07 diciembre 2025

Espejo, espejito..., ¿quién...?

 

Relato para el Tintero de Oro


Me despierto gracias a un ligero rayo de sol que entra por la ventana, hoy es domingo y no tengo que madrugar para ir a trabajar. Me duele todo el cuerpo, anoche tuve sesión doble de cine con una amiga y me duele el culo y los riñones, tanto sofá no es bueno.

¿Qué hora será? He quedado con Marta para desayunar... ¡Oh, no! ¡Las doce! Al cuerno la ducha, ¿qué me pongo?

Tras tres blusas, un par de pantalones, un vestido y una falda, me decanto por el chándal, perfecto para los domingos. Además, este es de Zarra Alberska y es muy cool, como dicen ahora las niñas. A ver qué tal me queda, desde que me lo probé en la tienda no he vuelto a mirarme en el espejo…

¿Qué ocurre? ¿Eso es agua?

La superficie del espejo está mojada y dos regueros de un líquido similar al agua caen rodando por él.

Que yo sepa por la habitación no pasa ninguna tubería… No hay nada por detrás… ¡Mamá! ¡Mamá! Un momento, mamá no va a venir, ya soy una mujer madura independiente… ¡Ayyyyy, qué miedo! ¿Qué ocurre? Venga, Leti, hermosa, cálmate, sé razonable, un espejo no echa agua, si fuera en el baño, quizá, pero aquí no. Eso será la condensación por la calefacción… ¡Qué digo! Pero si hace un mes que no pongo la calefacción, estamos en mayo. Le habrá caído agua de algún sitio y está goteando, se limpia y asunto arreglado… Voy a por un trapo… ¡Hala! Ya está... ¡Ay, madre, que sigue… ¿llorando?! ¿Son lágrimas? Venga, vale, ahora me vas a decir que tú eres el espejo mágico y yo Blancanieves… ¿Qué quieres? ¿Que me quite el chándal? ¿Es eso? Pues me lo quito y ya está… Mira, ya está, fuera el chándal. ¿Estás contento?

―Pues la verdad es que sí, yo no sé cómo te ibas a atrever a salir a la calle así…

―¡Aaaaaahhhh! ¿Quién ha dicho eso?

―Pues el espejo, ¿quién va a ser? ¿No estabas hablando conmigo?

―¡Ay, madre, ay, madre! ¡Esto es una pesadilla! ¡No! ¡Una broma! Ya, claro, esto es una broma de Marta, la muy…

―Qué pesadez, siempre igual. A ver, Leti, querida, soy una puerta fantástica, un portal a otra dimensión y… ¡¡¡te esperan al otro lado!!! ¡¡¡Ya!!!

―¿El qué?

―Y encima sorda… Mira, bonita, tengo tres casas más que recorrer y ya voy tarde. Así que echa una pierna por encima de mí y al otro lado te explican…

―¿Y esa luz? Echas agua y brillas… ¡oh!

―Eso, eso, ¡ve hacia la luz! (¿Esto no era de una película? Tengo que ver menos cine humano).


Aunque estoy muerta de miedo, atravieso el espejo tal como me indica, la curiosidad siempre ha podido conmigo y al otro lado me encuentro un paisaje fascinante: una tienda de ropa, como un Zarra Alberska pero a lo bestia. Lo único que la ropa es un poco rara y los colores…

―¡Vaya! Me he equivocado, las prisas no son buenas, ese portal no es el tuyo… Eso ha sido por verte con el chándal. ¡Ahora, cruza ahora!

¡Qué espejo más maleducado! Ha tirado de mí como si yo fuera un gato, cogiéndome del cogote… ¡Oh! Esto es mejor que antes, una pastelería enorme…, ¡espera! ¿Ese pastel gigante viene hacia mí? ¡¡¡Me va a comeeeerrrrrrr!!!

―Justo a tiempo, otra vez me he equivocado… Debo tener algo mal, no deberías haberme limpiado.

―¡¡¡Me va a dar un infarto, lo sabes!!! No vuelvo a atravesarte, ni a ti ni a nada, ¡me oyes! Ahora mismo te saco a la basura y que te lleven los basureros.

―No puedes.

―¡¿Cómo que no?! ¡¿Quién te crees que soy?!

―Inténtalo. Eres Leti, la amazona del olimpo dos.

―¿Me estás retando? Ahora mismo lo hago si quiero… Un momento, ¿has dicho: amazona, olimpo?

―Sí, y dos.

―¿Y eso qué significa?

―Que en el olimpo dos te esperan para que cumplas tu tarea, ¡y ya llegamos tarde!

―¿Olimpo? ¿Dioses?

―No, bonita, no te lo creas tanto. Olimpo es un lugar fantástico con hadas, duendes, elfos y cosas de esas.

―¿Y qué se me ha perdido a mí allí?

―El unicornio.

―¿¡Qué!?

―Tira para dentro, que ya me has hecho hablar demasiado.


Cuando atravieso el espejo por tercera vez, me encuentro con un bosque, el típico paisaje de las películas de fantasía. Pero soy incapaz de moverme, me tiemblan las piernas y me espero que, de un momento a otro, cualquier cosa va a salir a mi encuentro y no precisamente para preguntarme qué tal estoy…

―¡Hola! ¿Qué tal estás?

―¡Aaaaaaahhhh! ―Hoy no gano para sustos. ―¿Y tú quién eres?

―¡Hola! ¿Qué tal estás?

No debe hablar mi idioma, ¿y si es peligroso? ¿Aquello que brilla es el espejo?

―¡Hola! ¿Qué tal estás?

―Oye, tú, espejo, ¿dónde me has traído esta vez? Solo está esto que no deja de repetir: “hola, ¿qué tal estás?”, todo el rato. ¡Sácame de aquí!

―Te estaba buscando, pero…, ¿por qué te has movido?

―Pero si no me he movido del sitio…

―¡Hola! ¿Qué tal estás?

―¡Ay, quítame ya a este pelmazo de encima! Ni ligando he tenido nunca a algún baboso parecido…

―Esa cosa es el eco. Ya regresamos… Me temo que estoy estropeado y no podré llevarte hoy a tu destino.

¿Y me vas a dejar así, con la curiosidad? ¡Oye, espejo, espejo! ¡Vuelve! ¡¿A que me pongo el chándal?!




Mercedes Soriano Trapero


8 comentarios:

  1. Un espejito en horas bajas.. Te pone la miel en la boca y luego te ña quita. Me extrañaría mucho que lo tirara, ahora que tiene rango, (solo rango) de amazona.
    Muy buena la aparición del chándal, tanto en ña primera como en la segunda aparición.
    Yo tampoco lo he leído entero, pero un poco ya es suficiente para captar el ambiente de su universo.
    Abrazooo y suerte

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    1. Sí, Gabi, jajaja, se había quedado sin batería, jeje.
      Menos mal que no soy la única que no ha sido capaz de terminar de leer el libro.
      Gracias.
      Un abrazo. :)

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  2. Hola, Merche! Muchas gracias por participar en la 49ª edición en homenaje a Pratchett, y cómo no, aunque el autor no te llegara, has planteado un juego muy acorde mezclando tu estilo de fantasía.
    Mucha suerte y un abrazo!

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    1. Hola, Pepe, gracias a ti por realizar este concurso y por descubrirnos el libro.
      Un abrazo. :)

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  3. Hola Merche, un relato la mar de divertido, me ha gustado ese espejo medio torpe, lástima que no ha podido cumplir su cometido. Me has hecho pasar un buen rato. Saludos.

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    1. Hola, Ana, muchas gracias. Me alegra que te haya divertido.
      Un abrazo. :)

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  4. ¡Muy divertido!
    Madre mía qué resaca de domingo parece eso. Pobre Leti, todo mal y encima que llega tarde al almuerzo no puede saciar su curiosidad con lo del espejo.
    Me ha encantado.

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    1. Muchas gracias, Noelia. Sí, una pena que no pueda saciar su curiosidad, el espejo se la jugó pero bien...
      Un abrazo. :)

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