Escenario: cocina, encima de la encimera hay una tarta y al lado golosinas.
Merche: ¡Anda! Y esta tarta, ¿quién la ha traído? Pero si también hay chuches, nubes, con lo que me gustan…
Merche 1: ¡no! No debes probar nada, además no sabes de quién es. Demasiada azúcar para el cuerpo y eso no es bueno.
Merche 2: ya está la aguafiestas… A ver si te enteras, quejica, la tarta y las nubes están en su cocina, si están aquí es porque alguien las ha traído para ella, se las puede comer.
Merche 1: claro, como tú desapareces cuando hay problemas, te da igual todo… Si se come la tarta, va a engordar y luego soy yo la que me tengo que comer sus lágrimas porque no le entra el bikini del año pasado… ¡Ah, no, a mí no me das la brasa, que ya nos conocemos!
Merche 2: ¡qué exagerada! ¿Cuándo ha llorado ella por unos kilos de más? ¿Cuándo? Eso es salud, a ver si te enteras de una vez, porque luego adelgaza y se le queda cara de acelga y ojeras y todo el mundo le dice que si le pasa algo malo… ¡Cállate ya! Cómete un buen trozo de tarta y no oigas a esa.
Merche 1: pesará sobre tu conciencia…
Merche 2: a la mierda la conciencia…
Merche 1: no debes hablar así, tenemos que hablarnos bien, porque si no nos queremos a nosotras mismas, ¿quién lo hará?
Merche 2: ¡bueno! Y ahora el sermón zen… Mira pazguata, como no se coma un buen trozo de tarta por tu culpa, yo misma seré la que te destroce, con meditación o sin ella, pero te quito de nuestro camino a la voz de ¡ya! ¿Me has entendido?
Merche 1: mmmm, por aquí hay una que necesita alejarse del cortisol, eso es por la Coca-cola, te dije ayer que no bebieras tanta Coca-cola, que luego te pones como una moto…
Merche 2: mi cortisol está perfecto, me lo ha dicho el reloj de la muñeca, 15 % de estrés marca. Además, la que me sube el cortisol eres tú y tus tonterías: que si no te comas eso, que si te hables bien, que si duerme ocho horas, que si no veas tanto las redes sociales, que si… ¡Vale ya, jolines, contigo no se puede vivir!
Merche 1: pues eso vas a hacer. Como no te cuides, no llegamos al año que viene, ya verás tú… Te puedes seguir fiando de tu reloj de muñeca, ja, si eso no sirve para nada.
Merche 2: lo que me vas a provocar va a ser una depresión… No se puede vivir así, hay que disfrutar de la vida, comer lo que nos apetezca, despeinarnos y dejar la meditación para los monjes tibetanos, que esos tienen mucho tiempo.
Merche 1: claro, ¿y sabes por qué tienen mucho tiempo? Porque están sanos, porque no comen porquerías de esas y se cuidan.
Merche 2: eso no es vida, estar todo el día pendiente de la báscula, de hacer meditación, de beber ocho vasos de agua, de comer lechuga, ¡¡eso no es vida!! La vida está en los placeres diarios, en los pequeños placeres, comerse una nube por ejemplo te alegra el día…
Merche 1: no puedes supeditar tu felicidad a comerte una golosina o un trozo de tarta, eso es muy superficial. Estar bien consigo misma, tener un cuerpo que encaje en nuestro patrón de vida, eso es lo que da felicidad a largo plazo, que es de lo que se trata.
Merche 2: el patrón de vida lo marcas tú, claro. Como te haga caso, a la mierda el patrón ese de vida. Hay que darse caprichos de vez en cuando, comer lo que nos gusta y reírnos de nuestro propio cuerpo cuando nos miremos al espejo. Que tengo michelines, pues genial, así floto…
Merche 1: ¡ay lo que ha dicho! ¡No le hagas caso! ¡No la oigas! No nos podemos reír de nosotras mismas, eso es perdernos el respeto, debemos hablarnos bien, querernos, de lo contrario nuestra autoestima sufrirá las consecuencias.
Merche 2: ¿sabes lo que te digo? Que como no se coma un trozo de tarta, la autoestima se va a ir a la mierda y tú con ella.
Merche 1: no tienes principios, no sabes estar en el mundo… Yo sé lo que hay que hacer, lo que es bueno para ella, lo que de verdad importa.
Merche 2: claro, y tú sí sabes lo que hay que hacer, eres la experta, la que todo lo hace bien, la que se preocupa por su salud física y mental… Si no se come un mísero trozo de tarta, estará todo el día dándole vueltas, se pondrá de mal humor porque la tiene aquí delante y no la va a probar. En su lugar, se hartará de lechuga y se pasará la noche meando, con lo que no podrá dormir las ocho horas. Mañana tendrá ojeras, no le saldrá nada y verá tartas por todos lados… A ver, pazguata, recapacita un poco y hazme caso…
Merche 1: mmmm, quizá, no sé, tal vez, puede ser que un poquito de razón lleves… No pasa nada por un trocito pequeño de tarta, está bien darse pequeñas recompensas de vez en cuando, ¿no?
Merche 2: ¿ves? Tú misma lo dices con tu rollo zen ese, es una pequeña recompensa, no se va a hinchar de tarta. Es probable que cuando se coma un trozo ya no se vuelva a acordar de ella. ¡Venga! ¡Olvídate de todo! Disfruta de tu tarta preferida.
Merche: no quiero tarta que me duele una muela…
Merche 1: ¿qué ha pasado?
Merche 2: ¿y eso?
Merche 3: chicas, no todo es blanco o negro, también hay otros colores, ja ja ja ja ja ja ja.
Jajajaja... Madre mía, si me he podido reír con todos tus yoes, Merche. Y qué ha pasado con la tarta al final? Si es que nos volvemos locas con nosotras mismas :-)
ResponderEliminarViva las chuches, las tartas y las Coca-colas, bueno, mejor Red Bull. Y todas a tener michelines y a flotar!!
Un abrazo :-)
Jajajaja, a veces nuestros otros yoes se pasan de listos y, simplemente, no me apetece comer, jajajaja, aunque, bueno, a la tarta, chuches y demás es difícil decir que no.
EliminarGracias, Beatriz.
Un abrazo. :)
jajaja eso nos pasa a todos... tu escena me ha hecho recordar una historia del Decamerón. ¿La conoces? Dios, hace siglos que la leí ya... Va de un valiente a quien le dolía muchísimo una muela, pero tenía un hambre atroz. Entró en una pastelería y, usando trucos psicológicos muy ingeniosos, apostó con el pastelero que se dejaría arrancar una muela si no era capaz de zamparse una cantidad ingente de dulces. ¡Y al final, no solo salió de allí con el estómago lleno, sino también sin dolor, porque se aseguró de que le quitaran la muela que le estaba dando guerra! El pastelero contento y el más jaja... Es curioso cómo tu situación con la tarta y las Merches me ha evocado ese cuento. Quizás la clave esté en esa astucia para encontrar un truco que satisfaga tanto el deseo como la necesidad.
ResponderEliminarA mí me lo tienen prohibido todo, o sea, que nada de dulces, y ahí no hay voces que valgan jaja
¡Un abrazo, compañera!
Es una crítica, velada o sin velar, jeje, a comer o no dulces, a hacer deportes o no, es decir, a los extremos, siempre hay que ser comedido en todo y tirar por el camino del medio, porque no todo es blanco ni negro, también existe el rojo, y el azul, y el rosa y el amarillo...
EliminarGracias, Miguel.
Un abrazo. :)
Jajajaja, lo que me he reído Merche, creo que todos hemos tenido conversaciones con nuestros yoes en algún momento. Yo tengo el precavido, el impulsivo y el analista para poner orden, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo Merche.
Gracias, Dakota, pues con esos yoes te sale un monólogo - diálogo de lo más curioso... Si te animas, escríbelo.
EliminarUn abrazo. :)
Genial, imagino que todavía están discutiendo todas esas merches. Yo me quedo con la 3, que me parece que viene a ser algo así como ¡¡¡viva la vida!!!
ResponderEliminarJajaja, más o menos, jajaja...
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo. 🤗
Jajajajajaj, cuando los yoes inteactuan y cada uno opina lo que quiere y si, que hay bastantes a veces dentro y cuando andan medio loquitos son un desastre, son a todos los que tenemos que integrar para llegar a un fin sereno. Abrazo grande Themis
ResponderEliminarYa te digo, Themis. Gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Ayy Merche!!
ResponderEliminarPero si tienes ahí dentro un congreso!! Cuando iba a contestar me ha parecido escuchar "cállese señor Sánchez!!", y aquí me he quedado fijamente mirando tu icono con el ceño fruncido, como el que escucha un murmullo en la oscuridad y no sabe si salir corriendo o taparse la cabeza.
He flipado con tus tues contradictorias, pero al final la moderadora tercera ya me ha hecho soltar la exclamación. Merche que tienes ahí dentro una comunidad de vecinos..!! cuando menos te lo esperes llama otra para pedirte sal.
Asegúrate de que yo no sea la cuarta..jajajaja
bueno...Merche...te voy dejando...ehh ..vengaaa...
Un abrazo...
Jajajajaja, ya te digo ya...
EliminarGracias.
Un abrazo. :)
Yo lo escuché primero y ahora lo leí, de ambas formas está de lo más de simpático. A mí me alegra que con mis yoes ya no tengo ese tipo de diálogos profundos. Bueno jajaja casi casi... Abrazos!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Maty, está mucho mejor leído, jeje.
EliminarUn abrazo. :)