Microrrelato compuesto para el reto juevero propuesto por Cecy en su blog
(Relato inspirado en una frase del libro Alas de sangre, último libro leído, la frase en concreto aparece en cursiva).
No he dormido en toda la noche. Las sábanas eran cobijas de pesadillas y la almohada un monstruo que intentaba cortarme el cuello. Con todo esto encima me voy a trabajar, con la esperanza de que el mundo no se haya desintegrado en una noche…
De repente, mi coche vuela y aterrizo, entre lágrimas, encima del tejado de mi oficina, aquí mi jefe, abrazado a una farola, llora sin consuelo y yo, con la mirada perdida, intento preguntarle qué ocurre. No me da tiempo, me coge de la mano y ambos salimos corriendo fuera de la azotea, cerrando la puerta y trabando los goznes de metal con sus poderes mientras recorremos el pasillo a toda velocidad.
¿Poderes? ¿Tiene poderes? ¿Hace magia?
No me atrevo a preguntarle, corremos por el edificio, sin mirar atrás, solo oímos nuestras respiraciones entrecortadas y un martillo cuyo ruido parece perseguirnos.
―¡González, ¿qué soñaste anoche?! ―Me grita sin mirarme, mientras yo, de su mano cogida, sigo corriendo.
―¡Pesadillas, muchas pesadillas, monstruos!
―¡¿Y qué ocurrió al final, cómo sobreviviste a ellas?!
―¡No lo sé, simplemente desperté!
Estaba desesperada, si mi vida dependía de ese sueño estaba perdida, no me acordaba de nada. Solo corría y corría, algo me perseguía.
El ruido del martillo se acercaba y, sin poderlo evitar, nos vimos acorralados al final del pasillo. Exhaustos y temblando nos volvimos para ver qué era aquello que iba a acabar con nuestra vida. Los ojos se me salieron de las órbitas, el miedo me dejó sin voz…, allí, parado delante de nosotros, mirándonos con rabia, con la promesa en su cara de que ese era nuestro último día en el mundo estaba… La alarma del despertador que, ahora sí, me invitaba a abandonar a Morfeo para ir a trabajar.
Llegué volando al trabajo y allí, en la azotea, mi jefe me esperaba abrazado a una farola…
Mercedes Soriano Trapero
Para el reto juevero
Es angustioso cuando se tiene pesadillas. Es que aun despierta el alma corre a mil.
ResponderEliminarUn relato, que te deseas que la alarma suene lo antes posible.
Besotes.
Muchas gracias, Campi.
EliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, una terrible pesadilla que te persigue de una forma agónica y el reloj no tiene intención de sonar.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Nuria, muchas gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Me ha gustado mucho. Yo lo interpreto como que al final, cuando despiertas a la realidad y vas de verdad a la oficina, ves a tu jefe agarrado a una farola, por lo que puede deducirse que el sueño es la repetición del susto diario que te proporciona el despertador.
ResponderEliminarCorrígeme si me he despistado.
Muy buena contribución al reto, Merche.
Hola, Marcos, la pesadilla se hace realidad, esta es la interpretación. El sueño primero era premonitorio...
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
ResponderEliminarLas pesadillas tienen eso que parece que lo deja impregnado en la sensibilidad de la piel, como si nos diera fiebre, será el susto, pero aun despierto te persigue unas horas más, esperaba el jefe abrazado a una farola, es la muestra. Me parece un relato estupendo, y me encanta como te ha quedado.
Muchas gracias, Mercedes, por acompañarme en este abrir y cerrar de ojos.
Un abrazote :)
Muchas gracias, Cecy, y gracias también por tu convocatoria.
EliminarUn abrazo. :)
Excepcional relato circular, emociones muy bien transmitidas. Me gustó mucho. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana.
EliminarUn abrazo. :)
Wooommm !!! que increíble y genial relato, realmente disfruté mucho leerlo, demasiado fascinante y que me atrapó por completo,, mis felicitaciones, realmente increible
ResponderEliminarMuchas gracias, María.
EliminarUn abrazo. :)
¡Hola, Merche! El inicio me ha parecido soberbio, creo que no se puede mostrar mejor una mala noche con esa almohada como un monstruo dispuesto a cortarme el cuello. Un relato circular, un bucle pesadillesco sin fin al que le has dado un ritmo trepidante. Me encantó. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Excelente. No tengo más palabras. Redondo de principio a fin. Un círculo narrativo perfecto. Muy buen aporte para este jueves de frases inspiradoras. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Mónica.
EliminarUn abrazo. :)
Más que pesadilla parece una premonición, un sueño con continuación de realidad como lo atestigua el jefe abrazado a la farola. Has mantenido muy bien la tensión a lo largo de tu relato que culmina con un final nada previsible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una pesadilla que se repite, gracias por pasarte, Pepe.
EliminarUn abrazo. :)
Qué angustioso sueño, y lo malo es que parece que se va a repetir en bucle.
ResponderEliminarMe ha encantado ese ritmo rápido que has imprimido al relato.
Una magnífica contribución al reto con un final sorprendente.
Abrazos, Merche.
Muchas gracias, Carmen.
EliminarUn abrazo. :)
Terrible despertador!!! Destrozador de tantos sueños. Y encima soñando con el jefe. Terrible. Buen relato
ResponderEliminarTerrible, Santi, jajaja. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, muy buen relato, donde se genera esa angustia que producen las pesadillas, muy bien contado, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Muchas gracias, Patricia.
EliminarUn abrazo. :)
Las pesadillas pueden ser perturbadoras Y por lo que creo entender, esa era una persistente, de la que era difícil escapar.
ResponderEliminarBien contado. Un abrazo, Merche.
Muchas gracias, Demi.
EliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche. Tras la angustiosa historia, me has sacado una sonrisa con el sonar del despertador. Sonrisa que se me ha ido pronto al ver que todo lo soñado empieza en la realidad. Un gran relato, por su ritmo, lo visual y descriptivo que es, lo terrorífico y circular... Engancha al lector.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, Pilar.
EliminarUn abrazo. :)
las preguntas que te haces tras una pesadilla son casi siempre sin respuesta, pero si se repiten esos sueños es que en verdad tenemos una preocupacion que nos roba hasta el descanso Un abrazo
ResponderEliminarGracias por pasarte, Rodolfo.
EliminarUn abrazo. :)
El ritmo del relato es trepidante y de golpe frena al sonar el despertador! Aunque la frase final, que describe al jefe abrazado a una farola en la azotea donde ella llega volando, sinceramente me deja con ganas de más! Ja, ja! Un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias, Marifelita.
EliminarUn abrazo. :)
Es monstruo atormentador
ResponderEliminarcon su terrible sonido
el ring de un despertador
Podría ser un haiku, Julio. Muy buen comentario. Gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Parece estar en un bucle temporal como la película el día de la marmota. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Federico.
EliminarUn abrazo. :)
uff Merche, qué agotador es dormir asi. Si además los sueños son premonitorios ¿Cuándo descansa la protagonista?
ResponderEliminarDicen que las malas digestiones y los olores desagradables provocan pesadillas. Por eso desde hace años me perfumo para ir a dormir. Y realmente funciona. Lo malo es cuando el despertador te saca de lo mejor del sueño :-D
Un abrazo y buen fin de semana
La pobre no descansa... Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Qué horribles son las pesadillas y si estas son premonitorias, mucho más, ¡Qué horror!
ResponderEliminarBuen finde sin pesadillas.
Gracias, Tracy, lo mismo te deseo.
EliminarUn abrazo. :)
Muy bueno, y lo terrorífico de la pesadilla no es la pesadilla en sí, o tener que correr de la mano de un jefe, jejeje, al parecer algo incompetente, lo verdaderamente chungo es terminar y que todo se vuelva a repetir, la pesadilla de nunca acabar. Merche, un abrazo.
ResponderEliminarLo de ir de la mano del jefe es, de verdad, una gran pesadilla.
EliminarGracias por pasarte Esther.
Un abrazo. :)
Tremenda pesadilla justo hoy que he tenido una, que hace tanto no me ocurría. Merche, tu escritura es impecable. Eres una verdadera maestra y además polifacética. Sigo admirando tus días de miles de horas, te sigo admirando a ti. Un inmenso abrazo 🤗
ResponderEliminarUfff, cuánto lo siento, Maty, las pesadillas no son buenas.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
¡Hola Merche!
ResponderEliminarUn relato fascinante. Narrado con el trepidante ritmo de una novela. Me gustó muchísimo.
Tu relato me recordó a El horla de Guy de Maupassant, es un relato en el cual el narrador refiere la existencia de una presencia que, aunque no le resulta posible identificar como una persona, sí es un ser invisible que constantemente lo acecha, y que durante las noches le absorbe la vida.
Un abrazo
Hola, Yessy, tremendo relato el que cuentas, ufff.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Una terrible pesadilla apunto de convertirse en el dia de la marmota...Buena aportación Merche. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Gracias, Lady.
EliminarUn abrazo. :)
¡Qué agobio de pesadilla, Merche!
ResponderEliminarCon ese final, la pesadilla se torna continua y no se sabe si es mejor despertarse o seguir con ella. ¡Maldito despertador!
Un fuerte abrazo :-)
Lo siento, Miguel, a veces salen así los textos...
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)