseo unos bonitos días, llenos de magia y de cariño, y que la imaginación no falta.
    Un beso enorme, Merche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por tu propuesta.
      Un abrazo y felices fiestas. ¡Nos leemos!

      Eliminar
  20. Hay quien piensa que es posible hablar a las plantas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son seres vivos, entonces, quizá escuchan...
      Gracias por pasarte, Federico.
      Un abrazo. :)

      Eliminar
  21. Precioso cuento.

    ResponderEliminar