Microrrelato compuesto para el reto juevero propuesto por Campirela en su blog
Aquel día, cinco de enero, mi madre me dijo que si no me acostaba pronto, los Reyes no vendrían. Tenía seis años y creía a rajatabla todo lo que ella me decía, era mi verdadera reina.
Recuerdo, con especial ternura, preparar agua y leche, junto a algo más dulce que paliara los efectos de la trabajosa noche. Ni siquiera me planteaba si otros niños hacían lo mismo, si esa noche, los Reyes tendrían mil galletas y vasos de leche para beber, no me importaba, yo solo quería mis regalos.
Y sí, me fui a dormir pronto y cerré los ojos tan fuerte que me costó dormir por el daño que me había hecho.
En mitad de la noche, oí ruidos que me despertaron. Me levanté con la ilusión de pillar a los Reyes por sorpresa; pensé que los saludaría y después contaría en el colegio que los había conocido y que nos habíamos hecho amigos, incluso que me darían su número de teléfono para ponerme en contacto con ellos y no tener que escribir la carta, sino simplemente llamarlos. Sin embargo, los Reyes no estaban junto al árbol, aunque los regalos sí, y las bebidas y dulces habían desaparecido. Junto al árbol había un niño, quizá de mi misma edad, con una túnica blanca llena de pequeñas estrellas doradas y alas grises en su espalda que me miraba con unos grandes ojos y me señalaba los regalos, después me pedía silencio con uno de sus dedos apoyado en los labios y desaparecía de mi vista, llevándose su brillo y dejando la habitación a oscuras. No fui capaz de moverme, ni de abrir los regalos, estaba tan sorprendida que volví a mi cama y todo el resto de la noche permanecí en ella con los ojos muy abiertos y la imagen del niño en mi cabeza.
Nunca lo he contado hasta hoy, esa mañana mi madre fue a la habitación a buscarme y me encontró despierta con una estrella en la mano, una de las que el niño llevaba en su túnica que yo nunca supe cómo llegó hasta ahí y que desapareció del baúl donde la escondía el pasado mes cuando ella falleció.
Eso es magia y creer que algo sucedió aquella noche. A veces no hay que pedir explicaciones, solo sentirlas.
ResponderEliminarMuy emotivo tu relato Merche.
Te deseo un resto de semana mágico. Besos.
Muchas gracias, Campi. Salió demasiado emotivo, sí, le iba a hacer otro final, más "real", pero al final lo dejé así.
EliminarUn abrazo. :)
No cambies ni una coma. La magia es magia: flota en el corazón y deja abierta esa rendijita a la ilusión, que es parte, y tan esencial, en la Navidad. ¡Enhorabuena, Merche!
ResponderEliminarMuchas gracias, Julián.
EliminarUn abrazo. :)
Siempre es bonito dejar que la magia nos envuelva. Me gusto. Te sigo y voto. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo. :)
La magia de esa noche, es la energía de todas las ilusiones, eso creo, por eso mismo como te dice Julián, no cambies ni una coma. Porque la Magia siempre es especial si la llevas contigo.
ResponderEliminarUn abrazo Merche.
¡Feliz Reyes!
Muchas gracias, Cecy, que tengas una mágica noche.
EliminarUn abrazo. :)
La magia que se concretizó, que te hizo viajar por otras dimensiones, otro regalo inesperado, insospechado y muy hermoso. Abrazo grande Merche
ResponderEliminarMuchas gracias, Themis.
EliminarAbrazo grande. :)
Bella historia, entrañable y mágica como las cosas más importantes. Un abrazo Merche. Qué se cumplan todos tus deseos
ResponderEliminarMil gracias, Mónica. Igualmente.
EliminarUn abrazo. :)
¡Hola, Merche! Jo, un relato de los que te dejan los ojitos húmedos. Diría que la magia no fue que ella viera a ese niño angelical, sino que años después, su madre, recién fallecida, decidiera llevarse esa estrella con ella. Es una historia que conecta pasado y presente, con esa estrella vinculando las dos etapas más mágicas de la vida, la niñez y la vejez. Justo las épocas en las que más necesitamos creer en la magia. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, David, muchas gracias, así es, pero lal magia debe estar presente siempre.
EliminarUn abrazo. :)
Aquí me tienes emocionada desde el segundo párrafo, con las lagrimas llamando. Si esto no es felicidad no se que otra cosa puede ser. Ah, la estrella está en el cielo búscala. Gracias por tu relato, gracias y Feliz Noche
ResponderEliminarHola Ester, así es, lo has captado muy bien, en el cielo está la estrella. Mil gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo y felices Reyes. :)
Una historia tierna y entrañable, con una aportación mágica desde luego.
ResponderEliminarSaludos y feliz día de reyes.
Muchas gracias, Marcos. ¡Felices Reyes!
EliminarUn abrazo. :)
Un relato emotivo Merche. Recuerdo la noche de Reyes con mucha ilusión, porque al final lo importante es que esta no desaparezca, que sigamos creyendo en la magia. Feliz noche de Reyes.
ResponderEliminarAsí es, la magia nunca debe desaparecer. ¡Felices Reyes!
EliminarGracias por pasarte. Un abrazo. :)
Una preciosa alegoría. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Julio.
EliminarUn abrazo. :)
Merche y la magia! Lindo y evocador este relato. Inevitablemente me identifico. Siempre los quise pillar, siempre! Y no había forma.
ResponderEliminarQué ternura me dió lo de tus ojitos. Que viva la magia Merche, que viva la vida! Abrazo 🫂
Habrá que creer en ella, Maty, en la magia, sino qué sentido tiene la vida...
EliminarGracias.
Un abrazo. :)
☺️☺️☺️☺️☺️
EliminarUn relato que emociona si te pones en el lugar de un niño. Màgia pura que deja los ojos entelados. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Molí.
EliminarUn abrazo. :)
Qué relato tan tierno y emotivo. Sin duda una noche mágica que la protagonista nunca pudo olvidar. Precioso Merche. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarUn abrazo. :)
Precioso relato Merche y quedó muy bien con ese final lleno de magia. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Muchas gracias, Lady.
EliminarUn abrazo. :)
La magia es la chispa de la vida y tu la ofreces en tu relato. Felicidades
ResponderEliminarQué tengas un feliz año.
Un abrazo gigante, Merche!
Muchas gracias, Yolanda.
EliminarUn fuerte abrazo. :)
Un bonito microrelato, pese a que confunda la lectura del último párrafo. Me imagino que la protagonista hará referencia a una reciente muerte de su madre y recuerda ese episodio al aparecer una de esas estrellas en su cama ya de mayor.
ResponderEliminarHola Arturo, la protagonista recuerda su pasado y la noche de Reyes un mes después de morir su madre. La estrella era del ángel de la guarda que vio aquella noche, cuando murió su madre, la estrella se fue con ella.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo. :)
Podría ser el ángel de la guarda, un personaje también muy navideño. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, así es, Federico. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, lo primero que he pensado al leer sobre ese niño tan especial es el "Christkind", el portador de regalos en Alemania, Austria y Suiza etc. Es muy mágico tu relato y ese final ay! las madres, son estrellas que nos guiarán toda la vida. Abrazos.
ResponderEliminarHola Esther, no conocía a ese personaje, y sí, se parece un poco. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche.
ResponderEliminarNos trajiste la auténtica magia de la noche de Reyes.
Un fuerte abrazo :-)
Me alegra que te gustara. Gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo. :)