El día había amanecido nublado y los truenos hicieron que se despertara pronto. Se sentó en la cama, en la mesa reposaba la tablet, el móvil, una consola de juegos y lo que parecía un coche que se transformaba en no sé qué robot endiablado, no había ningún cuento, ni cómic, ni tebeo, ni ahí ni en el resto de la habitación, despoblada de palabras y llena de pantallas. Decidió buscar en la estantería, quizá estaba con otra forma, de libro electrónico, pero no, tampoco estaba. En su búsqueda tropezó con dos tablets más, una de las cuales aterrizó en el suelo partiendo su pantalla, le dio igual.
Desde la cocina, su madre lo llamaba para el desayuno y esta, sin cruzar muchas palabras con él, se alertó al verlo aparecer sin el móvil, sin la cabeza pegada a alguna de sus pantallas, no supo qué decir. Él, autómata, se comía los cereales sin hacer caso a su alrededor y su madre lo miraba como si fuera un marciano.
Se vistió, salió a la calle sin el móvil y dirigió sus pasos a una librería, aquí buscó los cómics que tanto le gustaban: Mortadelo, El botones Sacarino, Astérix, Tintín, incluso aquellos que su abuelo le enseñaba: El guerrero del antifaz, El capitán Trueno. Lo miraron con extrañeza, de los primeros apenas quedaban algunos fascículos y de los segundos, la dependiente, casi de su misma edad, no había oído hablar, le recomendó dirigirse a una librería especializada que regentaba un “hombre mayor”, dijo.
Cuando llegó a la mencionada librería, encontró el paraíso y su cara, por fin, se iluminó. El hombre le habló de los cómics con tanta pasión que él se pasó el día allí hasta que la policía lo encontró, alertada por su madre que lo buscaba preocupada. El agente le preguntó que por qué se había dejado el móvil en casa, que su madre lo estaba buscando y él, con la tranquilidad de otro tiempo, comentó que había sido encontrado, por tanto no estaba perdido y que no creía en las pantallas, por eso se había dejado “eso” en casa. Ese día, él y el mundo volvieron a la vida.
Cuantos buenos momentos he pasado yo, en mi infancia, con esos tebeos, que adoptaron ese nombre de una publicación llamada TBO, ahora llamados comics, ¡aquello era una maravilla!, saludos de Ric
ResponderEliminarEs verdad, Ric, yo no sé si no hubiera tenido los tebeos y cómics si me hubiera aficionado tanto a la lectura... Gracias por pasarte, Ric. Un abrazo. :)
EliminarUn relato que ojalá se regresará al él, y no reniego de las nuevas tecnologías, pero a veces hay que echar la mirada atrás.
ResponderEliminarUn abrazo, gracias por tu relato.
Sí, las nuevas tecnologías están bien, no hay que echarles ya todo por tierra, lo único que hay que tener precaución con ellas y ya. A mí me gustan las pantallas, pero con cuidado. Un abrazo. :)
EliminarHabía sido encontrado y en consecuencia curado. Si él lo ha conseguido quizá nosotros también podamos.:)
ResponderEliminarAsí es, pero solo hay que ser precavidos con las nuevas tecnologías. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Que belleza la infancia,y todos sus matices,donde jugamos a responder sabiendo todas las preguntas... gracias Merche por el viaje
ResponderEliminarHola Merche, muy bueno y una buena reflexión sobre el daño que nos hace abusar de las pantallas y gadgets electrónicos. Te mando saludos.
EliminarGracias Carlos por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarGracias Ana. Un abrazo. :)
Buena historia, una invitación a dejar las pantallas a un lado.
ResponderEliminarSí y a leer. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarEs que hasta me he emocionado y es que los tebeos fueron el pilar de mi infancia y los que me llevaron a la lectura. Un relato precioso por el mensaje que trasmite de liberación. Gracias por tu aportación, besos.
ResponderEliminarY los míos, Molí, y los míos. Fue bonito escribirlo. Gracias por tu propuesta. Un abrazo. :)
EliminarHola Merche, que buen relato. A mi me encantaba Rue del percebe 13 y la familia trapisonda. Que recuerdos. Aún conservo algún cómic de la época. Desde luego la tecnología no exceso ha provocado que los niños no tengan el poder de imaginación y fantasía que teníamos en nuestros tiempos. Sin duda, si pudiese haber un equilibrio sería mucho mejor, pero los niños y jóvenes están tan enganchados que parece complicado. Un abrazo
ResponderEliminarHola Nuria, Rue del percebe, qué bueno era también. Sí, el equilibrio sería lo ideal, quizá el tiempo lo consigue. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarImpensado, hoy, un mundo sin pantallas, nos hemos vuelto totalmente dependientes de ellas y en el camino quedaron cosas tan mágicas como los comics que tu personaje recuerda. Un abrazo juevero
ResponderEliminarAsí es Mónica, esperemos que haya un equilibrio como decían por ahí arriba los comentarios. Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarMe da pena ver a los jóvenes que me cruzo por la calle sin apartar la vista de su móvil. Saludos
ResponderEliminarSí, dependencia total. Gracias por pasarte, Federico. Un abrazo. :)
EliminarUn mundo sin pantallas! Seriamos capaces de recuperarlo? Muy buena reflexion! Un abrazote!
ResponderEliminarQue haya un equilibrio sería lo mejor... Gracias por pasarte, Marifelita. Un abrazo. :)
Eliminar¡Hola, Merche! Bueno, lo primero: se puede vivir perfectamente sin él, esto lo digo por experiencia ya que soy de los pocos que todavía no usan móvil, así que imagínate lo que me gustó el relato. Cuando hace unas semanas falleció uno de los dioses de la ficción de nuestro país, como fue don Francisco Ibáñez, leí un comentario de alguien que decía que eso de los cómics era anticuado, que el móvil es mejor porque, literal, "puedes hacer mil cosas con él". Yo le respondí que esa era la diferencia, que el móvil necesita ofrecer mil cosas para medio entretenerte, mientras que un cómic de Ibáñez solo necesita ofrecerte una para que pases un fantástico rato gozando de su universo. Ojalá este niño sea el primero de muchos en darse cuenta de cuánto resta el aparatejo. Un abrazo!!!
ResponderEliminarHola, David, me alegra que te haya gustado, creo que hay que buscar un equilibrio, a mí me gusta la tecnología y las pantallas y los móviles, pero no dejo que ellos se interpongan en mi relación con el libro físico por ejemplo. Como digo, hay que buscar un equilibrio. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Qué bonito homenaje al cómic, Merche. Me ha encantado, me ha transportado a mi infancia, con libros, tebeos...Ojalá los niños y adolescentes dejen un poco de lado las pantallas y tengan en sus manos libros, tebeos. En los colegios de otros países ya comienzan la vuelta al papel, al libro, nada de tablets. A ver si logramos que las pantallas no ocupen todo nuestro tiempo. No reniego del avance tecnológico, por sus aspectos positivos, pero sí reniego de su absolutismo y de sus muchos aspectos negativos. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, creo en el progreso, pero no que solo exista eso, tal y como lo describes en tu comentario. Muchas gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Todo con medida, se dice. Pero qué bonito es lo bonito! La añoranza, y esos tiempos que fueron maravillosos. Lo de ahora no es malo, todo está en saberse defender de la dependencia.
ResponderEliminarUn abrazo Merche!
Así es Maty. Gracias por tus palabras. Un abrazo. :)
Eliminar¡¡¡Ay, qué bonito!!!
ResponderEliminarConfío que no haya muchas habitaciones como esa que describes, sin otra cosa que tecnología, con lo maravilloso que es disfrutar de los TBO's en papel.
Espero que muchos más "vuelvan a la vida".
Un abrazo, Mayte.
Esperemos que así sea.
EliminarGracias por pasarte, Carmen.
Un abrazo. :)
Ojalá pasará eso de verdad, porque así los chavales de hoy disfrutarían con
ResponderEliminarlos Tebeos como lo hicimos nosotros y también con los intercambios en tres los amigos. Una pena lo que se están perdiendo.
No lo saben bien. Gracias Tracy por tus palabras.
EliminarUn abrazo. :)
Las historietas puede ser una pasión.
ResponderEliminarPor supuesto, que no reniego de la tecnología. Sería contradictorio, hacerlo mientras comento en un blog.
Incluso son una forma de acercarse a la lectura de historietas. Pero también es bueno tener en las manos, comics para leer.
Un abrazo.
Toda la razón, yo tampoco reniego de la tecnología, solo pienso que hay que buscar un equilibrio.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo. :)
es un virus, no?
ResponderEliminarle ha atacado esta noche. Tiene efectos secundarios?
O una centella escapada del rayo que lo despertó?
Algo que comió anoche? No , su madre tambien estaria afectada.
Primer relato de la convocatoria con principio abierto
abrazzooo Merche
Jajaja, yo diría más bien que ha reflexionado y de repente ya no le apetecen tanto las pantallas.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo. :)
Esto sí que es magia, que se olviden del mundo para verlo con los ojos de la imaginación, para ver una realidad sin ser a través de una pantalla. Los viajes al infinito siempre se esconden entre las líneas blancas.
ResponderEliminarMe encanta el comentario de Gabi :-)
Un besote, Merche.
Qué bonito tu comentario, Qamar, tú sí que haces magia con tus palabras. Gracias.
EliminarUn abrazo. :)
Me ha encantado, Merche. Ojalá se extienda la iniciativa.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, María Pilar.
EliminarUn abrazo. :)
Muy bueno Merche, así es la vida transcurre por otro lado cuando la pantalla no nos tapa la mirada, gracias, abrazo grande
ResponderEliminarMil gracias.
EliminarAbrazo grande. :)
Merche esas lecturas potenciaban nuestra imaginación y creatividad, hoy te lo dan hecho con tecnologias alienantes que castran iniciativas Un abrazo
ResponderEliminarSí, una pena también.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Me encantaban los comics de niña, Mortadelo y Filemon, Zipi y Zape, qué buenos momentos pasaba leyéndolos en el verano.
ResponderEliminarMuy bonito tu relato.
Beso.
Hola María, igual que yo entonces, en verano tocaba leer cómics... Gracias por pasarte. Un abrazo. :)
EliminarNo suele ocurrir apenas, Merche. Muy pocas veces.
ResponderEliminarLas pantallas enganchan mucho, pero cuando se descubre el verdadero placer de leer, se entra en las historias y se recrea el mundo imaginado por el escritor, aunque sea en pocas personas, sucede y es entrar en un nuevo universo.
Un fuerte abrazo :-)
Hola, Miguel, leer es una maravilla, a mí también me gusta leer por la pantalla del e-book, también lo disfruto, es diferente al libro, pero yo me adapto... El resto de pantallas también están bien si se tiene control, claro.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo. :)